Los primeros desplazados climáticos de Catalunya: "Hasta ahora hemos sobrevivido, pero estamos atrapados"
Afectados por las inundaciones de la dana 'Alice' buscan opciones para reubicarse con el Ayuntamiento de Alcanar, mientras esperan las ayudas de la zona catastrófica
Alcanar"Nos miramos y lo entendimos todo: la única solución que quedaba era que la familia entera se marchara definitivamente de su casa". Así es como el alcalde de Alcanar, Joan Roig, relata el momento en que se encontró Dídac Pla, su mujer y sus dos hijas con barro hasta la cintura la misma noche de las inundaciones. La dana Alice acababa de descargar con gran virulencia en esta población del Montsià y otras próximas como Godall, Santa Bárbara, la Ràpita, Ulldecona y Tortosa. En algunos de estos municipios se llegaron a superar los 250 litros por metro cuadrado, y esto ha sido la gota que ha colmado el vaso: después de que Pla y su familia se hayan visto afectados con cuatro inundaciones en los últimos siete años, están a un paso de convertirse en los primeros desplazados climáticos de Catalunya.
"Nos compramos la casa en el 2010, hipotecándonos y con la ilusión de hacer crecer aquí a una familia. Tan sólo hemos vivido ocho años en paz sin recibir la fuerza de los aguaceros bajando por la calle e inundando la casa", relata Pla, quien asegura que cuando compraron la vivienda, construida en 1978, nadie les advirtió. La suya no es la única construcción que se ha visto afectada por las inundaciones que causan las gotas frías –cada vez más frecuentes y violentas a consecuencia de la crisis climática–. Son un total de diez familias ubicadas en el barranco del Llop, en la urbanización de Serramar de Alcanar Playa, las que han pedido al Ayuntamiento de Alcanar la reubicación alegando la imposibilidad de vivir en una zona que se ha demostrado reiteradamente que es inundable.
"Ya hemos vivido unas cuantas inundaciones, cada una a su manera, pero como esta última no habíamos visto ninguna", explica Pla con relación al episodio de lluvias de hace menos de un mes. Aunque cada año repiensan las estrategias para hacer frente a las trombas de agua, dice que la torrencialidad de la dana Alice les ha "sobrepasado". En cuestión de minutos todo su entorno se convirtió "en un mar agitado". "¿Con qué perspectiva debemos volver a invertir dinero en arreglar lo que nos ha tumbado y rehacer nuestra vida sabiendo que volveremos a perderlo todo?", se pregunta, incrédulo, sentado frente al muro de su jardín, todavía tumbado por los aguaceros.
Negociaciones para volver a empezar
Los preparativos para soportar las lluvias torrenciales deben ser rápidos y eficientes: tapiar rápidamente las aberturas de la casa, retirar los coches fuera del barranco para que no se les lleve el aguacero y evacuar a la familia al primer piso. "Ojalá esto sólo lo hubiéramos hecho las cuatro veces que las inundaciones han llegado a casa. Pero nos vemos obligados a hacerlo distintas veces al año porque nunca sabemos cuándo una lluvia intensa puede convertirse en un auténtico desastre", explica. Ésta ha sido su vida en los últimos siete años.
La clave de todo ello, explica Pla, está en la anticipación. Ellos ya no esperan a recibir la alerta en los móviles, ya que recuerdan que en el 2021 no les llegó ninguno y el agua les entró dentro de casa. Se han acostumbrado a seguir las indicaciones del Inuncat ya mirar constantemente el cielo. "Todas estas veces hemos sobrevivido, pero eso no es vivir. Estamos atrapados", remacha.
Por eso, tanto su como nueve familias más de la misma zona han llegado a un "consenso unánime" para que se les desplace a una zona segura. Desde el primer momento, los vecinos aseguran que el Ayuntamiento les ha dado un "apoyo incondicional" asumiendo los gastos de las reubicaciones de cada aguacero y buscando una solución a largo plazo para cada uno de ellos. Ahora bien, donde todavía no existe consenso es en la forma que debe tomar la compensación de la pérdida de estas viviendas por parte de los propietarios.
"No es lo mismo alguien que tiene una segunda residencia o que en la casa afectada solo vaya a pasar unos días al año. Yo no tengo ningún sitio más al que ir", expone Pla. Este padre de familia tiene claro que no aceptará "cualquier propuesta" y que es necesario que las negociaciones sean individuales para evaluar las necesidades de cada núcleo. "Sé que no volveré a tener una casa como la que tengo ahora, pero no sería justo empezar una vida lejos de la escuela de las hijas y de mi trabajo".
Si se ejecutan las expropiaciones, estos vecinos del Montsià se convertirán en los primeros desplazados climáticos registrados en Cataluña. Este concepto hace referencia a una persona que se ve obligada a abandonar su hogar debido a cambios ambientales o desastres naturales relacionados con el clima que hacen que vivir en ellos sea peligroso o imposible.
Esta etiqueta, sin embargo, no asusta ni a Pla ni al alcalde de Alcanar, que asegura que desde el consistorio llevan años trabajando para adaptarse y mitigar los efectos de la crisis climática. La expropiación de las viviendas es la última de las opciones para ambas partes, pero en este punto no hay alterativa que no ocurra por la renaturalización del barranco y por volver a hacer pasar el caudal del agua por donde se había hecho lugar de forma natural.
"Hace tanto tiempo que hablamos de reubicar a los vecinos de esta zona y que hacemos pedagogía de las consecuencias de la crisis climática que al final han sido ellos mismos quienes han dicho «hasta aquí»", asegura Roig, que entró en el Ayuntamiento poco antes de la inundación del 2018. Desde ese año, Alcanar ha sido reconocida como en 2021 y 2023. Y en estos momentos ya han iniciado los trámites para que haya una cuarta: la de los estragos de la dana Alice.
Retrasos en las ayudas
Por el momento, las ayudas prometidas no llegan. El consistorio tan sólo ha recibido el 10% del coste de los destrozos de los aguaceros del 2018 y apenas empiezan a recibir las ayudas de las inundaciones del 2023. "Esto te deja absolutamente fuera de juego: no hemos tenido margen para reparar los destrozos del 2018 y ya nos hemos inundado la tres veces más" supramunicipales, especialmente de la Generalidad.
Sin embargo, el alcalde lamenta que la Unión Europea no haya incluido el concepto de refugiado climático en su marco normativo, lo que dificulta la demanda de ayudas de este tipo y la monitorización de las personas que se ven obligadas a marcharse de sus casas por motivos climáticos. "Es inverosímil. Estos ciudadanos necesitan una protección jurídica por un fenómeno que ya vivimos", argumenta.
Pese al déficit económico y la falta de apoyo legal europeo, desde el Ayuntamiento de Alcanar también llevan años intentando anticiparse con un plan casi único en Catalunya para hacer frente a las consecuencias ya palpables de los impactos de la crisis climática. Por un lado, han ejecutado obras de adaptación del terreno como la balsa de laminación -que recoge el exceso de agua durante lluvias intensas y la libera después de forma gradual-, la ampliación de la salida natural de uno de los barrancos o la recuperación de zonas naturales para mejorar la evacuación del agua.
Por otro lado, Roig destaca el trabajo pedagógico y asesorado por la comunidad científica que se ha realizado en los últimos años a través de charlas y reuniones. Además, en 2023 se creó una mesa técnica formada por una quincena de especialistas para la elaboración de propuestas urbanísticas, políticas y sociales para mejorar la resiliencia de Alcanar ante las consecuencias de la crisis climática.