Investigación sobre drogas

Cataluña, centro logístico de la droga en Europa: se doblan los delitos en 15 años

El país ha pasado de ser receptor a productor en un mercado cada vez más globalizado

Operación de los Mossos d'Esquadra dentro del plan Kanpai contra la multirreincidencia, el 5 de abril de 2025 en Barcelona.
Investigación sobre drogas
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BarcelonaTodo comienza cuando alguien se va de la lengua. La información es que en una casa de la Ametlla de Mar, en el Baix Ebre, hay una tonelada de hachís. "Tienes que dejarlo todo e ir corriendo", explica un mando de la policía. Ya es de noche cuando llegan a la urbanización, donde reina el silencio. Los coches patrulla se reparten sigilosamente por la zona cuando, de repente, una furgoneta sale a toda velocidad. "Pido a dos agentes que lo detengan", continúa el responsable de la operación. Pero los traficantes no frenaron y embistieron a los agentes. "Los narcos no tienen miedo", añade. Los policías resultaron heridos, pero finalmente los narcos terminaron detenidos. Llevaban 800 kilogramos de hachís que protegían con un subfusil y más de 100 cartuchos. Dentro de la furgoneta, que habían robado en los Países Bajos y habían disimulado con matrículas falsas, había inhibidores de frecuencia, detectores de balizas y visores nocturnos. Hacía pocas horas que habían desembarcado la droga en una cala escondida del delta del Ebro y comenzaban la fase del transporte por carretera. Catalunya era sólo una parada más en el largo trayecto del hachís, y los traficantes estaban preparados para, si era necesario, abrir fuego contra todo aquel que se opusiera.

Catalunya es un país de 30.000 kilómetros cuadrados. El 64% del territorio es verde, de bosques y campos ideales para esconder extensas plantaciones de marihuana que también están escondidas en el medio millón de casas vacías que existen por todo el país. La costa catalana mide 580 kilómetros, entre grandes playas abiertas y pequeñas calas escondidas que las mafias del hachís utilizan para desembarcar en ellas decenas de fardos. Catalunya está bastante cerca de Marruecos (donde se produce el hachís) para realizar viajes con lanchas y también está a un golpe de carretera de la puerta de Europa, donde acaba yendo a parar la mayoría de la droga. Catalunya tiene el octavo puerto de Europa, el de Barcelona, ​​y el uno de los más importantes de España, el de Tarragona, por el que pasan millones de contenedores que pueden llevar kilos y kilos de cocaína. Una droga que puede entrar por mar, pero también por aire, a través del séptimo aeropuerto con más pasajeros de la Unión Europea, el de El Prat. "Catalunya ha sido siempre una tierra de paso", explica el comisario Ramon Chacón, jefe de la comisaría general de investigación criminal de los Mossos d'Esquadra. Una tierra de paso que con los años, sobre todo a partir del negocio de la marihuana, se ha convertido en un centro logístico de los narcotraficantes, hub de la droga.

"Y ya pasaba hace veinte años", continúa el comisario Chacón. Explica que por su situación estratégica siempre ha sido un país receptor de droga, aunque en la última década se han producido cambios importantes. Tras una petición de transparencia en el departamento de Interior, el ARA ha tenido acceso a las cifras de detenciones, operaciones, delitos e intervenciones de droga de los últimos quince años. En el 2009, los Mossos d'Esquadra y las policías locales detectaron cerca de 2.400 delitos contra la salud pública. Es decir, de tráfico de drogas: desde el pequeño camello que pasa un gramo de cocaína hasta el gran traficante. En 2024, los delitos contra la salud pública fueron casi el doble, hasta 4.700. Ahora ya hablamos de doce delitos todos los días, uno cada dos horas.

La evolución

Estos años hemos pasado de ser simples receptores de droga a ser productores, empezando por el boom de la marihuana y terminando por laboratorios de drogas sintéticas, que últimamente han empezado a detectarse. Por ejemplo, hace un año desmantelaron uno en Tarragona de unos albaneses con capacidad para fabricar 400 kilogramos de cocaína. Al igual que el mundo, el negocio de la droga, y con él este país, se ha globalizado, con bandas extranjeras que han sustituido a los grupos criminales nativos. Unas bandas cada vez más heterogéneas, que se mezclan entre sí independientemente de las nacionalidades y que muchas veces no viven en los mismos espacios en los que delinquen. "Nos movemos en un mundo global y nuestra capacidad de incidir en ocasiones es pequeña", admite Chacón. Por ejemplo, el precio de la cocaína en grandes cantidades ha caído casi a la mitad (de 50.000 euros el kilogramo a 25.000) por la sobreproducción existente: han aumentado un 30% las tierras cultivables en Sudamérica y, cuanto más excedente de cocaína existe, más se abate. "Ahora es mucho más pura que hace diez años", apunta Mireia Ventura, responsable del área de análisis y de internacional de Energy Control. Puesto que hay mucha más, no es necesario cortarla tanto con otras sustancias.

