Mueren de hambre y sed 47 personas a bordo de una barca a la deriva hacia las Canarias
La embarcación pasó 13 días a la deriva después de que se rompiera el motor
BarcelonaAl menos 47 personas han muerto de sed e inanición a bordo de una patera en dirección a las Canarias. La barcaza había salido a principios de agosto de las costas marroquíes con una cincuentena larga de pasajeros, pero después de dos semanas de travesía a la deriva se quedaron sin comida ni agua y poco a poco las fuerzas se les acabaron y fueron muriendo uno detrás de otro delante de sus compañeros. Los guardacostas de Mauritania localizaron la precaria embarcación el lunes con 10 supervivientes, según ha explicado la activista Helena Maleno, responsable de la ONG Caminando Fronteras, que hace el seguimiento de las barcazas que intentan llegar a Europa para alertar a las autoridades de naufragios y poder socorrer a los migrantes. Entre las víctimas mortales hay tres niños.
El viaje había empezado el 3 de agosto desde la costa marroquí y tenía previsto llegar hasta las Canarias, la ruta más transitada y letal desde que se bloqueó la vía desde Turquía. A bordo había más de 50 personas, mayoritariamente de Senegal y Malí. Pero el viaje, que si todo va bien dura alrededor de 24 horas, se convirtió en una pesadilla. Los supervivientes han explicado a las autoridades mauritanas que el motor se rompió y la embarcación quedó a merced del oleaje, sin capacidad de guiarlos hacia un lugar seguro, informa la agencia Efe.
En el relato que Maleno ha publicado en las redes pone en boca de uno de los supervivientes que durante los días que estuvieron a la deriva se encontraron algunos barcos, pero ninguno les ayudó. La comida y el agua que llevaban para lo que tenía que ser un trayecto relativamente corto se acabó y la sed, el hambre y el cansancio fueron matando progresivamente la mayoría de los pasajeros. Las corrientes marítimas llevaron, finalmente, la barca a la playa de Nouadhibou, en Mauritania, donde los supervivientes desembarcaron. De estos, tres murieron cuando ya estaban en tierra.
Desesperación de los supervivientes
Según Maleno, cuatro de los siete que han sobrevivido a la tragedia ya tienen una orden de expulsión a sus países de origen. "No quiero que me expulsen en la frontera, que me echen sin nada al desierto, no tengo fuerzas. Por favor, enviadme a mi país", suplica uno de los náufragos en unas palabras recogidas por la activista.
La de las Canarias es la ruta que se ha cobrado más vidas en los últimos años desde que Europa blindó el acceso por Grecia e Italia, lo cual ha hecho que el viaje desde las costas turcas y libias se haya hecho más peligroso y que se reactivara la vía del Atlántico. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), solo en el primer semestre de este segundo año pandémico han muerto como mínimo 1.150 personas intentando llegar a las costas europeas, una cifra más de dos veces superior a la registrada en este periodo durante el año pasado. De estas, 250 murieron en su intento de llegar a las Canarias. Las cifras, sin embargo, no reflejan la magnitud del drama humanitario porque los naufragios pasan inadvertidos y, según Caminando Fronteras, sólo se recuperan el 5% de los cadáveres.
Las guerras y la inestabilidad política de los países son la causa que explica las migraciones de sur a norte. Pero no son, ni mucho menos, las únicas que explican el aumento anual de personas que dejan su casa buscando una vida mejor. La falta de oportunidades y de expectativas pero también la pérdida de formas de ganarse la vida por el abuso de empresas y políticas occidentales alimentan la migración, sobre todo de las generaciones jóvenes y a menudo bien formadas. La estocada final ha sido el covid, puesto que ha paralizado las economías locales y ha hundido el mercado turístico que ocupaba a miles de personas que, sin clientes, ven peligrar su supervivencia.