Movilidad

Velocidad variable y más controles: el plan del Gobierno para frenar los accidentes en la AP-7

En el 2024 se registraron 700 siniestros con víctimas en la autopista, el récord de la última década

Coches en la AP7 en una imagen reciente.
05/03/2025
4 min

BarcelonaTodos los días en la AP-7 hay, de media, dos accidentes con víctimas. Son 700 siniestros –la gran mayoría (654) de carácter leve– que pueden provocar rápidamente horas y horas de retenciones. De hecho, fueron 3.700 las horas que perdieron los conductores en atascos y colas en el 2019 en esta autopista catalana, antes de la liberación de los peajes del 2021. Ahora, las horas de caravana casi se han duplicado y los 700 accidentes registrados el pasado año representan la cifra más alta de la. Para intentar frenar el repunte de accidentalidad en esta vía, la consellera de Interior, Núria Parlon, ha explicado este miércoles que se implementará la velocidad variable en un tramo de unos 150 kilómetros que irá de Maçanet de la Selva hasta El Vendrell.

Esta es una de las medidas que el Gobierno prevé introducir para reducir la siniestralidad en esta autopista, así como realizar obras en carriles complementarios y de incorporación, más controles y radares y un nuevo sistema predictivo de accidentes a través de Inteligencia Artificial (IA). "Queremos anticiparnos a los accidentes que puedan producirse", ha manifestado este miércoles desde El Vendrell, donde se ha celebrado una junta de seguridad. Parlon también se ha mostrado partidaria de que haya mayor presencia de los mossos en los controles en las carreteras.

El martes hubo una nueva demostración del caos que puede producirse en un cerrar y abrir de ojos en la AP-7 con dos accidentes de camiones casi en el mismo punto de Vilafranca (uno de ellos transportaba cerdos) que provocaron más de cinco kilómetros de colas. Todo ello, el mismo día en que un camionero falleció atropellado en esta autopista, a la altura de Reus, después de bajar del vehículo en un accidente con otro camión. Además, el fin de semana de Carnaval fue trágico, con nueve muertos en las carreteras, dos de ellas en la AP-7. Eran dos chicas muy jóvenes, una de 21 y otra de 16.

Accidents a l'AP-7

¿Pero qué pasa en la AP-7? Para intentar responder a la pregunta es necesario viajar hasta la liberación de los peajes del año 2021. La gratuidad de la vía ha abierto las puertas a todo el mundo y esto ha provocado un aumento de la movilidad del 40%, también de los vehículos pesados. En consecuencia, también han subido en porcentajes similares los accidentes. Ahora la AP-7 es una carretera "sobreexplotada", en palabras del coordinador de seguridad vial y movilidad del Servicio Catalán del Tráfico, Òscar Llatje. "El incremento de tráfico es un hecho, no cabemos todos", admite. Coincide el director del área de movilidad del RACC, Cristian Bardají, quien afirma que en la autopista "se le está pidiendo más de lo que puede dar".

No todas las consecuencias de este gran volumen de coches son negativas. Por ejemplo, han descendido los accidentes mortales porque, al haber más atascos, la gente corre menos. De hecho, Llatje siempre dice que en un mundo ideal habría autopistas como la AP-7 por doquier, ya que son más seguras que las carreteras de doble sentido por el simple hecho de que se elimina el choque más crítico, que es el frontal. Bardají apunta que, en los estudios del RACC, esta autopista nunca sale entre las vías con mayor concentración de accidentes graves de turismos, pero sí de vehículos pesados. Es decir, existen más accidentes, pero menos graves, ya que se producen más "luchas por el espacio", pero a menor velocidad.

Con todo, el gran volumen de coches también tiene consecuencias negativas, como que a la mínima que existe una incidencia se generen largas colas. "Ahora se para un camión allá en medio y tienes una cola kilométrica", admite Llatje. Uno de los problemas, añade, es que la AP-7 no está bien conectada con otras grandes arterias del país. "Cada vez que hay un corte es muy complicado desviar a los vehículos por otras rutas", afirma. Pone de ejemplo Madrid, donde todas las vías están debidamente conectadas. Esto hace que en Catalunya sea muy importante sacar deprisa a los vehículos accidentados y volver a abrir toda la vía.

Algunas fuentes de Trànsit apuntan a que, antes, cuando estaban los peajes, y eso era potestad de la adjudicataria, Abertis, había una gestión más rápida de estos momentos, aunque las mismas fuentes señalan que pasaban menos vehículos que ahora. Sin embargo, ahora la contratación de estas grúas o remolques depende del ministerio del Interior y desde Tráfico apuntan a que han tenido que contratar maquinarias de apoyo desde hace un año (aunque no es su competencia, aclaran) para poder sacar más deprisa a los vehículos. Y todavía hay un problema añadido: cuando son camiones las grúas deben ser especiales y hay muy pocas de estas en Catalunya. Esto provoca que a veces todo se demore más. Sin embargo, Llatje recuerda que se han aumentado los recursos de forma proporcionada al aumento de la movilidad en la vía.

Vehículos más viejos

Entre los problemas que destacan Llatje y Bardají también se encuentra el envejecimiento del parque de vehículos que circulan, que sigue al alza. Los turismos, según datos del 2024, tienen 14,5 años de media y los camiones hasta 15,1, un 3,4% más que en el 2023. Los Mossos d'Esquadra y Trànsit, de hecho, están intensificando los controles en los vehículos pesados, pero Bardají admite que este envejecimiento hace que "sean más probables. Algunas fuentes de Trànsit también lamentan que los conductores profesionales de otros países no están acostumbrados en algunos casos a la circulación de Catalunya.

En el terreno de las soluciones, Llatje apunta una básica: "Que la gente coja menos el coche y evite viajes inútiles". También admite que todo ello va ligado, por ejemplo, a una mejora de la red ferroviaria. Desde Trànsit también se han ido probando medidas, como regular el flujo de camiones –y circular siempre por el carril derecho los domingos–, limitar la velocidad o poner más radares.

El punto más crítico en cuanto a retenciones es la unión de la AP-7 con la C-58 y otras carreteras en el Vallès Occidental. Aquí también probarán nuevas medidas de control de los carriles y de regulación del tráfico sin tocar la infraestructura. En 2025 en la AP-7 se han registrado 99 accidentes con víctimas en poco más de dos meses, tres de ellos mortales.

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