En Barberà de la Conca en la Conca de Barberà... ¡Un negro de blancos, que no un blanco de negros!

Josep Vadrí, padre, y Josep Vadrí, hijo, son los enólogos de una bodega que crea, sin querer, una divertida cabeza-cola, como un poema de Pedrals. Porque se encuentra en Barberà de la Conca, en la Conca de Barberà. José padre desde pequeño que quería ser campesino. Los abuelos eran, pero no tenían viña. “Tengo 64 años y hace cuarenta que hago vino. Siempre lo había querido. Hice enología. Mi chico, también”. Le pregunto por la hija. "La chica no prueba el vino", dice. Y yo sonrío, porque me cuento, entre los que dicen “chico” y “chica” para hablar de hijos. Y entonces añade: “Y fíjate que ella, la chica, era pequeña, debía tener unos ocho años, y le dejo probar el vino de una de las botas de chardonnay. «¿Qué huele esto, Anna?», le pido. Y va y me dice: "piña"”. Reimos, porque es uno de los aromas tropicales que podríamos encontrar en esta variedad. Recuerdo que la mía (chica) dijo, también de pequeña, “membrillo”, oliendo un vino dulce. “Tienen una nariz sin prejuicios, no quieren disfrazar nada, que a veces en la profesión pasa mucho eso. Dices que husmeas y no hueles. El mundo del vino se ha sofisticado demasiado. Debe ser más sencillo. La gente debe beber vino porque le gusta. Como el pan y el aceite, es algo que acompaña a nuestra vida, de forma natural y no sofisticada”.

El chardonnay es una variedad que le gusta mucho, a Josep. "La finca está en Vallmoll, yendo hacia el mar, sin ser el mar". ¿Y la uva? "Hagamos que haga unos 14 grados, expresamente, para que llegue a esta concentración. Parece un australiano, o de California, sin que los suyos sean mejores. Con ese aroma y cuerpo, muy terciopelo, esa sensación en la boca tan, tan agradable”. hacen por estrategia. “Si la uva entra frío, evitamos el consumo energético, porque no se debe refrigerar. estas botas— está en la cava, donde, si bien se puede regular la temperatura ambiental, no pueden regular la de la bota Si ponen —por ejemplo— la cámara a veinte. grados, la temperatura de fermentación subirá "como le dé la gana". "Y esto puede ser un inconveniente, pero siempre me ha dado mucho resultado. Siempre lo hacemos así. Son botas de distintos bosques. Ahora la madera es grano. Antes era bosque. Utilizamos levaduras seleccionadas, y echamos tres o cuatro levaduras diferentes en diferentes botas. Imagina un campo de botas. Y unas cuantas esta levadura, esas otras con la otra...”

"Al finalizar... ¡patapum!"

Ya tenemos la fermentación alcohólica. Entonces, las lácticas hacen la fermentación maloláctica, como si fuera un vino tinto, tal vez. “Ese málico, duro, se vuelve láctico, cremoso, más yogur… Y este vino blanco ha perdido esa frescura, sí, pero ha ganado ese cuerpo, la sensación amplia, que te llena la boca”. Jugando, podemos decir que hay quien hace un “blanco de noires” y ellos hacen un “negro de blancos”. Lo dejan dentro de las botas durante tres o cuatro meses, y una vez a la semana o dos le hacen el removido o batonage (bastonaje queda feo, porque parece bastonada). Mueven a las madres para que suelten aquellos componentes que se disolverán y se confitarán con el vino. Josep vuelve a reír: "Y después... ¡patapum!"

En nariz encontraremos la piña que olió a la chica, y los cítricos y la madera. Un equilibrio perfecto, podríamos citar a Rohinton Mistry. "Queda muy ajustado, que una cosa no mate la otra". ¿En la boca? Un chardonnay goloso, redondo, amable, largo... "Tiene un color paja como la que ahora tengo en la mano", dice Josep. Paja seca, de este amarillo-verde.

Puede hacerlo con pescado contundente, claro que sí, pero también, se lo prometo, con un guiso de carne y setas. ¿Carne y este vino? ¡Por supuesto! El viñedo se llama Mas Vell, pero ¿cuánto hace que está plantada esta uva?. “¡Me joden con los años!”, exclama Josep. “Hará veinticinco. Disfruta de esta variedad, muy diferente a otras, que te chupa, que es muy diferente a otras, que es... Como podría decirlo sin ofender a San Prescriptor de las Náfras de Nuestro Señor, que es un Santo que convirtió el vino en agua (en un directo de Instagram), después de oír tres veces: «Cereza picota, talco de rosa, fox terrier marrón sudado»” Es un vino de aquellos que te chupa.

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