Salud

La cóvid puede dejar una huella en el cerebro, incluso si no nos hemos contagiado

Un estudio plantea que la incertidumbre, el aislamiento y el estrés durante la pandemia pueden acelerar el envejecimiento cerebral

Gente con mascarilla paseando por el centro de Barcelona casi un año después del estallido de la pandemia.
ARA
22/07/2025
3 min

BarcelonaEl estrés, el aislamiento, la interrupción de hábitos y la incertidumbre que provocó la Covid-19 hace cinco años pueden haber dejado huella en el cerebro, según plantea un nuevo estudio publicado este martes en la revista Nature Communications. Investigadores británicos sugieren que el contexto generado por el SARS-CoV-2 "puede haber acelerado el envejecimiento cerebral" de la población, incluso entre aquellos que nunca se contagiaron. Un efecto que no es irreversible, avanzan los científicos.

Liderado por el bioingeniero y analista de datos de resonancias magnéticas Ali-Reza Mohammadi-Nejad, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nottingham, el grupo examinó los escáneres cerebrales longitudinales de cerca de un millar de adultos sanos, todos ellos participantes del UK Bio para ayudar a la ciencia en el análisis de datos biomédicos. A algunos les habían hecho escáneres antes y después de la pandemia; a otros, sólo antes de que esta emergencia sanitaria diera la vuelta al mundo.

Mediante imágenes avanzadas y sistemas de aprendizaje automático utilizando una cohorte de 15.334 participantes sanos, los investigadores estimaron "la edad cerebral" de cada participante, es decir, cuántos años parecía que tuviera su cerebro en comparación con su edad real. Y, de acuerdo con sus conclusiones, quienes vivieron la pandemia mostraban signos de un envejecimiento cerebral más rápido a lo largo del tiempo que los que fueron escaneados antes. En concreto, el cerebro de una persona parecía envejecer de media 5,5 meses más por cada año vivido durante la pandemia.

El estudio contó con el apoyo del Centro de Investigación Biomédica de Nottingham y el National Institute for Health and Care Research (NIHR), entre otros. "Lo sorprendente fue que incluso las personas que no habían tenido la covid mostraron aumentos significativos en las tasas de envejecimiento cerebral. Esto realmente demuestra cómo la experiencia de la pandemia en sí puede haber afectado a nuestra salud cerebral", valora Mohammadi-Nejad.

Los cambios fueron más notables en personas mayores, hombres y personas de entornos más vulnerables. Ahora bien, los investigadores sólo observaron una disminución en ciertas habilidades cognitivas, como la flexibilidad mental y la velocidad de procesamiento, en los participantes que sí se contagiaron de cóvido-19. "Eso puede sugerir que el efecto de envejecimiento cerebral de la pandemia, por sí solo (sin infección), puede no causar síntomas", explican los autores en una nota de prensa.

Reacciones independientes

Para el profesor de neurología y neurociencia cognitiva de la Universidad de Oxford Masud Husain, éste es un análisis hecho con mucho cuidado, pero apela a la cautela a la hora de interpretar los resultados, ya que la diferencia de edad cerebral era de pocos meses. "El tiempo entre las exploraciones fue mucho más corto en las personas que se escanearon antes y después de la pandemia, en comparación con las que se realizaron las dos exploraciones antes de la pandemia. Por tanto, no sabemos si el envejecimiento cerebral se habría recuperado si hubiera transcurrido más tiempo", dice en declaraciones a SMC.

Maxime Taquet, profesor asociado del departamento de Psiquiatría de Oxford, destaca que la mayoría de las personas mostraron un envejecimiento cerebral al ritmo esperado, pero también que una mayor proporción de lo habitual mostró aumentos sorprendentes en la edad cerebral de 15 a 20 meses adicionales por año. "Los hallazgos plantean preguntas importantes sobre el impacto neurológico a largo plazo de la pandemia, ya sea a causa de la infección en sí misma o del estrés psicológico y social más amplio que causó", admite.

También en declaraciones a SMC, Taquet dice que el estudio sugiere que el envejecimiento cerebral observado puede reflejar un efecto "biopsicosocial" que combina el impacto de la infección con el estrés psicológico y social de la pandemia, pero no cierra la puerta al papel de las infecciones no detectadas. Según Taquet, un análisis del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud estimó que más del 90% de la población del Reino Unido podría haber sido infectada a finales de 2022, lo que significa que muchos participantes clasificados como "no infectados" podrían haber tenido casos asintomáticos o no documentados.

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