El análisis de Antoni Bassas: 'Sánchez, cogido a la vuelta de Puigdemont'

Parte de la partida política española del momento se juega en el regreso de Puigdemont: unos para acelerarla (PSOE), otros para frenarla (PP). Y tratándose de un asunto en el que el Tribunal Supremo tiene la última palabra, las posibilidades de frenado son mayores que las de acelerada, y eso lo sabe todo el mundo

04/12/2025
2 min

El mismo martes, sólo minutos después de que Pedro Sánchez saliera a admitir que no había cumplido los acuerdos con Junts, contradiciéndose, por tanto, a sí mismo y dando la razón a Junts, les dije que el mensaje implícito de las palabras del presidente español a Junts era que, ahora que podía faltar tan poco para que volviera Carles Puigdemont, no rompieran. Que, ahora que el compromiso del PSOE con la amnistía está más cerca de hacerse visible, Junts tenía razones para no arrancarlo todo a rodar.

Y dicho y hecho: miren con qué tema abre hoy su portada La Razón:

"La vuelta de Puigdemont tendrá que esperar por decisión del Tribunal Constitucional". Y explica que, de momento, el TC no contempla acordar la suspensión cautelar de la orden de detención y prisión que está en vigor contra Puigdemont, dictada por el Tribunal Supremo. Que la decisión del tribunal no llegará antes de que acabe el año sino en enero, y que el borrador de la resolución rechaza la suspensión que ha pedido la defensa del presidente en el exilio.

Más allá de que un medio publique que sabe qué se dice en un borrador del TC, es evidente que parte de la partida política española del momento se juega en el regreso de Puigdemont: unos para acelerarla (PSOE), otros para frenarla (PP). Y tratándose de un asunto en el que el Tribunal Supremo tiene la última palabra, las posibilidades de frenado son mayores que las de acelerada, y eso lo sabe todo el mundo, aunque es verdad que el Tribunal de Justicia de la UE debe pronunciarse sobre la amnistía y todo apunta a que será a favor.

Juntos, sin embargo, siempre ha dicho que el cumplimiento de los acuerdos con el PSOE va mucho más allá de una foto de Sánchez con Puigdemont, aunque sea con el presidente de nuevo en Catalunya. Quiere lo pactado: la oficialidad del catalán en Europa o el traspaso de las competencias en inmigración. Por eso, la respuesta de ayer de Miriam Nogueras fue que Junts no tiene suficiente, pero anima a Sánchez a cumplir todos los acuerdos. O sea que, tal y como comentábamos ayer, la puerta sigue cerrada pero podría volver a abrirse.

De fondo, sin embargo, la relación PSOE-Junts es muy complicada porque los acuerdos de investidura se hicieron sobre la base de que Junts hacía Sánchez presidente (a pesar de haber perdido las elecciones) a cambio del reconocimiento socialista de que había un conflicto político entre Catalunya y España, y que de eso hablarían en Suiza con un mediador internacional. Y esas conversaciones también han fracasado. Porque darle respuesta va mucho más allá de la aprobación de unas medidas en un consejo de ministros.

Finalmente, ¿qué dicen el resto de actores? Lo mismo que decían hace treinta años, en los años noventa, cuando la Convergència de Jordi Pujol apoyaba al gobierno socialista de Felipe González y elAbc titulaba lo de "González, genuflexo ante PujolAhora, incluso un socialista como García Page dice todo dolido que el PSOE hace mal de arrodillarse ante Puigdemont.

Buenos días.

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