Los Mossos compran nuevos robots para desactivar bombas: te contamos cómo funcionan
La policía ha adquirido dos herramientas de última generación con un coste de un millón de euros
BarcelonaSon versátiles, hasta tal punto que se adaptan, según los Mossos d'Esquadra, "a cualquier tipo de entorno". Son robots para desactivar artefactos explosivos y hacer frente a varias amenazas que el agente puede controlar desde muy lejos: un kilómetro de distancia si existen obstáculos (como paredes, por ejemplo) y hasta tres km en campo abierto. El robot se adapta al terreno todo el rato: si debe entrar en un lugar estrecho de las vías del metro, se adelgaza y reduce la anchura, que puede aumentar si debe analizar un entorno mayor. Y, a la vez, puede hacerse lo suficientemente pequeño para ser transportado en una maleta. "Es una conducción semiautónoma", describe el subinspector Eduard Bosch, jefe del Área Tedax-NRBQ de los Mossos. Es decir, que el robot se adapta automáticamente al terreno y supera autónomamente a los obstáculos. La policía catalana ha anunciado la incorporación de dos de estos nuevos robots en el Área Tedax del cuerpo, que suponen "un avance tecnológico muy relevante", según el comunicado que ha emitido el cuerpo policial. Bosch lo califica directamente de "bestial". Son de la marca aunav.NEO HD, tienen un coste de 1.022.600 euros entre ambos y su adquisición está cofinanciada por el fondo europeo de seguridad interior.
Durante este 2024 hasta el mes de noviembre, el Área Tedax-NRBQ ha llevado a cabo 1.124 servicios. Concretamente, 612 han sido dispositivos de protección, 371 neutralizaciones de artefactos y 62 actos deportivos, entre otros. La nueva adquisición se utilizará en la desactivación de artefactos explosivos destinados a la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Bosch reflexiona que con los nuevos retos de seguridad se necesitan herramientas más versátiles. Las formas de actuar de los grupos criminales y terroristas son "muy cambiantes", y existen "tendencias y modas", apunta. Por eso, la policía también debe adentrarse en una especie de guerra tecnológica y estar a la última, en herramientas y también en información.
En este sentido, una de las novedades de estos dos nuevos robots –con los que ya se han realizado varios simulacros– es que permiten dar respuesta a las amenazas NRBQ (incidentes con riesgo nuclear, radiológico, biológico y químico) , puesto que se les podrá instalar unos sensores que detectan estas radiaciones. Hasta ahora, los sensores se enganchaban manualmente, con una pinza, por ejemplo. Bosch explica también que los robots antiguos a veces dejan de funcionar si hay inhibidores de señal. Ahora, los nuevos "tienen una protección especial" y unas cámaras de mucho más alta definición que hacen que en el monitor se vea "como si estuvieras allí".
Las pinzas también tienen mucho más tacto. "Es como una mano", describe el subinspector. Incluso pueden poner cuántos kilogramos de fuerza debe hacer el robot para levantar, por ejemplo, una mochila sospechosa. Todo ello hace que los agentes puedan trabajar a mayor distancia y, por tanto, puedan estar más protegidos.
Más formación y contacto internacional
Desde septiembre, todos los agentes de Tedax-NRBQ de los Mossos están recibiendo una formación para adaptarse a los nuevos robots. "La integración de estos nuevos robots no sólo aumenta la eficacia y la seguridad de las intervenciones policiales, sino que también transforma al Área Tedax en un actor clave en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado", afirman los Mossos. En este sentido, el subinspector insiste en la importancia de la coordinación policial con otros cuerpos de Europa y también en acudir a congresos para conocer las últimas tendencias en el mundo de los explosivos. "Hoy ocurre esto en Alemania y mañana puede ocurrir en Barcelona", apunta Bosch, y recuerda que en la investigación de la explosión de la casa de Alcanar donde los terroristas del 17-A estaban preparando bombas "todas las policías de Europa se interesaron en lo que habían encontrado".
Este año es la segunda vez que acuden al Explosive Ordnance in Ukraine, celebrado en Tallin, Estonia. En este congreso se aborda el tratamiento y neutralización de artefactos explosivos militares utilizados en el conflicto bélico. En esta línea, Bosch apunta que la venta de precursores de explosivos (los materiales que se utilizan para hacer bombas artesanas) está cada vez más controlada. Esto hace que los terroristas "se desplacen hacia armas explosivas dentro del circuito militar". Por ejemplo, granadas. El mando policial alerta de que seguramente muchas armas que ahora se están utilizando en Ucrania terminarán en el circuito de los grupos criminales. De hecho, todavía se encuentran ahora granadas de la guerra de los Balcanes que utilizan estos grupos.
La guerra con los grupos criminales y terroristas es tecnológica y, por tanto, también académica. Este miércoles los Mossos han anunciado que el Área Tedax-NRBQ crecerá con otros 22 agentes que ya están haciendo un curso para acceder a la especialidad. Según la policía catalana, un 80% de los nuevos aspirantes cuenta con titulaciones de grado. Este curso se realiza en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC) y en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y terminará el mes de enero de 2026 con una duración de 14 meses. Es la primera vez que una parte de la formación del curso Tedax se impartirá por profesorado de la UPC. También con la UPC hicieron recientemente un estudio en el que se demostraba que los ataques con gases que los delincuentes utilizan para abrir cajeros pueden ser igual de lesivos que un explosivo, un elemento clave de cara a futuros juicios.