Magos, los 'hackers' del cerebro

La magia aprovecha desde hace siglos unas limitaciones del cerebro que la neurociencia empieza a comprender

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TONI POU
7 min

Periodista CientíficDel cerebro humano se ha dicho que es el objeto más complejo del Universo. Quizás sí, pero en cualquier caso es un objeto limitado que, por razones de consumo energético y de espacio, no es capaz de procesar la cantidad ingente de información que captan los sentidos. Solo con la luz que llega a los ojos y que estimula los cien millones de células fotosensibles que hay en cada retina, se generan 70 gigabytes de información cada segundo en cada ojo. Esto equivale a casi 80 horas de vídeo en calidad full HD. Cada segundo. En cada ojo.

De todo este volumen de información, el nervio óptico transmite un megabyte por segundo al cerebro, una ínfima parte. Además, el nervio atraviesa la retina en un punto donde, evidentemente, no hay células sensibles a la luz. De todo el tapizado de células que captan y procesan la luz, solo un 2% (la fóvea) proporciona agudeza visual, mientras que el resto está especializado en responder en situaciones de baja iluminación. El resultado de todo este mecanismo, modelado por azar y selección a lo largo de millones de años de evolución, es que el cerebro recibe una información filtrada que se ha seleccionado priorizando el contraste, es decir, los bordes y las zonas donde hay un cambio de luminosidad o de movimiento. Basándose en esta pequeña parte de información sobre el mundo, el cerebro se construye una imagen a partir de los recuerdos. Se trata de un verdadero proceso de construcción que, como resulta evidente, tiene limitaciones a la hora de apreciar todos los detalles de lo que realmente sucede ante los ojos. Y de esto se han aprovechado los magos desde hace miles de años.

Desde el Antiguo Egipto hasta el siglo XIX, siguiendo el también antiguo método del ensayo y error, los magos han creado juegos que burlan estos mecanismos y crean situaciones imposibles a la mente del espectador. Han hecho lo que hoy se diría hackear el cerebro. Los adelantos de la neurociencia de las últimas décadas han permitido entender algunos de estos mecanismos en profundidad y catalogar las limitaciones del cerebro que los magos todavía usan para dejar al público boquiabierto. Estas son algunas de las más utilizadas.

1.
La mano es más rápida que la vista
La mà és més ràpida que la vista

Las células de la retina son sensibles a la luz porque contienen unos pigmentos que la absorben. Una vez absorbida una cierta cantidad de luz, los pigmentos se agotan y necesitan un tiempo de oscuridad para regenerarse. Por esta razón y como consecuencia de la escasa cantidad de células que proporcionan agudeza visual, cuando miramos algo los ojos se mueven continuamente para barrer el objeto o la escena que estamos observando en cada momento. A pesar de que este proceso es inconsciente, implica unos movimientos durante los cuales no se percibe nada y que duran entre 150 y 300 milisegundos. Se pueden hacer tres o cuatro cada segundo. A todo esto se tienen que añadir los parpadeos, que duran algo menos de medio segundo y que se producen cada tres o cinco segundos. Todo ello hace que la información que nos llega del mundo a través de los ojos llegue a saltos, de manera discontinua. El cerebro coge estas señales intermitentes y las rellena para construir una imagen mental continua tanto en el espacio como en el tiempo. A veces, sin embargo, se equivoca y hay cosas que le pasan inadvertidas. Sobre todo cuando algún cambio coincide con un parpadeo o un movimiento ocular, o cuando sucede muy poco a poco. Y, también, claro, cuando se produce muy rápidamente. Los magos saben perfectamente que las maniobras rápidas para cambiar monedas o cartas de posición pueden pasar desapercibidas. De hecho, con los primeros aparatos que permitían captar hasta quince imágenes por segundo, a finales del siglo XIX se descubrió que el mago Antoine Arnauld hacía cambios en una baraja de cartas que duraban tan solo una décima de segundo.

2.
Fijaos en este movimiento (y no en este otro)
Fixeu-vos en aquest moviment (i no en aquest altre)

Una de las otras técnicas que utilizan los magos y que tiene que ver con la limitación del ojo para apreciar todo lo que se mueve a su alrededor consiste en hacer movimientos de varios tipos a la vez. El objetivo es que uno de ellos, el que aportará el efecto mágico, pase inadvertido. Esto se puede conseguir, por ejemplo, mediante la combinación de un movimiento vertical lento y una rotación rápida, de forma que se muestre una nueva cara de un objeto, que puede ser de un color diferente. Otra opción es efectuar un movimiento amplio al mismo tiempo que uno de recorrido más limitado. En este caso, el cerebro tiene tendencia a fijarse solo en el más extenso. Una cosa parecida pasa cuando se producen dos movimientos pero uno de ellos ha empezado antes que el otro: el espectador se fija principalmente en el que ha empezado primero. Algunos experimentos de laboratorio también sugieren que un movimiento curvilíneo capta más la atención que uno recto, de forma que constituye una buena manera de focalizar la atención del espectador y conseguir que no se fije en alguna maniobra de ocultación, que el mago puede ejecutar con toda tranquilidad siempre que lo haga fuera de la trayectoria del movimiento.

