Salud

El mosquito tigre ya se ha hecho fuerte en casi 800 municipios catalanes

Veinte años después de la primera detección en Cataluña, el insecto se ha esparcido por toda la costa del Mediterráneo

Arriba, una chica con las piernas con picaduras de mosquito. En la foto pequeña, un mosquito en primer plano.
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BarcelonaEl verano del 2004, hace dos décadas, uno de los grandes temas mediáticos fue la presencia de un mosquito cuyas rayas negras era mayor que el autóctono y hacía unas picaduras más dolorosas. Procedente del Sudeste Asiático, Sant Cugat del Vallès fue el primer lugar en el que se detectó en Catalunya, casi veinte años después de que entrara en Europa camuflado en los camiones que transportan neumáticos. Poco a poco, el insecto ya ha pasado a integrarse en la cotidianidad cada vez que el termómetro se calienta, hasta el punto de que la sensación es que el mosquito tigre (Aedes albopictus) se ha hecho dueño y señor de todo el país. Un estudio que este jueves publica un equipo catalán en la revista Insectos, que incluye el primer mapa de mosquitos invasores, señala que esta especie ha colonizado unos 780 municipios catalanes de los 947 existentes. El estudio parte del análisis de datos recogidos tanto por técnicos como por ciudadanos que han informado de la presencia del mosquito a través de la aplicación Mosquito Alert, un proyecto de ciencia ciudadana que reúne a una cuarentena de entidades científicas, entre ellas el CSIC, la UPF y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB).

Desde Sant Cugat el mosquito tigre se esparció rápidamente por el área metropolitana de Barcelona, ​​y ahora ya se encuentra prácticamente por toda la geografía catalana, especialmente en los municipios costeros y del prelitoral: desde el Ebro hasta el norte de la Costa Brava. Afecta, pues, a las grandes concentraciones urbanas, es decir, dónde vive el grueso de la población. A nivel estatal, dos tercios de los habitantes viven en una zona colonizada por el insecto.

Según los datos del estudio, las últimas localidades donde se ha detectado la presencia del insecto son, por ejemplo, Almacelles, Alòs de Balaguer, Lles de Cerdanya, Les Llosses, Puigcerdà y Ripoll. La lista es más corta cuando se quiere saber dóndeAedes albopictus no se ha dejado ver. Son pueblos como Lladorre, Ivars de Noguera, Maldà y Oliola, por citar algunos. En la Comunidad Valenciana y en Baleares la situación es aún más preocupante que en Catalunya, porque el mosquito se ha hecho fuerte en todo el territorio isleño y casi controla ya todo el valenciano.

La picadura del mosquito tigre es más molesta y duradera que la del mosquito convencional en nuestro país.

La investigación la lideraron el entomólogo Roger Eritja del CEAB-CSIC y Frederic Bartumeus de Mosquito Alert, y no se limitó a analizar el comportamiento del mosquito tigre, sino que amplió el radar a otras especies invasoras que ya se han detectado en España. Se trata, por ejemplo, del conocido como mosquito de Japón (Aedes japonicus), encontrado por primera vez en 2018 y concentrado en las regiones del norte del Atlántico, atraído por unas temperaturas más suaves; y delAedes aegypti, que es capaz de transmitir la fiebre amarilla o el dengue y se limita a Canarias, aunque cabe recordar que estuvo presente en el Mediterráneo hasta mediados del siglo pasado. En total se tiene constancia de que en el 22% de los municipios del Estado existe presencia de estos mosquitos.

Eritja explica que la expansión de estos insectos depende de "factores básicamente humanos", como las rutas de comercio y de transporte de mercancías, y del clima adecuado. En este sentido, indica que la colonización de la costa mediterránea ha sido "relativamente rápida", pero que hacia el interior se ralentiza. Sin embargo, esta tendencia no quiere decir que la batalla esté ganada: en Italia, donde el mosquito tigre se detectó en 1990, "está actualmente establecido en la totalidad del territorio", apunta el experto.

Contribución ciudadana

El mapa por municipios se ha conseguido gracias a la colaboración de científicos que realizan muestreo de campo ya más de 100.000 detecciones de 33.000 ciudadanos que lo han comunicado a través de Mosquito Alert. La combinación equilibra los puntos fuertes y débiles de ambos métodos: "Los entomólogos de campo proporcionan pruebas físicas incontestables, pero son lentas de obtener, muy locales, e implican unos costes elevados", explica Eritje, que subraya que "los ciudadanos, con sus teléfonos móviles, pueden detectar muy mosquitos en cualquier lugar pueden transmitir fotografías".

Esta inmediatez puede hacer de alerta para las administraciones y facilitar la rápida intervención. Si bien los mosquitos invasores no se pueden erradicar permanentemente, si se detectan cuando acaban de llegar a un área "se pueden eliminar localmente". Pero Eritje avisa de que exterminarlos no es fácil: seguramente volverán a aparecer "porque globalmente no retroceden".

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