"Por cada kilómetro que te alejas de la playa en Barcelona, ganas calidad de vida"
Un estudio de 'The Lancet' realizado en Barcelona avisa de que el riesgo de sufrir hígado graso es mayor en el Raval, en el Gòtic y en la Barceloneta
BarcelonaEs una enfermedad que avanza silenciosamente y que afecta ya a uno de cada tres adultos, muchos de los cuales acabarán necesitando un trasplante. Cada vez hay más personas en el mundo con esteatosis hepática, conocida popularmente como hígado graso, que es una patología que en los países occidentales y de Oriente Medio está estrechamente ligada a unos hábitos de vida sedentarios y al consumo de alcohol y alimentos ultraprocesados. Sus consecuencias pueden ser muy graves: puede causar una disfunción del hígado y generar fibrosis hepática, que favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares como el infarto y el ictus, así como cáncer y cirrosis.
A pesar de su prevalencia al alza y el importante impacto que tiene en la salud de quien la padece, un equipo de investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) avisa en un artículo de que esta enfermedad "no es una prioridad" en salud pública y hace un llamamiento a la acción para disminuir su incidencia. Se ha hecho eco la edición europea de la revista The Lancet Regional Health, que publica este jueves los resultados de una investigación en la que han analizado el riesgo de desarrollarla en función del barrio de Barcelona en el que se vive.
En concreto, las personas que viven en zonas de la ciudad con una alta densidad de puntos de venta de alcohol y poca oferta de comida saludable, es decir, donde el acceso a frutas, verduras y alimentos frescos es más limitado, tienen más riesgo de desarrollar esta enfermedad. El jefe del grupo de salud pública del hígado de ISGlobal y principal autor de la publicación, Jeffrey Lazarus, explica que en el Raval, el Gòtic y la Barceloneta el riesgo de sufrir esteatosis hepática es mayor que en otros puntos de la ciudad donde los vecinos tienen más opciones para hacer la compra. En estos tres barrios también hay más tiendas y locales que venden alcohol.
Según el experto, en Ciutat Vella, por ejemplo, no hay tantos supermercados en condiciones y venden alcohol a todas horas, aunque existen regulaciones para evitarlo. "Por cada kilómetro que se alejan de la playa en Barcelona, la calidad de vida de los vecinos aumenta", se lamenta Lazarus, que insiste en que hay que tener en cuenta a los determinantes sociales cuando se habla de salud. "No se puede culpar a la gente que vive y sufre la enfermedad, porque los recursos son más limitados", argumenta el investigador.
Asintomático y sin tratamiento
El hígado graso es difícil de detectar porque es asintomático hasta que no llega a fases avanzadas, cuando ya se relaciona con enfermedades más graves. se impulsen ayudas para comprar frutas y verduras, se pongan impuestos sobre productos poco saludables, como las bebidas azucaradas y las alcohólicas, y se mejore el entorno urbano para que favorezca un estilo de vida más saludable con la implementación de más carriles bici y zonas verdes que se producen con la enfermedad por tanto, también disminuiría el gasto sanitario que actualmente se destina a tratar esta afectación del hígado y las otras patologías relacionadas.
Hasta hace poco, las personas que sufrían esteatosis hepática no disponían de ninguna opción terapéutica. Hace un año la agencia reguladora de medicamentos estadounidense, la FDA, aprobó el primer medicamento para combatir el hígado graso del mundo y se espera que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en inglés) lo autorice este año. Bautizado comoremitiremos, su desarrollo ha contado con la participación de investigadores del Hospital Vall d'Hebron y consigue reducir la presencia de grasa, la inflamación, el daño celular y la fibrosis en el hígado de las personas que la padecen, cuando se combina con dieta y ejercicio. el órgano. Cuando se produce este exceso de tejido fibroso, la enfermedad puede progresar hasta una cirrosis y, en última instancia, a un fallo de un órgano. El hígado es vital, por lo que su autorización en Europa supondría un punto de in la incidencia de esta enfermedad en auge.
Un reto no reconocido
Sin embargo, actualmente la esteatosis hepática se excluye de las estrategias para hacer frente a las enfermedades no transmisibles (no infecciosas) en las áreas urbanas, entre ellas el cáncer, la diabetes, las enfermedades pulmonares crónicas y las enfermedades cardiovasculares. En los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas se plantea reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles antes de 2030, por lo que los investigadores de ISGlobal reiteran que es necesario incluir el hígado graso y fortalecer una estrategia que la prevenga.
Aunque el análisis se hizo en Barcelona, los autores consideran que las conclusiones podrían ser extrapolables a otras áreas urbanas, y desde ISGlobal avisan de que la necesidad de hacer frente a este desafío de salud pública "es inmediata y requiere una acción colectiva". Así pues, piden que las diferentes administraciones, tanto el Ayuntamiento como los gobiernos catalán y español, trabajen de forma coordinada y alineada con las recomendaciones internacionales para reducir la incidencia de la enfermedad.