Los Mossos inauguran un canal de Whatsapp para hacer consultas sobre violencia machista

Sàmper quiere una comisaría dedicada a las mujeres, pero quedará pendiente del nuevo Govern

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Alfageme, Sàmper y Escudé en la rueda de prensa de este viernes.

BarcelonaCambios en la atención de los Mossos d'Esquadra a las víctimas de violencia machista. A partir del 1 de abril la policía tendrá un canal de Whatsapp, el 601 00 11 22, para recibir consultas de este ámbito. “No sustituye el 112”, ha dejado claro el conseller de Interior, Miquel Sàmper, que ha remarcado que este nuevo canal no es para emergencias. Los mensajes que se envíen los responderán agentes de Barcelona “con una formación especializada”, ha explicado la inspectora jefe del área de proximidad de los Mossos, Montse Escudé: “Es para acercarnos a la gente joven e informar de cómo funciona el proceso de denuncia, dar consejos de autoprotección y poder derivar”.

La decisión ha llegado después de que el último año hayan caído las denuncias por violencia machista por el confinamiento domiciliario del covid . “Bajaron de manera drástica mientras aumentaban las llamadas al teléfono de atención a mujeres en situación de violencia machista”, ha recordado Escudé, que ha atribuido el descenso a las dificultades del confinamiento por el control del agresor, el aislamiento de la víctima y la falta de un espacio externo en que alguien pueda intervenir. La psicóloga especializada en violencia machista Alba Alfageme, que ha asesorado a Interior y a los Mossos en los cambios anunciados, ha subrayado que antes de la pandemia ya solo entre el 25% y el 30% de mujeres denunciaban la violencia machista en el ámbito de la pareja. La cifra negra –la desconocida por la policía– todavía es más alta en la violencia sexual.

Por eso Sàmper ha expresado que quiere modificar la organización de los Mossos para que tengan una comisaría dedicada a la violencia que sufren las mujeres. Pero cambiar esta estructura del cuerpo –la actual es de hace diez años– quedará pendiente del nuevo Govern. Sàmper ha avanzado que su idea es que esta comisaría se forme con una sede en Barcelona, que más adelante se pretende extender en el territorio, donde haya unos agentes “expertos” en esta materia para recoger el trabajo de los grupos de atención a la víctima ya existentes y generar una inteligencia policial. Una propuesta que dependerá de si el conseller continúa en Interior o de quien asuma la cartera, a pesar de que Sàmper se ha mostrado convencido de que “tiene que haber unanimidad” en el nuevo Govern para aprobarla.

Mejorar la investigación

El decálogo de intenciones del conseller también se quiere traducir en otros cambios en los Mossos. Escudé ha admitido que hay que mejorar la investigación en el entorno de la víctima para tener testigos que puedan explicar una situación que hayan visto, porque la violencia machista “no es una única agresión”. La inspectora ha añadido que se trabaja para ofrecer la asistencia gratuita de abogados a cualquier víctima que sufre cualquier tipo de violencia machista, no solo en el ámbito de la pareja, como obliga a hacer la ley catalana que se amplió hace pocos meses. Desde febrero, los grupos de atención a la víctima de Barcelona son los que recogen las denuncias de violencia doméstica y de género, de matrimonios forzados y mutilación genital femenina, lo que se quiere extender a todo el país. Fuera de su horario, lo continúan haciendo los agentes de atención a la ciudadanía.

Los grupos de atención a la víctima de todas las comisarías también tendrán el material tecnológico necesario para poder hacer el seguimiento de los casos por videoconferencia y no solo con llamadas. Sin embargo, consciente de que cualquier agente de los Mossos puede interactuar con las víctimas, Escudé ha reconocido que se tiene que hacer una formación a todos los niveles: “No nos sirve de nada tener un grupo especializado si somos los únicos que lo trabajamos. La intervención tiene que ser integral”. La inspectora ha explicado que a pesar de que los datos de Interior y los Mossos solo recogen las muertes por violencia machista en el ámbito de la pareja –el año pasado fueron nueve, pero si se cuentan todos los feminicidios las víctimas se elevan a doce–, el resto de aspectos ya incluyen el ámbito familiar, social o comunitario, la violencia sexual, los matrimonios forzados y la mutilación genital.

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