Restaurante Sa Lola: el faro gastronómico de Blanes
Un establecimiento de alta cocina a precios accesibles
- Dirección : paseo Pau Casals, 59 (Blanes)
- Carta : menú degustación original
- Obligado : los rollitos de huevo frito con patatas y beicon
- Vino : variedad
- Servicio : rápido y eficaz
- Local : con grandes vistas al mar
- Precio por persona : 48 euros
Son tres amigos con trayectorias diversas en el mundo de la gastronomía. Albert, toda la vida con los hermanos Adrià. Rafa empezó en el restaurante familiar en el Poble-sec y cogió más bagaje también en las cocinas de los Adrià. Y Michelle, con pasado hostelero, pero con trabajos diversos como azafata de vuelo o diseñadora de ropa vintage. Un día, este tridente decidió hacer algo juntos. "Tenemos una edad y si perdemos la vida trabajando, que sea para nosotros", se dijeron los tres. Por sus recursos económicos, abrir un local en Blanes era lo más factible. Así nació Sa Lola en 2012, y en pleno paseo Marítimo. La base del local se gestó con la idea de crear un restaurante al que ellos mismos quisieran ir y disfrutar. Rafa, como chef principal, se embarcó en la tarea de idear una carta que desafiara las convenciones y despertara los sentidos. Michele, con su experiencia en diseño, se encargó de dar vida al espacio y dotó a cada rincón de un ambiente acogedor. Y Albert, con su innata habilidad para la hospitalidad, sabía que la sala iba a ser su zona de confort.
Al empezar también tenían claro que no querían ser un restaurante ligado a los productos de temporada. "Así somos más libres, somos atemporales", dice Albert, ya que les permite así la libertad de experimentar y sorprender a sus comensales. Y añade: "También queremos ser un restaurante estrella Michelin de bajo coste", un restaurante de alta cocina a precios accesibles. Por eso ofrecen un menú degustación por sólo 48 €, con un festín de sabores y texturas que comienza con la ensalada de tomates aderezados con granizado de charles transparentes, helado de queso idiazábal y anchoas. A continuación llegan los langostinos enlucidos con cornflakes y salsa dulce de chile. Uno de los platos más emotivos y simbólicos del Sa Lola es el huevo frito con patatas y beicon, y está presentado en forma de farcellets. "Cuando los muerdes, deben explotarte en la boca", nos indica Albert.
Admirable el bollo de crema, que es la antesala de uno de los platos estrella: el jarrete de cordero en el tenduri, una mezcla de especias. