El turismo sigue disfrutando de Tarragona pese a la sacudida de la pandemia
Port Aventura crece, cumple 30 años y mantiene unas cifras incontestables
TarragonaEl turismo español e internacional sigue apostando por la demarcación de Tarragona Durante los años de la pandemia, las cifras cayeron en picado y la pérdida de los turistas rusos por culpa de la guerra con Ucrania también ha sido un percance, pero el sector ha sabido recuperarse y roza ya las cifras récord del 2017, cuando se registraron 22,3 millones de pernoctaciones. Enoturismo, restos romanos de Tarraco, gastronomía, destinos de playa totalmente consolidados como Salou y un parque de atracciones que no ha parado de crecer. Port Aventura está celebrando este 2025 su 30 aniversario y lo hace con unas cifras incontestables: desde 1995 ha invertido 1.800 millones de euros y ha recibido más de 100 millones de visitas. Actualmente, emplea a 24.000 personas y representa el 0,5% del PIB de Cataluña. En 2017 el parque de atracciones abrió Ferrari Land, ampliando aún más la oferta de ocio, así como nuevos hoteles y restaurantes.
Paralelamente, el sector ha hecho un esfuerzo constante por desestacionalizar el turismo que ha funcionado. El grueso de turistas va en agosto (4,4 millones), pero cada vez crece más el número de personas que se animan a visitar la demarcación de Tarragona el resto de meses. El año pasado, por ejemplo, durante los meses de marzo y abril visitaron Tarragona más de 2,5 millones de personas y en mayo vinieron 2,1 millones. Una vez más, la fuerza de Port Aventura también ha ayudado a desestacionalizar el turismo. El parque de atracciones abre cada vez más y este 2026 prevé abrir sus puertas 297 días. La apuesta del parque por celebrar Halloween (de septiembre a noviembre) y el Carnaval (marzo) facilitan este incremento de visitantes más allá de agosto.
"Nos estamos desestacionalizando y estamos creciendo en los meses que queremos crecer", celebró Berta Cabré, la presidenta de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT), que representa el 90% de las plazas de la demarcación, durante la presentación de los datos turísticos del pasado. Cabré también anunció que el objetivo de la demarcación ya es superar su récord registrado en el 2017. En este objetivo tan ambicioso, las Terres de l'Ebre también juegan un papel importante. Muchos catalanes y turistas de otras nacionalidades descubrieron las Terres de l'Ebre durante la pandemia, cuando los visitantes querían espacio, entorno natural y calma. Desde entonces, se ha convertido en un destino al alza que, según fuentes del sector, ha sabido fidelizar a los turistas. "Quien descubre las Terres de l'Ebre se enamora", resumió Cabré.
El serial del Hard Rock
Hace diez años, el sector turístico confiaba mucho en un nuevo proyecto impulsado por Hard Rock que debía crear un gran centro de ocio y hotelero entre Salou y Vila-seca. Hacía dos años que se había planteado y CiU y el PSC incluso pactaron en el 2014 una rebaja fiscal para realizar la inversión más atractiva. Los casinos pagan en Catalunya un 55% de impuestos de los ingresos provenientes del juego y el acuerdo entre los convergentes y socialistas rebajaba ese porcentaje hasta el 10%. Pero lo que parecía tan fácil se ha convertido en un auténtico serial que ha llenado diarios durante los últimos diez años y que, incluso, ha derribado a un gobierno. En 2024 el presidente republicano Pere Aragonès necesitaba los votos del PSC y Comuns para aprobar los presupuestos y mientras los socialistas reclamaban que el Hard Rock saliera adelante, Comuns ponían como condición que se detuviera. Por falta de acuerdo, Aragonès no pudo aprobar los presupuestos y, con el añadido de la sequía, decidió convocar elecciones. Aquellos comicios hicieron presidente al socialista Salvador Illa, que fue investido con los votos de ERC a cambio, entre otras cosas, que se anularan las ventajas fiscales que se habían aprobado en 2014. Los contrarios al Hard Rock denuncian el impacto medioambiental –el consumo de agua del macroproyecto sería de más de un millón de metros cúbicos al año– y tampoco ven con buenos ojos apostar por un modelo turístico basado en el juego. Además, alertan del riesgo químico que conllevaría por su proximidad con los polígonos tarraconenses.