3.
Miras todos aquí (y no ahí)
Mireu tots aquí  (i no allà)

Los magos son expertos en captar la atención y dirigirla ahí donde quieren con el objetivo de que ciertas maniobras pasen desapercibidas. Lo denominan con el término inglés genérico de misdirection. Uno de los principios que usan para conseguirlo es que el cerebro no es capaz de poner atención con la misma intensidad a todos los puntos del espacio. De hecho, cuando se fija la atención de manera continuada en una zona muy concreta, se deja de procesar la información de lo que pasa alrededor. Este efecto, denominado supresión de la periferia, sirve a los magos para hacer maniobras de las que el espectador no se dará cuenta porque tienen lugar fuera del foco de atención. Para concentrar la atención en zonas específicas, los magos utilizan mucho el lenguaje no verbal: la postura y, sobre todo, los gestos que hacen con las manos captan el interés del público, lo mantienen y lo condensan en una zona del espacio. El otro elemento clave del lenguaje no verbal que los ayuda en este proceso es la mirada. Ahí donde mira el mago, mira el espectador. Ahí donde no mira el mago, ni tampoco el público, acostumbran a suceder algunas de las maniobras clave del juego.

4.
Estad atentos a esto (y no os fijaréis en aquello)
Estigueu atents a això (i no us fixareu en allò)

En 1999 un vídeo publicado por los psicólogos Christopher Chabris y Daniel Simons dio la vuelta al mundo. En él aparecían tres personas vestidas de blanco y tres de negro que se pasaban dos pelotas durante 30 segundos. Los blancos se pasaban una entre ellos y los de negro hacían lo mismo con la otra, mientras todos se iban moviendo y cruzando los unos con los otros. Se pedía al espectador que contara cuántos pases hacía el equipo blanco. La mayoría acertaba. En realidad, la tarea era sencilla: solo requería un poco de concentración para fijarse bien en los movimientos de los jugadores blancos y seguir paso a paso la trayectoria de la pelota. Si no lo habéis hecho nunca, dejad de leer, buscad el vídeo, miradlo solo una vez, contad los pases del equipo blanco y cerradlo. ¿Ya está? ¿Seguro? Si no lo habéis hecho, sabed que en la próxima frase se desvela la gracia de este experimento viral sobre la atención, es decir, ahora: si habéis contado los pases, es muy probable que os haya pasado lo mismo que a la mayoría de espectadores y no hayáis visto que, mientras los jugadores se movían y se pasaban la pelota, un individuo disfrazado de gorila desfilaba entre todos ellos, incluso se paraba en medio de la escena para pegarse en el pecho, seguía andando y salía del plano.

Podemos cortar cebolla y mantener una conversación a la vez porque el proceso de corte de verduras lo tenemos muy aprendido y almacenado en la memoria implícita. Ahora bien, si tenemos que hacer dos tareas que piden mucha atención, como por ejemplo contar pases y detectar la aparición de un gorila en un contexto ajeno al animal, o leer mensajes en el móvil y mantener una conversación, no las podemos hacer a la vez sin perder información de una o de otra. En estos casos, la memoria a corto plazo se satura y esto afecta a la capacidad de atención. Por más que la persona que tengáis delante os diga que os escucha mientras consulta compulsivamente el teléfono, el cerebro no es capaz de hacer dos tareas exigentes a la vez sin cometer errores.

Los magos, naturalmente, conocen esta limitación y la explotan continuamente. Una cosa que hacen habitualmente es formular preguntas o explicar algo que requiere la atención del espectador mientras ejecutan las maniobras que quieren disimular. Con esta táctica no solo consiguen que el público no preste atención a ciertas manipulaciones, sino que les permite que tampoco fije con precisión en la memoria lo que está pasando, de forma que una vez acabado el juego le será imposible revisar la secuencia de acontecimientos para detectar el truco.

5.
Lo que no se ve se imagina
El que no es veu s'imagina

Cuando vamos a la playa y vemos una estrella de mar con un alga que le cubre una de las patas, el cerebro tiende a completar lo que los ojos no ven a partir del resto de información que le llega y experiencias anteriores parecidas. Podría ser que esta estrella de mar tuviera una pata bífida como consecuencia de una malformación o que, simplemente, no tuviera pata porque un buey de mar se la ha cortado para zampársela. El cerebro, sin embargo, infiere que bajo el alga hay una pata como las otras, una opción que, justo es decirlo, es la más probable. Los experimentos muestran que cuando falta información visual el cerebro tiende a completar las imágenes de una manera simple y simétrica. Se trata de un proceso inconsciente y, por lo tanto, inevitable. Cuando los magos utilizan el movimiento o la manipulación de la atención, un espectador precavido y con un poco de conocimiento previo sobre los juegos puede controlar su atención para que el juego de magia no sea tan efectivo. En el caso del vídeo del gorila, cuando se hace el experimento por segunda vez, es posible contar los pases del equipo blanco y al mismo tiempo fijarse en el gorila. En cambio, el mecanismo de reconstrucción de una imagen parcialmente oculta no se puede controlar porque forma parte de los procesos inconscientes.

Los magos utilizan esta obsesión de completación del cerebro para crear juegos a partir de objetos que nunca muestran completamente, como son las cuerdas, las cucharas dobladas, los aros chinos y los medios caparazones que el público interpreta como esferas.

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