Oposición vecinal a los macrobloques de pisos de Cosme Toda en l'Hospitalet
Se están construyendo más de 1.350 viviendas nuevas en una de las zonas más densas de Europa
L'HospitaletPere Meca, de 63 años, vive en el barrio de Sant Josep de l'Hospitalet desde que se casó. Ha visto crecer ahí a sus hijas y, ahora, ya va a recoger a su nieta a la escuela, pero en Cornellà de Llobregat, porque las escuelas que tiene más cerca están "muy tensionadas". También la lleva a jugar en el parque –"bueno, vamos donde podemos, que no tenemos mucho espacio y todo es cemento", matiza–. A menudo va al centro de Barcelona con el autobús de la línea M12, que "a veces ni para porque ya va demasiado lleno" y, para ir al médico, tiene que ir hasta el barrio del Centre, en el CAP Just Oliveras, que está "colapsado". "¿Qué esperabas? Vivimos en una de las ciudades y en una de las zonas más densas de Europa", se queja Meca con los datos del Eurostat en la mano.
Por si no fuera suficiente, ahora delante de casa le están levantando un macroparque residencial de dieciséis bloques de pisos, en el antiguo conjunto fabril de Cosme Toda, y ocho más en una zona adyacente que también era terreno industrial. Los bloques serán de entre cinco y quince plantas y, en total, sumarán más de 1.350 viviendas nuevas y unos 125.000 metros cuadrados de techo (contando los locales comerciales) en seis hectáreas. "Nos prometieron que mejorarían los servicios públicos, pero lo único que vemos que empiezan a construir son estos edificios monstruosos", se queja Meca.
El primer teniente de alcalde y concejal del área de Desarrollo Económico de l'Hospitalet, Francesc Belver, admite que todavía no han aumentado -ni hay nada concreto previsto al respecto- las frecuencias del transporte público en el barrio. "Se tiene que ir viendo cuál es la evolución y las cargas de uso y, en función de esto, adaptarse. También estamos estudiando proyectos para una guardería, una residencia de gente mayor y un centro de día. Y, junto con el departamento de Educación, nuevas equipaciones escolares o ampliar líneas a centros educativos ya existentes", apunta también el teniente de alcalde. La arquitecta y consultora Maria Sisternas remarca, aun así, que todo esto ya tendría que estar planificado y explicado a los vecinos: "Esta es la diferencia, por ejemplo, entre una ciudad como Londres y una como l'Hospitalet".
Déficit de zonas verdes
La falta de zonas verdes es otro de los principales problemas del barrio de Sant Josep. "Por no tener, casi no tenemos ni árboles. Todo es asfalto y cemento. Se podría haber aprovechado Cosme Toda para hacer un parque", propone la vecina Núria Blanco. Lejos de esto, la asociación Stop Massificació Cosme Toda asegura que el Ayuntamiento de l'Hospitalet ha permitido el máximo de metros de techo que ha podido por ley. Belver argumentó en declaraciones a TV3 que el consistorio "no puede dedicarse a comprar de forma ilimitada terrenos con el objetivo de convertirlos en zona verde" y ha explicado al ARA que después de negociar ha autorizado a la constructora levantar todo este volumen de vivienda para que también haga zonas verdes. "Esto es tramposo, porque consideran zona verde el espacio que habrá entre bloques, que son unos 20 metros. Será como una especie de patio interior un poco ajardinado y sin mucha luz", se queja Daniel Rueda, uno de los portavoces de Stop Massificació Cosme Toda.
Los vecinos también critican que el Ayuntamiento incluso contabilice como zona verde, por ejemplo, las rotondas o el cementerio. "Desgraciadamente, es una mala praxis de muchos municipios. Un verde de calidad tiene que ser como un microclima, con fauna y permeabilidad", recuerda Sisternas.
