Sucesos

De la obra a vender cocaína: la historia de 'Manu Guix', el abuelo traficante de la Cerdanya

Tiene 77 años, está jubilado y el lunes los Mossos d'Esquadra le detuvieron en Llívia

Barcelona lidera el consumo de cocaína en un ranking de 60 ciudades europeas
03/08/2023
2 min

BarcelonaLlevaba años viviendo en el mismo piso de Llívia y, visto desde fuera, tenía una vida de jubilado totalmente rutinaria. Cada mañana estaba en el bar delante de su casa haciendo un café y haciendo petando la charla con varios amigos. Después paseaba por el pueblo e iba a comer. Por la tarde solía ir con su furgoneta blanca sucia y llena de herramientas hacia el huerto. Por la noche volvía a estar por la calle, de vez en cuando paraba a tomar una cerveza en un bar. Se llama Manolo y es constructor de profesión. Ahora estaba jubilado y todo lo que quedaba de su antigua vida lo tenía en unos bajos, donde todavía guardaba materiales de la obra y alguna herramienta. Vive en el centro del pueblo y hace años, décadas, que forma parte del paisaje de este municipio de la Cerdanya.

Personas que le han tratado cuentan que siempre estaba en la calle con un cigarrillo en la boca. Tiene 77 años y vivía solo. Se había casado, pero en Llívia ya llegó divorciado. Llevaba una vida "solitaria e independiente". Algunos vecinos explican que le enganchó la crisis de la construcción justo cuando se iba a jubilar y que tuvo algunos problemas económicos. Era un hombre "discreto" y "educado", nunca levantaba la voz. Sin embargo, hace años que corría el rumor de que, entre la estancia en el bar y el trabajo en el huerto, traficaba con cocaína. "Todo el mundo lo sabía", dice una vecina.

Las malas lenguas, en lugar de decirle Manolo, le llamaban Manu Guix. "Y no porque le gustara la música ni tuviera relación con el compositor, sino porque vendía un guix (yeso) que no era precisamente legal", comenta un residente de Llívia, y no es el único que lo dice. Venía debajo de casa, donde tenía aparcada la furgoneta, y también en un parque que queda más a las afueras del pueblo. Entre los jóvenes era conocido y más de uno recuerda que la famosa furgoneta blanca a menudo estaba aparcada frente a un banco.

Algunos residentes que no conocían su mala fama entienden ahora por qué se pasaba tantas horas en la calle. El lunes los Mossos d'Esquadra le detuvieron por traficar con droga. Fuentes policiales admiten que es uno de los hombres mayores que han visto en el mundo de la cocaína. Para engancharle, le siguieron varios días y vieron que vendía droga a tres personas distintas. En su casa, encontraron casi 4.000 euros en efectivo y otra sorpresa: Manolo mezclaba él mismo la coca. Es decir, la compraba en forma de roca (encontraron una de 21,6 gramos), la molía y la cortaba (mezclaba) con otras sustancias para venderla.

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