Medio ambiente

Sin kayaks y sin ingresos por la falta de agua

La situación crítica del pantano de la Llosa del Cavall golpea el turismo en plena temporada alta

El pantano de la Llosa del Caballo, a mínimos de agua este verano
Olga Garcia Camps
30/07/2022
3 min
Dosier Alerta por la sequía Desplega
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Sant Llorenç de MorunysEl turismo en el Vall de Lord tambalea en la época más crucial del año. La sequía que se arrastra en la zona desde 2021 hace que el nivel de agua del pantano de la Llosa del Cavall (el núcleo estratégico de atracción de visitantes) esté en una situación "alarmante" que compromete el lugar y la economía de los pueblos del cercando. El kayak, una de las actividades emblemáticas, es cada vez menos viable si el agua sigue bajando. "El pasado mes de junio celebrábamos una carrera de natación con mil inscritos que se tuvo que cancelar 15 días antes por la situación de sequía", alerta el alcalde de Guixers, Jordi Selga.

El pantano está a un 34,5% de su capacidad, una situación insólita en esta época del año. Las dos entradas de agua del embalse –el río Cardener y su afluente Valls– transportan mucha menos agua que la media habitual. Sumados, los 912 l/s que aportan son insuficientes para mantener el nivel de un pantano que desembalsa 2.364 l/s, según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA).

Las escasas nevadas de noviembre y diciembre ya hacían prever "un 2022 complicado", reconoce el propietario de la escuela Kayak K1, Artur Beiroa. Las dos empresas que se dedican al alquiler de kayaks en la zona, de hecho, suelen recibir unos 25.000 visitantes durante los meses de verano y un 80% son turistas que vienen expresamente desde diferentes puntos de Catalunya para hacer una actividad acuática que ahora está en una situación muy comprometida. De la visita al pantano (y a la empresa de kayak) dependen toda una cadena otros negocios: los visitantes, cuando acaban de remar en el pantano, van hasta Sant Llorenç de Morunys, a un kilómetro, para comer, pasear o hacer noche en alguno de los hoteles de la zona. 

Artur hace doce años que montó su escuela de kayak en la Llosa y el doble que se dedica a este deporte. Es la primera vez que se encuentra en esta situación. "Está todo lleno de barro. Los permisos para montar un pantalán son inviables porque la burocracia de la ACA es lenta", lamenta. El 2 de julio Artur decidió cerrar, pero unos días más tarde se lo repensó por el gran número de clientes que quieren hacer la actividad "sí o sí".

De momento, ha condicionado una zona que permite embarcar y salvar los problemas derivados del barro, pero esto no le garantiza una temporada normal. "El nivel del pantano sigue bajando y nos tendremos que ir adaptando a los cambios en tanto sea posible. Os mantendremos constantemente informados", avisa el empresario a los clientes vía WhatsApp. El plazo para solicitar un embarcador es de unos seis meses, según la ACA, un plazo al cual se tienen que añadir los trámites de las administraciones implicadas, la demarcación territorial de la ACA y el Consejo Comarcal. 

La incertidumbre de un clima cambiante

Los efectos que ya se observan fruto del cambio climático comportan, en este caso, no solo una inestabilidad medioambiental crónica, sino también social y económica. "Desde junio, hemos estado cada semana valorando si podríamos abrir la próxima temporada y este martes hemos tenido que cerrar, no podemos seguir", dice resignado el propietario de Relleus - Gent de Muntanya, Marcel Vila. "Ahora la lucha es la adaptación. Estos cambios abruptos son cada vez más corrientes y reales", añade, y subraya que hace falta un consumo más consciente del agua y una comunicación fluida porque hay mucho en juego. 

Los alcaldes de la zona también están preocupados por el presente y, sobre todo, por el futuro. El de Sant Llorenç de Morunys, Francesc Riu, opina que hace falta más información entre los territorios que dependen de las cuencas internas: "No solo hay que mejorar la gestión, sino más concienciación". En la misma línea, el alcalde de Guixers, recalca: "Nos preocupa mucho la situación y el hecho de que, a pesar de que tengamos un río y un pantano, somos los municipios de cabeceras de río los que tenemos dificultades de suministro mientras en otras zonas siempre les mana el grifo".

Dosier Alerta por la sequía
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