Sin suficiente luz
Stop Massificació Cosme Toda ha presentado un recurso a Antifraude, que lo ha admitido a trámite, porque creen –varios arquitectos les han hecho un estudio– que es "muy y muy probable" que el macroproyecto incumpla la normativa que obliga a que todos los pisos reciban al menos una hora de luz el día. "Los cálculos se hacen con el día 21 de enero y es casi imposible que consigan que todas las plantas, sobre todo las más bajas, vean suficiente el sol", asegura uno de los arquitectos y activistas que ha ayudado a la asociación, Fran Villaescusa, que también denuncia que la constructora haya empezado a construir primero los pisos que tendrán más sombra. "De esta manera, podrán alegar que, en el momento de construcción de estos bloques, sí reciben suficiente luz porque los que los taparán todavía no estarán hechos".
¿Sustitución demográfica?
El consistorio defiende que hay que renovar el parque residencial de la ciudad –"Tres de cada cuatro pisos son anteriores a 1970", subraya Belver– y descarta la posibilidad de que se produzca una sustitución demográfica, pero Stop Massificació Cosme Toda asegura que la mayoría de vecinos de la zona no se podrán pagar ninguna de las viviendas nuevas, quizás les subirán los alquileres y, si son propietarios, tampoco podrán vender bien de precio porque la mayoría de pisos se caen a pedazos. "Algunos vecinos me dicen que están contentos, que esto hará subir el valor de nuestra casa, pero créeme, si me dieran suficiente dinero para comprarme otra cosa y marcharme del barrio, no sería aquí", afirma Blanco, vecina de los pisos de la zona Ciutat Condal, que limitan con Cosme Toda y desde la calle se puede ver que están apuntalados porque las vigas están en mal estado. "Hace tiempo que estamos así y el Ayuntamiento nos da la espalda, arreglarlo nos costaría 20.000 euros por vecino y no nos lo podemos permitir. Los hay que tienen la cocina o los lavabos llenos de puntales", añade. Para acabarlo de rematar, desde que empezaron las obras de los nuevos bloques sufren cortes de luz continuos.
En el otro lado de Cosme Toda, donde había naves industriales y se construirá una parte importante de los nuevos edificios, se desalojó a finales del año pasado a unas sesenta personas –sobre todo de origen rumano y sudamericano– que habían ocupado uno de estos recintos, donde malvivían. Todavía hay siete que no han podido encontrar ninguna otra vivienda o espacio y duermen a la intemperie. "Los hay que han podido ir a casa de familiares o amigos, pero nosotros no conocemos a mucha gente, aquí, y algunos no tenemos papeles ni nada. Menos mal de los vecinos, que nos ayudan", responde Maribel Martínez.
Ni los vecinos ni Sisternas tampoco creen que el macroparque residencial pueda solucionar el problema de acceso a la vivienda de l'Hospitalet. "La auténtica demanda que tiene el área metropolitana de Barcelona son pisos asequibles, y para alquilar, no para vender", insiste la arquitecta, que también critica que no se potencie un barrio mixto, es decir, que combine viviendas con actividad económica y todo tipo de servicios. "Casi solo habrá pisos porque es lo más rentable para el promotor, pero esto no es sostenible porque genera mucha movilidad diaria", asegura Sisternas. Stop Massificació Cosme Toda también se queja de que "el Ayuntamiento siga condenando a l'Hospitalet a ser una ciudad dormitorio".
También hay algunos vecinos, claro, que están a favor. "Prefiero que haya pisos que fábricas abandonadas", dice la vecina Laura García. Y, a pesar de que alrededor de Cosme Toda se ven muchos balcones con pancartas que piden "Menos bloques y más servicios y espacios verdes", nada hace pensar que conseguirán parar las obras. "Desengañémonos: para que no nos construyan esto aquí delante, tendríamos que ser más, o bien los que somos tendríamos que protestar de forma más contundente y gritar más fuerte", dice Isabel Martínez, otra vecina.