Simón Pérez y Silvia Charro, fuera de Kick tras la polémica por la muerte del estrumero francés
Expulsan de la plataforma australiana a los estrímeros españoles, famosos por un vídeo del 2017 que hacían retos peligrosos y consumían drogas en directo
BarcelonaTatuarse, salir a la calle vestidos de Pikachu y cantar himnos franquistas, beberse su propia orina o drogarse durante horas son algunos de los contenidos que Simón Pérez, junto a su pareja, Silvia Charro, retransmite para su audiencia en la plataforma australiana Kick. Pero la plataforma de estríming ha decidido expulsar al dúo español, conocido como SS Conexión, tras la muerte del estrumero francés Raphaël Graven y por incumplimiento de las normas de la comunidad.
Pérez y Charro se habían hecho célebres en el 2017 con un vídeo viral sobre hipotecas, pero en los últimos años habían ganado notoriedad por hacer retos peligrosos y consumir drogas en directo a cambio de dinero.
Según la plataforma, los creadores de contenido deben respetar "todas las leyes y regulaciones de su país" y, aunque no se han dado detalles concretos sobre los motivos de la expulsión, una portavoz indicó que se trataba de una medida por violación de las normas o de los términos de servicio. SS Conexión ya había sido suspendido a principios de agosto durante dos semanas por mostrar datos privados de un usuario en pantalla, y la expulsión definitiva llega sólo una semana después de la muerte de Graven, que murió en directo mientras hacía retos extremos.
Pérez y Charro, que habían logrado una amplia audiencia en Kick, habían llegado a someterse a pruebas arriesgadas ya consumir sustancias para entretener a sus seguidores, en algunos casos bajo palabras en clave como "aviones" o "bocadillos" para referirse a drogas. Durante los últimos directos, Pérez afirmó que llevaba más de dos semanas sin consumir, aunque la interacción de su audiencia incluía continuas provocaciones para que retomara los retos. Entre las pruebas que hacían estaba raparse el pelo, tatuarse, salir disfrazados a la calle y gritar en público, beber su propia orina o someterse a retos físicos que ponían en riesgo su salud.
Tras la expulsión de Kick, la pareja ha recuperado cuentas antiguas de YouTube para seguir emitiendo, aunque con un número muy reducido de espectadores. Pérez también ha anunciado que probaría varias plataformas de estríming, como Trovo, propiedad de Tencent, que ofrece incentivos económicos si se alcanzan determinados niveles de audiencia y duración en los directos. Sin embargo, la pérdida de seguidores sigue siendo un reto: en YouTube sólo llegan a decenas de espectadores y en Trovo han alcanzado temporalmente los 100, lo que dificulta conseguir donaciones significativas.
Además de los ingresos que obtenían mediante donaciones y patrocinios, Pérez daba clases y consejos sobre inversiones, actividad que inicialmente los había hecho conocidos. En sus últimos directos explicaba estrategias de inversión y ofrecería asesoramiento personalizado a cambio de pequeñas cantidades de dinero. Por su parte, Charro había informado recientemente en las redes sociales de que Pérez había ingresado voluntariamente en un centro psiquiátrico para tratar su adicción a las drogas, aunque le abandonó al día siguiente.
La expulsión de Pérez y Charro refleja la creciente preocupación de las plataformas de estríming por controlar los contenidos extremos y arriesgados, especialmente después de incidentes graves como la muerte de Graven. Kick, que históricamente había mantenido normas de moderación más laxas que otras plataformas, parece haber endurecido sus políticas tras este episodio, aunque todavía no ha detallado los criterios específicos que llevaron a la eliminación definitiva de SS Conexión.