Tierra -no sueños-

Lactoturismo en el Priorat

La última innovación de Quesería Linens;
18/06/2025
2 min

Detrás de Quesería Linens está el cambio de oficio y vida de tres hermanas con estudios de dietética, ciencias ambientales y arquitectura efímera. Elena Orós es quien primero se decidió a dar un giro laboral. "No estaba cómoda. Dejé el trabajo en Barcelona y me presenté en la Escuela de Pastores de Catalunya. Allí no solo haces prácticas, sino que observas muchas realidades y claramente vi que sola no podía salir adelante. Recuerdo que a algunos compañeros les era difícil dar el paso, porque los padres consideraban que ser pastor era ir atrás". No fue su caso; la abuela paterna había hecho trashumancia de Nou Barris (Barcelona) en La Rioja. Marina y Mercè se sumaron rápido. Once años después, las 3 hermanas pueden presumir de regentar una quesería en Bellmunt del Priorat con un rebaño de 30 cabras malagueñas, que pronto serán 120. "Son rústicas, dan mucha leche y grasa y para el queso nos va muy bien", resuelve. Vienen todo el producto que elaboran en la comarca, entre restauradores, bodegas y particulares, y con la acción de ganadería extensiva contribuyen a dotar de resiliencia al mosaico agroforestal que habitan.

"La hierba ni se la miran. Les gustan los cardos, las zarzas y las moreras, todo lo que pincha. Pastan cada día por el bosque, pero también comen paja de Capçanes y hoja de olivo del molino Raíces de Pep, que nos cubre medio año de forraje. Alimentación local e individualizada. "Trasladaremos el rebaño a la Sierra de Llaberia, en Capçanes. Es un paraje único e impresionante, en Bellmunt ya no cabemos. Pasaremos zonas de riesgo forestal". Demuestran que a pesar de todas las dificultades, el sector primario que innova, sale adelante. En Linens elaboran diferentes tipologías de quesos y la última novedad es un semicurado bañado con vino de Josep Sedó, viticultor: "Sumergimos el queso [en vino] durante una semana cuando aún no ha madurado del todo. Le da un color granate a la piel y se percibe al gusto".

El futuro pasa por explorar el lactoturismo en Capçanes, donde también trasladarán la quesería: "Que vengan escuelas y familias. Queremos explicar que detrás de 10 kilos de queso hay hasta 100 litros de leche o que las cabras degradan la celulosa vegetal y hacen abono". Creen que es necesario educar mucho más al consumidor y quieren explorar otros espacios de pasto, entre viñedos por ejemplo, para crear un sistema agrario holístico. "Todo comienza con una cabrita que encontramos haciendo una excursión. Todavía llevaba el cordón umbilical. La cuidamos hasta que se recuperó y le sumamos amigas. No tenía ninguna lógica, simplemente nos gustaba", confiesa Orós. Ahora se ganan la vida y el futuro que tienen en el Priorat es algo más que prometedor.

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