El análisis de Antoni Bassas: 'La justicia española se pone hoy frente al espejo'

El estruendo de hoy nos muestra hasta qué punto, en la lucha por derribar a Sánchez, vale también el uso de la justicia y cómo la lucha de Sánchez para defenderse afirma lo mismo que el independentismo, o Podemos, o personas que cuando pasaban por ahí como Tamara Carrasco o Sandro Rosell hace tiempo que se han convertido en la brazo. derecha y la ultraderecha, con la que comulgan ideológicamente

05/09/2025
3 min

Tener razón está bien, pero puede ser triste. Es el caso de lo que ocurre hoy en Madrid. Organizan ese acto en el Tribunal Supremo –por cierto, en la misma sala donde se celebró el juicio del Proceso– en la que dan por abierto el año judicial. Acto solemne en el que el fiscal general del Estado se presentará mientras está procesado por la filtración de unos correos sobre la pareja de Ayuso, y acto al que no asistirá Feijóo, en su calidad de jefe de la oposición, precisamente en protesta porque va el fiscal general del Estado.

No hay pruebas de que los correos los hubiera filtrado el fiscal general (es una de la veintena de personas que podrían haberlo hecho, pero no se ha demostrado). En cualquier caso, teniendo en cuenta que el fiscal general le nombra el gobierno, su procesamiento (un hecho del todo insólito) fue un éxito para el PP en su lucha contra Sánchez, una lucha tan descarnada como impotente, hasta ahora. Y todo esto, la misma semana que el presidente el gobierno ha dicho que hay jueces que hacen política. Total, que Feijóo no va, primero diciendo que tiene un acto con Ayuso a la misma hora (excusa lamentable), y después diciendo que no quiere incomodar al rey (más lamentable aún). Feijóo nunca encuentra el tono, pero es especialmente estridente cuando actúa como si fuera un dirigente de Vox, eternamente enojado. Pero más allá de todo esto, el estruendo de hoy nos muestra hasta qué punto, en la lucha por derribar a Sánchez, vale también el uso de la justicia y cómo la lucha de Sánchez para defenderse afirma lo mismo que el independentismo, o Podemos, o personas que cuando pasaban por allí como han denunciado a Tamara Carrasco o Sandro Rosell: convertido en un brazo de la derecha y la ultraderecha, con la que comulgan ideológicamente. Tarde o temprano, debía ocurrir: esta pasión por las investigaciones prospectivas, por las acusaciones populares de Vox, por las imputaciones por delitos terribles que no se han cometido, el negarse a aplicar la amnistía, todo ello ha terminado por pasar por encima de la credibilidad de la justicia española entre los propios españoles.

Y ayer también nos silbaron las orejas. El ministro Puente, el autor de "el tren vive en España el mejor momento de su historia", hizo este reconocimiento ayer en el Congreso:

"Cercanías de Cataluña tengo que decir, sin paliativos, que es el más deteriorado de nuestra red, por su extensión y por, digamos, las desinversiones que se han producido, a la larga ya la anchura de su historia. Es la red más antigua, en todos los sentidos, y también es la red que ha sufrido, digamos ido sucediendo".

Admisión que no le impidió ponerse medallas por la puntualidad ferroviaria española que la realidad del servicio de Cercanías desmiente a diario. Miren, para que los trenes funcionen sólo hay un secreto: inversión, inversión continua, cada año. Miren lo que ocurre ahora: tanto presumir de alta velocidad ("¡España es el segundo país del mundo con más kilómetros de alta velocidad después de China!") y ahora cada día hay más retrasos porque los trenes se han hecho viejos, los nuevos han salido mal y la red es cara de mantener. Mientras se compraron máquinas y vagones de alta velocidad, no se compró un solo vagón de Cercanías para cada servicio de España. ¿Cómo quieren que el servicio funcione?

Buenos días.

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