"No sé dónde ponerme, yo solo quiero protestar"
Unas 300 personas tratan de manifestarse durante el pregón a pesar del cierre de la Plaça Sant Jaume
Jaume BarcelonaEn contra de la zona de bajas emisiones, de la recogida selectiva del puerta a puerta en Sant Andreu, de los desahucios, de los recortes a Betevé o a favor de los perros a los parques públicos. También para defender la independencia e, incluso, para denunciar el régimen castrista de Cuba. Y es que, sin protesta, en Barcelona no hay fiesta mayor. En esta edición, además, había un motivo añadido para salir a protestar: el Ayuntamiento de Barcelona ha precintado los alrededores de la Plaça Sant Jaume, epicentro de las protestas populares, para evitar grandes concentraciones de personas durante la pandemia. "No dejar protestar es fascismo", criticaba un vecino de Sant Andreu que ha preferido no decir su nombre. "Va de demócrata y es todo lo contrario", gritaba Marta, del Eixample.
El precinto perimetral era una directriz del Procicat, es decir, del Govern de la Generalitat, pero rápidamente se ha convertido en una razón más para protestar contra la alcaldesa de Barcelona. "No solo han cerrado la plaza. Han cerrado todo el entorno y lo hacen porque no quieren que se nos oiga, ¡pero ya lo creo que nos oirá!", decía Francesc Abad cogiendo una bocina y haciéndola sonar hasta dejar sordos a todos los presentes, que enseguida han respondido: "Viva Barcelona, fuera Colau".
A pesar del inmenso alboroto, que ha empezado este jueves incluso antes del pregón de Custodia Moreno en el Saló de Cent, en total debía de haber unas 300 personas repartidas entre las vallas que blindaban la plaza. Sin ningún tipo de duda, la protesta más exótica era la de la Alianza Iberoamericana Contra el Comunismo. Idalmis Menéndez ha justificado su presencia: "El Ayuntamiento ha decidido que la ciudad invitada sea La Habana y todos los artistas que vendrán invitados han pasado el filtro de la dictadura y son comunistas". A su lado estaba Carme, de Gràcia. "Yo no soy de Cuba, soy del Facebook. Y he visto una convocatoria para protestar. Y es que no sé dónde ponerme, yo solo quiero protestar". Carme ha criticado tantas vallas y tantos agentes: "Esto parece una cumbre de la ONU", decía.
Las protestas han empezado hacia las seis de la tarde y han seguido incansables durante toda la tarde. En la Plaça Sant Jaume solo podían entrar 600 personas. La mitad eran invitados de entidades de fiesta popular y la otra mitad los que habían conseguido apuntarse por internet. Ninguno de ellos ha podido oír el pregón porque ni una triste pantalla retransmitía lo que estaba diciendo Custodia Moreno en el Saló de Cent. Cuando los fuegos artificiales han dado el pregón por acabado y la fiesta mayor por empezada, los Ministrils del Camí Ral han hecho sonar las notas del Toc d'inici y los gigantes han ido saliendo a la plaza.
Entre nota y nota se oían todavía los abucheos, principalmente desde la calle Ciutat, donde los barceloneses independentistas se han hecho fuertes. También se oían bombos. Entre ellos, el de Josep, Pepo. "Cada año hay abucheos, siempre es así", decía mientras repasaba la partitura. Y es que en Barcelona, sin protesta, no hay fiesta.