La ley no obliga a tener planes de autoprotección en los campings con menos de 5.000 clientes
A los establecimientos con menor capacidad no se les exige ni tener megafonía ni salidas de emergencia
TarragonaAlgunos de los campistas que la madrugada del pasado lunes tuvieron que correr para huir de las llamas que quemaron 18 parcelas del camping Vendrell Platja al día siguiente denunciaron que la evacuación había sido caótica. Los testigos lamentaban que el establecimiento no utilizó la megafonía para advertir del fuego y que tampoco había salidas de emergencia. De hecho, algunos usuarios confundieron un acceso para los trabajadores con la salida de emergencia e intentaron, sin éxito, escapar por esa puerta, pero había un candado que no podía abrirse.
En ese momento, sobre las 3.15 de la madrugada, en las instalaciones había 1.700 clientes, la mayoría durmiendo, y sólo tres trabajadores: uno en la puerta principal y los otros dos dentro de las instalaciones. Los tres trabajadores del turno de noche avisaron enseguida al 112, a la dirección del camping e hicieron lo que pudieron para desalojar a todos los clientes, algunos de los cuales era la primera vez que se alojaban y no conocían el lugar. Entre caravanas y tiendas de campaña, el fuego halló combustible y se extendió rápidamente, pero la evacuación se realizó sin tener que lamentar daños personales. Murió, eso sí, la perra de la caravana en la que, al parecer, empezó el incendio. Testigos consultados por el diario ARA aseguraban que presentarán una denuncia formal porque se habían sentido desatendidos durante la emergencia, pero la realidad es que un camping de estas características, por ley, no está obligado a tener un plan de autoprotección (PAU).
El decreto que regula la seguridad de estos espacios es el 30/2015. El texto determina qué actividades necesitan disponer de un plan de autoprotección para minimizar el peligro en caso de una emergencia y fija también qué condiciones debe tener y quién debe velar por su cumplimiento. Los campings como el de El Vendrell están incluidos en el tipo de actividades que "se desarrollan en un espacio delimitado" pero al aire libre y, al no llegar a las 5.000 personas, quedan exentos del control de la Generalitat.
Protección Civil sólo exige un plan de autoprotección en los campings pequeños cuando están cerca de zonas boscosas o de polígonos químicos o en zonas inundables. En el resto de casos son los ayuntamientos quienes tienen la competencia para pedir medidas de seguridad en los campings a cambio de concederles la licencia, pero no es una práctica habitual. En el caso de El Vendrell, el Ayuntamiento no lo había exigido, pero, sin embargo, el camping sí dispone, desde 2022, de un plan de emergencia tramitado por voluntad propia. Este plan fija qué hacer si se produce una emergencia, pero no obliga ni siquiera a tener una megafonía interna para avisar a los clientes, una medida que habría facilitado la evacuación la madrugada del lunes.
Desde el año 2021 existe una instrucción técnica de los Bomberospero que sólo es "de aplicación en los nuevos establecimientos y en las modificaciones significativas de los establecimientos existentes". Esta instrucción determina el número de extintores que debe tener un camping y obliga también a los establecimientos a tener planos con la distribución de las tiendas, pero tampoco habla ni de salidas de emergencia, ni de megafonías.
Los grandes, más controlados
Fuentes de Protección Civil han explicado al diario ARA que los campings que tienen planes de autoprotección homologados están mucho más controlados porque la normativa obliga a demostrar que se pueden cumplir todas las medidas de evacuación y también a realizar simulacros a los que pueden ir los Bomberos para comprobar si la reacción en caso de emergencia ha funcionado. Todo ello facilita el control de la Generalitat. Sin embargo, el resto de campings dependen de las administraciones locales, que, en algunos casos, no piden ningún plan de protección.
El portavoz del camping Vendrell Platja, Ramon Orriols, explica al diario ARA que "de cada situación se aprende" y avanza que con la ayuda de los profesionales analizarán lo ocurrido para ver en qué pueden mejorar y aplicarán los cambios convenientes. No descartan, por ejemplo, instalar megafonía. "Trabajaremos, como siempre, con rigor", dice Orriols, consciente de que estas medidas de seguridad, a las que no están obligados, benefician a las mismas instalaciones. El presidente de la Federación Catalana de Campings, Miquel Gotanegra, recuerda que Catalunya es "uno de los destinos de campings más importantes de Europa" y asegura que todos cumplen con la normativa. "Somos los primeros interesados en que las cosas se hagan bien", dice. Tanto Orriols como Gotanegra apelan también a la responsabilidad personal, y es que los campistas tienen cada vez más material inflamable. De hecho, la zona en la que se produjo el incendio es donde se alojaban los clientes de temporada, que son los que se instalan todo el verano. "Es su segunda residencia", explica Orriols. Esto implica que tengan mucho más material en la parcela: bicicletas, tumbonas, toldos e incluso cocinas enteras; todo ello, material altamente inflamable que fue alimentando el fuego hasta que los Bomberos pudieron apagarlo.
Caso abierto
La Unidad Central de Inspecciones Oculares de los Mossos d'Esquadra se presentó al día siguiente del incendio en las instalaciones del camping de El Vendrell para iniciar la investigación que deberá determinar, principalmente, cómo empezó el fuego. El mayor incendio quemó 16 parcelas, pero media hora después comenzó un segundo fuego en otra zona del camping que quemó otras dos parcelas. Por ahora sólo ha trascendido que no fue provocado. Queda por saber si fue culpa de un error en la línea eléctrica o si fue por un accidente de un campista.