Evolució de delictes i quantitat de substàncies estupefaents comissades pels Mossos i la policia local
Dades totals entre el 2009 i el 2024 en quilograms o unitats segons la substància

Éste, dice Chacón, es un momento de "riesgo". Que los productores bajen los precios y se devalúe la droga podría comportar, por ejemplo, que enviaran a Europa la droga sin terminarla, lo que se conoce como pasta de torta, y los precursores químicos para acabarla en laboratorios instalados en Catalunya, lo que permitiría producir otras sustancias aún más nocivas como el crack. Que la droga se ha globalizado también lo demuestra que el puerto de Barcelona sea un punto de entrada muy activo de cocaína después de que los principales de Europa, como el de Rotterdam y el de Amberes, hayan implementado más medidas de seguridad. Queda claro con el hachís. Cada vez entra menos por Andalucía ante la presión policial en el estrecho de Gibraltar y los traficantes suben hacia las costas catalanas. Y hay más riesgos, como el retorno de los talibanes a Afganistán, un país del que proviene más del 80% de la heroína mundial. El régimen impulsó medidas contra la producción de la adormidera, la planta a partir de la cual se fabrica la heroína, y si la producción acaba afectada podría abrir la puerta a Europa de nuevas sustancias sustitutivas como el fentanilo.

Catalunya notó los efectos de esta globalización con la marihuana, con más de tres millones de plantas comisadas en los últimos quince años. Los clanes albaneses vieron en Cataluña una zona ideal para instalar plantaciones exteriores, que con la sequía se convirtieron en interiores en casas y naves. Ahora mismo, el 80% de las plantaciones ya son indoor. Y también se sumaron al negocio suecos, finlandeses y franceses. Todo ello para producir una droga que se acaba vendiendo por el doble o por el triple en otros rincones de Europa, donde las penas por traficar también son más elevadas. La marihuana es cada vez más potente y su principio activo se ha multiplicado por diez desde los años 90 a través de mutaciones genéticas. La sucesión de plantaciones y más plantaciones llevó a los primeros narcoasaltos y la necesidad, con el tiempo, de armarse de los grupos criminales para defenderse de robos. Los clanes de la droga han evolucionado tanto que se mezclan entre sí y también las drogas que transportan: una narcollancha puede llevar hachís, pero también cocaína. Y aunque los albaneses al principio se especializaron en la marihuana, ahora están tomando el control mundial de la cocaína, establecidos en Ecuador y en Colombia. De hecho, hace tres años, dentro de los Mossos d'Esquadra se lanzó un aviso para variar la estrategia contra la droga: había que empezar a poner el foco en la cocaína y el hachís.

Barcos de cocaína en una imagen de archivo.

La presión policial contra estos grupos también ha aumentado, tal y como lo demuestra que las detenciones prácticamente se han doblado en quince años. "Queremos apagar un fuego con un cubo y, por eso, hay que ir al origen del fuego", compara el comisario. En la marihuana, por ejemplo, en los últimos años las cifras se han estabilizado tras un aumento de la presión y la inteligencia policial. policial y judicial está "fracasando". "Los narcotraficantes siempre van por delante", afirman las mismas fuentes.

La gran mayoría de la droga que entra o se produce en el país se envía hacia Europa, pero una parte se queda aquí para abastecer al consumo local. En 2023, hasta 15.734 personas iniciaron tratamiento por adicciones en Cataluña, la máxima demanda desde el inicio del servicio, en 1987. La gran mayoría, 14.781 personas, lo hicieron por dependencia a las drogas. El 44% de los casos fue por alcohol, pero después ya venden la cocaína (3.492 casos) y la marihuana, con 2.046 inicios de tratamiento. De hecho, en el caso de la marihuana, es el récord histórico. Las anfetaminas (106) y las metanfetaminas (169) también están presentes.

Pero no en todas partes existe la misma cantidad droga y, en Cataluña, se detectan algunas zonas calientes. Los Mossos d'Esquadra dividen al país en áreas básicas policiales (ABP), que en los territorios menos poblados coinciden con las comarcas, pero en Barcelona, ​​por ejemplo, coinciden con los distritos. En el mapa de drogas del país, Ciutat Vella es la zona que aparece más negra con mucha diferencia: desde 2009 se han cometido 10.468 delitos contra la salud pública; el segundo puesto en el ranking, el distrito del Eixample, se queda con 2.616 hechos. Después viene el Tarragonès, con algo más de 2.000 delitos, y también aparecen en lugares destacados del mapa de calor el ABP Selva Litoral y el Alt Empordà-Figueres. ¿El motivo? Estos delitos están muy presentes en las zonas costeras donde hay mayor turismo.

Els punts calents del tràfic de drogues a Catalunya
Delictes totals per ABP (àrees bàsiques policials) entre el 2009 i el 2024

De hecho, las drogas también cuentan con estaciones. Cuando viene el buen tiempo, sube de forma destacada el tráfico de sustancias estupefacientes. La época con más delitos –contando todos los datos desde 2009 hasta 2024– es agosto y septiembre, con más de 4.500 delitos acumulados. En cambio, los meses más flojos son enero y diciembre, cuando los delitos descienden casi a 3.000.

Distribució per mesos dels delictes vinculats al tràfic de drogues
Delictes totals entre el 2009 i el 2024

Las drogas más presentes en el país son, con diferencia, el hachís y la marihuana. De hecho, 2024 fue el año récord con casi 22 toneladas de hachís intervenidas. Este año los Mossos esperan que la cifra se reduzca. Según Chacón, las incautaciones de cocaína se han mantenido relativamente estables, si bien la gran mayoría están en el puerto de Barcelona y las intervenciones las suele realizar Vigilancia Aduanera. En el caso de la heroína, el éxtasis y las metanfetaminas existen ciertos picos que responden a operaciones concretas en las que se intervinieron grandes cantidades.

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