Elena Crespi: "Históricamente el consumo de vino ha sido poco consciente"

¿Qué espacio ocupa el vino en tu vida cotidiana?

— Básicamente en cenas de pareja o encuentros con amigas. Pero sobre todo debe ser por una ocasión especial. Históricamente, el consumo del vino ha sido poco consciente, pero ahora sabemos que tomarlo habitualmente no es recomendable. Por eso pienso que la forma de beber debe ser con medida, pero eso no impide que se pueda disfrutar mucho. De hecho, tengo una amiga que es sumiller y me encanta probar vinos con ella porque aprendo mucho sobre gustos y aromas.

Entiendo que la compañía es un elemento clave. ¿Tienes algún otro requisito?

— Sí, como he llevado el tema del vino como a un aspecto casi rituálico, sí que necesito que sea en un tipo de entorno, una ocasión especial, tanto puede ser en un restaurante como en casa, pero, sobre todo, buena comida. El tema de la copa creo que también hace mucho. Si sólo hay vasos, beberé, ningún problema, pero una buena copa que acompañe al tipo de vino creo que redondea la experiencia. Aunque sé que esto no está al alcance de todos.

Como psicóloga, recomiendas incluir estos rituales con el vino que mencionas dentro de las rutinas de una pareja?

— Sí, por supuesto. De hecho, hay muchos rituales que nos acompañan y nos ayudan a tener mayor seguridad en nuestro día a día, y tomar una copa de vino puede ser uno de ellos. Pero para hacerlo bien es vital tomar conciencia de que determinados actos tienen una categoría de ritual, si no llega un momento en que el día a día se nos zampa y no nos deja disfrutar de estos momentos especiales.

La otra cara de la moneda son los excesos de consumo y los problemas en las relaciones que se derivan. ¿Has visto casos similares en la consulta?

— Muchos, por eso soy muy crítica con el consumo de alcohol. Esto no significa practicar un consumo cero, pero sí es cierto que creo que debemos repensar cómo consumimos el alcohol, porque tiene implicaciones para la salud a medio y largo plazo. Evidentemente, si existe un consumo desatado, tiene implicaciones en tu entorno social, con la pareja y con las amistades, y generalmente son negativas. A lo largo de la historia, han sido los hombres los que han consumido alcohol de forma más habitual, lo que ha influido también en cómo se organizaba la logística doméstica. Las mujeres, por intentar asimilarnos al modelo que funcionaba socialmente, hemos intentado hacer lo mismo y también hemos visto un incremento del consumo de alcohol en muchas mujeres. Todo esto es problemático.

¿Cuándo tienes una carta de vino en las manos, en la que te fijas antes: en el precio, la variedad, el nombre o la denominación de origen?

— No te engañaré: el precio. Por suerte, también tenemos vinos que están a precios asumibles –alrededor de 20 euros, por ejemplo– que también son buenísimos. Luego miro qué lleva, la variedad syrah a mí, por lo general, me encaja mucho. Sobre las denominaciones, no quiero desmerecer a las demás, pero tengo una debilidad especial por el Priorat y el Montsant, negro.

¿Y algún nombre?

— Clarísimo. Es un vino que no puedo tomar muy a menudo y que descubrí de casualidad. Mi pareja y yo nos hicimos un regalo y fuimos a un restaurante bueno. Pedimos un vino que tenían en la carta y cuando lo catamos pensamos "¡Qué elección más fantástica que hemos hecho!", estaba buenísimo. De repente, cuando ya teníamos la botella casi por la mitad, la sumiller nos dice que se han equivocado, nos toman la botella y nos traen el vino que sí habíamos pedido. Me quedé con el primer vino buenísimo que nos habían traído: el Doix, de la bodega Mas Doix. Al cabo de un tiempo fuimos de visita a la bodega por la curiosidad que tuvimos y decidimos comprar una botella. ¡Todavía la tenemos por abrir y está guardada como si fuera un tesoro!

¿Qué debe pasar para abrir un vino como éste?

— No sé, pero empieza a ser hora, porque este Doix lo tenemos guardado desde el 2020. Al final no hace falta que sea una gran cosa: algún día que con mi pareja tengamos la oportunidad de quedarnos ambos solos en casa y podamos montarnos una cena de los que nos gustan a nosotros ya será una buena ocasión.