Los dos bares de moda de Cadaqués que combinan vinos del Empordà y cócteles con cocina catalana frente al mar
Son La Sal y El Set, y están situados uno junto al otro, de propiedad diferente, en la plaza des Portitxó de la población del Alt Empordà
CadaquésLos dos bares de moda de Cadaqués tienen nombres con monosílabos, están situados uno al lado del otro, hacen cocina catalana, tienen una buena carta de vinos del Empordà y de bebidas en general, y tienen una particularidad: los propietarios de cada uno de los bares se conocen, se avenen, y han conseguido que todas las mesas de sus gentes estén. Se llaman La Sal (pl. des Portitxó, s/n), del coctelero Manel Vehí y Josep Alà, y El Set (pl. des Portitxó, 8), del cadaquesense Joan Rodés.
Empecemos por La Sal. Pertenece a Josep Alà y cuenta como socio con Manel Vehí, que hace una colaboración del Boia Nit este verano. Manel había trabajado en el restaurante El Bulli, en cala Montjoi de Roses, y que hasta ahora trabajaba en el chiringuito familiar que cerró puertas para siempre el pasado enero, el Bar Boia. Después de la derrota y desánimo que supuso perder el bar que habían abierto sus bisabuelos, Manel ha trasladado la barra del Boia a La Sal. "Mira, justo acabo de preparar ahora mismo ratafía", explica Manolo detrás de la barra, y enseña una jarra grande, de cristal precioso, donde ha puesto alcohol y mil y una hierbas aromáticas junto a las imprescindibles nueces. Manel es uno de los mejores cocteleros del país, que prepara las bebidas a la carta, y pidiendo siempre el punto de alcohol deseado. Los cócteles los prepara con diferentes bases: vodka, ginebra, tequila, mezcal, sin alcohol y otros dos especiales: el Gala Dalí, hecho con campario, vermut blanco, zumo de naranja y cava rosado; y el ciudad de Perú, que lo prepara con pisco macerado con cilantro, jengibre, chile jalapeño, plancton marino, lima y espuma de limón. El precio de cada uno de los cócteles es de once euros, salvo los que carecen de alcohol, que cuestan ocho euros.
Para acompañar las bebidas, una carta de platos y tapas de cocina catalana, en la que hay albóndigas a la marinera; bomba de jabalí con su jugo; cazuelita de gambas al ajo con huevos de codorniz; ensalada de tomate con cebolla envinagrada y aceitunas. Entre las tapas, la recomendación: la tortilla de patatas trufada con pan con tomate y el trikini con jamón ibérico, queso y trufa. Cada uno de los platos cuestan o ocho euros o doce, y no hay ningún superior a este precio.
El nombre del bar, inspirado en el perro familiar
Mientras, a pocos metros, se encuentra el bar El Set, que tiene una de las terrazas a la sombra de un olivo cercano más atractivas de Cadaqués. "Siempre he querido hacer un bar como los de antes, con sillas de hierro, una decoración amable y confortable", explica Joan Rodés, quien añade que abrió El Set durante la pandemia, y que el nombre hace referencia al perro familiar, y de ahí que aparezca dibujado en la carta. Es un icono divertido, y que levanta sonrisas nada más verlo vestido con una gabardina.
En el bar El Set, Joan ha hecho una apuesta por los vinos naturales, por los de la DO Empordà y por la cocina catalana, que se puede comer en todas las franjas del día: para desayunar, para comer y para cenar. En la carta, a la hora de comer y cenar, encontrará ensaladas (como la de tomates con bonito), huevos revueltos con butifarra blanca y negra, pescado del día, tortillas y carpaccios de atún. Y en los desayunos, una de las comidas que también cuida con delicadeza El Set, los bocadillos con pan crujiente y bueno se combinan con los cereales de avena y los cuencos con fruta cortada al momento. El café es de gran calidad (hay que remarcarlo en un mundo en el que a veces se hacen de cualquier manera los cafés) y hay opciones de desayunos veganos.
En la carta de El Set se desprende pasión por el territorio, hecho que confirma Joan Rodés. "Me he reunido con vinateros de la DO Empordà para elaborar la carta de vinos; también utilizamos aceite de oliva virgen extra de Cadaqués; mar, como el mismo bar.
La curiosidad de El Set es que el bar no tiene rótulo, no tiene el nombre escrito en ninguna parte, pero se reconoce con rapidez por el olivo cercano, en una plazoleta que comunica con la casa modernista probablemente más fotografiada de Cadaqués. de anchoas, una de las grandes preparaciones de la población, que el bar también tiene en la carta de una productora local, y que son imprescindibles de probar junto a una limonada fresca, que preparan ellos mismos. en la tierra. ¿Qué más se puede pedir?