Valentín y Óscar: dos ejecuciones en 12 días que siguen abiertas
Los Mossos investigan dos crímenes cometidos con un arma de fuego en plena calle
BarcelonaUnas flores y unas velas junto a la acera. Los habituales de la calle saben perfectamente por qué están ahí. Es el punto donde mataron a un vecino del barrio hace pocos días. Fue una ejecución: le dispararon por la espalda con un arma de fuego. La escena es poco habitual en Catalunya pero se ha repetido con 12 días de diferencia en dos municipios diferentes. El primer crimen fue el 18 de noviembre al atardecer en Sant Adrià de Besòs y el segundo el 30 de noviembre por la mañana en Cerdanyola del Vallès. Los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para cada caso y de momento siguen abiertas. No consta que se haya hecho ninguna detención ni tampoco que los dos asesinatos tengan relación.
Valentín Moreno estaba a punto de llegar al bar de Sant Adrià donde se lo podía encontrar a menudo. Allí lo esperaban su mujer y sus hijas. Lo explica un hombre que se presenta como un amigo suyo –prefiere no identificarse con el nombre–. Cuando Moreno recorría a pie la calle que lo llevaba al bar y le faltaban pocos metros para llegar, en una zona también próxima a su domicilio, recibió dos disparos, uno de los cuales en la cabeza. Alguien lo apuntó por detrás y lo mató. A pesar de que ingresó el 18 de noviembre con vida en el Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona, al día siguiente murió. Moreno tenía 39 años y había cumplido ocho años de internamiento en un centro de menores por un crimen del 2000, que lo dio a conocer con el apodo del Asesino de la Vila Olímpica. La noche de ese crimen él cumplía 18 años pero todavía se le aplicó la jurisdicción de menores.
Los amigos y la familia de Moreno piensan que se ha hablado más del pasado, que “él ya pagó”, que del hecho de que lo han matado. “Es igual el nombre”, considera el amigo, que asegura que el hombre se había hecho un lugar en Sant Adrià –el tanatorio se llenó cuando lo enterraron–, donde dicen que relanzó el club de fútbol del municipio. En un comunicado, la entidad afirmó que “sin él habría sido imposible llevar a cabo el proyecto deportivo” de los últimos años. El amigo explica que Moreno acostumbraba a desayunar en el bar antes de ir al gimnasio y que tenía una tienda de coches con otro amigo. Pero mantiene que no sabe por qué alguien lo quería asesinar ni su motivación.
El tío de Moreno, que se llama Paco, asegura que tampoco entiende la ejecución de su sobrino. Desea que el autor “caiga en manos de la policía y de nadie más”. Aun así, el amigo lamenta que los agentes no restringieran la circulación en la calle cuando lo mataron para encontrar las balas del crimen. Según La Vanguardia, los Mossos localizaron una pistola con silenciador con la que se habría cometido el asesinato cerca de la incineradora de Sant Adrià. Mientras la policía lo investiga, los amigos improvisaron un altar para homenajear a Moreno en la calle donde le dispararon, con las flores y las velas pero también con unos coches y algunas piezas del Barça, por su afición a este club de fútbol.
Unos disparos que no se oyeron
El otro hombre asesinado se llamaba Óscar y había dejado a su hijo en el centro donde estudia. Acababa de aparcar el coche e iba a pie, seguramente para volver a su casa, en Cerdanyola. Pero cuando faltaba poco para llegar alguien le disparó, también por la espalda. Pasaba por una calle que estaba a punto de cruzarse con la de su domicilio, a pesar de que antes de poder girar los disparos lo dejaron tendido en el suelo. Según TV3, se utilizó un arma con silenciador y la ejecución fue con varias balas. El hombre, de 46 años, murió ahí mismo. A pocos metros hay un bar, donde Óscar se tomaba a menudo un café para desayunar, pero el 30 de noviembre por la mañana no oyeron los disparos.
“Estamos en shock”, asegura una mujer que conocía al hombre cuando habla de su muerte. Explica que Óscar hacía de mecánico y que los coches acostumbraban a ser uno de sus temas de conversación en el bar. El local está situado justo junto a su casa y reúne a los trabajadores de la zona. De hecho, el área tiene pocos establecimientos comerciales, porque básicamente hay viviendas y naves de algunas empresas. A estas alturas los Mossos también intentan resolver qué se esconde detrás de esta otra ejecución.