Parto viral en la playa: "Eso no es un parto respetado"
Las redes sociales han encendido el debate sobre el fenómeno 'freebirth', parir en un entorno natural y sin profesionales sanitarios
BarcelonaUna mujer pare un bebé en el mar del Japón cogida a una roca. Se llama Keiko y está dando a luz a su tercer hijo mientras el padre de la criatura y los otros dos hijos observan la escena desde la playa. El vídeo se ha hecho viral en pocos días en las redes y ha encendido el debate alrededor del freebirth o parto libre en un entorno natural y sin asistencia de profesionales sanitarios. A pesar de que es todavía una opción minoritaria y residual, las redes sociales han servido de plataforma para difundirlo y popularizarlo. No se tiene que confundir con el parto en casa, donde hay comadronas acreditadas que hacen un seguimiento, ni con el parto al agua en casa o en un hospital. Los profesionales sanitarios consultados alertan de los riesgos de parir en el mar, pero también piden preguntarse por qué hay mujeres que ante la percepción de una excesiva medicalización de procesos fisiológicos normales, como el embarazo o el parto, optan por un parto fuera del entorno sanitario.
Para Anna Ramos, supervisora de ginecología y obstetricia del Hospital de Sant Pau, los principales problemas que se observan en un parto en el mar como el que aparece en el vídeo viral es que la mujer tiene al hijo en aguas turbias y con oleaje. "La premisa número 1 en un parto al agua es que el agua esté clara y puedas ver en todo momento los pies de la madre", dice Ramos, que defiende esta manera de parir en un entorno seguro. De hecho, el Hospital de Sant Pau incluirá pronto bañeras para hacer un parto al agua. Ramos añade que la mujer tiene que estar cubierta de agua "para que cuando el bebé salga de la vagina quede cubierto de agua y sea la criatura quien haga la transición, que puede durar segundos". Esta comadrona explica que los bebés que nacen en el agua ya lo hacen algo más de hipotónicos (con un tono muscular bajo), como se observa en el vídeo, porque hasta que no salen del agua "no empieza a respirar". "¿Cuál es el problema? Que hay un oleaje que va y viene y quiere decir que en algún momento el agua desaparece de la cara del bebé y después vuelve y esto puede comportar que no inicie una respiración adecuada y broncoespire agua (paso accidental de líquidos a las vías respiratorias) y el agua salada es agresiva para el pulmón", indica Ramos.
Temperatura del agua
En casa y en el hospital ya es posible parir al agua, pero los profesionales alertan de que esto es diferente de hacerlo en el mar, donde la temperatura y la calidad del agua puede no ser la adecuada. "Me preocupa también que pueda hacer una sepsis (respuesta inflamatoria generalizada del cuerpo). El agua tiene que estar limpia y tratada como si fuera potable", dice Ramos. Concretamente, la temperatura tiene que estar entre los 35 y los 37 grados. "No hay que cocer a la madre pero tiene que tener suficiente calor como para no provocar un cambio brusco de temperatura cuando la criatura sale", añade esta comadrona.
"El parto no es estéril. El canal de parto tiene muchos microorganismos que hacen su función y, por lo tanto, el entorno no tiene que ser estéril pero el agua tiene que estar limpio y la del mar está sucia y esto también se tiene que tener en cuenta", añade la pediatra Joana Herrero. Esta pediatra de atención primaria considera que el movimiento conocido como freebirth no se puede calificar de parto respetado. "Un parto respetado tanto puede ser uno vaginal no intervenido como una cesárea si se tiene en cuenta la salud de la madre y la del bebé, y si bien las mujeres estamos capacitadas para parir, puede haber complicaciones y cosas que no podemos controlar y tiene que haber un profesional formado que sea capaz de atender estas posibles complicaciones", añade. "Por eso creo que un parto en medio de la naturaleza no es un parto respetado", concluye.
Estos días también se han difundido en las redes las imágenes de otro parto libre, sin asistencia médica, y también en el mar. En este caso, el de la alemana Josey Peukert, que parió en una playa de Nicaragua el febrero pasado para demostrar el que el cuerpo de la mujer puede hacerlo por sí solo.
"¿Por que las mujeres no quieren parir en el hospital?"
Los profesionales sanitarios también piden hacer autocrítica y preguntarse por qué hay mujeres que optan por el freebirth. "Hemos de hacer esta reflexión: ¿por qué está pasando esto? ¿Por qué las madres tienen miedo de ir a parir a un hospital? ¿Por qué los hospitales se ven como un entorno hostil para dar a luz? Si la madre tiene en la cabeza la idea de un parto respetado y no siente que el hospital le pueda ofrecer aquello que quiere, buscará otras vías", explica la pediatra Joana Herrero.
Induccions y episiotomías innecesarias, cesáreas poco respetuosas, técnicas obsoletas y desaconsejadas como la maniobra de Kristeller, infantilización de la mujer, trato deshumanizado o medicalización injustificada son algunas de las prácticas constitutivas de violencia obstétrica. Pero también lo es "que una mujer no se haya sentido acompañada y se haya sentido agredida en un momento de máxima vulnerabilidad", dice Herrero. O que no se la tenga en cuenta ni se le informe de los procedimientos que se le harán. "Las mujeres tienen que tener un parto respetado, sea un parto vaginal o una cesárea", reivindica la pediatra, que recuerda que se están produciendo cambios entre los profesionales así como en los entornos hospitalarios. Hace años que las mujeres reclaman parir de otro modo e instan a desmedicalizar procesos fisiológicos normales, como el embarazo o el parto, y empujan a cambiar el modelo assistencial.