Sàmper confía en un “cierto control” después de los últimos disturbios

El 'conseller' dice que “en breve” se harán públicos los protocolos internos de las herramientas de orden público

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Un periodista fotografiando dos agentes antidisturbioses  de los Mossos con una lanzadora de foam en la protesta de ayer en Barcelona por Hasél

Barcelona41.675 manifestantes, 375 contenedores quemados, 152 establecimientos con desperfectos, 25 otros daños, 27 heridos, 136 detenidos y 73 agentes lisiados. Es el balance del departamento de Interior después de las protestas y los disturbios de los últimos 15 días por el encarcelamiento de Pablo Hasél. El conseller Miquel Sàmper, sin embargo, ha definido la situación actual de un “cierto control” que ha atribuido a la tarea hecha por los Mossos d'Esquadra y las policías locales. Sàmper ha confiado que “realmente haya acabado la violencia” con la movilización del sábado en Barcelona, cuando se quemó una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente dentro.

En una comparecencia en el Parlament, también ha anunciado que “en breve” se harán públicos los protocolos internos de las herramientas de orden público. Las entidades de derechos humanos lo habían vuelto a exigir una vez conocido el caso de una manifestante que ha perdido un ojo por, según todo indica, el impacto de una bala de foam de los Mossos. Sàmper ha asegurado que Interior está en contacto con la chica, su familia y su abogada. En cuanto al perfil de los grupos que han formado parte de las protestas, el conseller ha hablado de una “amalgama” que, cuando marchan los pacíficos, tienen “el mismo objetivo de causar destrozos, daños y atacar los cuerpos policiales”.

Entre los grupos que ha definido, el titular de Interior ha enumerado a los que actúan “sin seguir una ideología concreta” pero que se movilizan por el contexto sociopolítico y que pueden formar parte de las acciones violentas aunque no sean sus impulsores, los que participan para saquear comercios y buscar el enfrentamiento con la policía con una voluntad “lúdica”, los que se vinculan con la delincuencia común y utilizan “tácticas de guerrilla urbana” para asaltar los establecimientos y los que hacen desórdenes públicos “para desgastar las estructuras de poder”.

El episodio más violento, en Vic

El consejero ha calificado el ataque a la comisaría de los Mossos de Vic como “el episodio más violento” de las movilizaciones de las últimas dos semanas porque los agentes “podían temer por su vida” antes de que llegara una furgoneta de los antidisturbios del Arro que venía de Manresa. Una situación que ha puesto junto a la quema de la furgoneta de la Guardia Urbana. Sàmper ha querido reiterar la condena a la violencia y ha admitido que ha echado de menos una “global” que piensa que ha sido condicionada por las negociaciones del nuevo Govern. “Ha habido violencia social y esto es una evidencia”, ha insistido.

En la misma intervención en el Parlament, el resto de los partidos han hecho sus aportaciones. Cs ha criticado la valoración de Sàmper y el PSC ha lamentado la falta de apoyo institucional de los últimos días. En Comú-Podem ha pedido no llevar el debate del orden público a las negociaciones y ha rechazado disolver la Brimo, mientras que la CUP ha reprochado al conseller algunas actuaciones de los Mossos, como la que hicieron en el Carre Gran de Gràcia en Barcelona cuando encapsularon a los concentrados con furgonetas y porras a ambos lados. El PP ha cuestionado que se equipare el uso de la fuerza entre el que quema una furgoneta y el agente que lo detiene, ERC ha reivindicado las herramientas de fiscalización a la policía y JxCat ha apostado por la mediación.

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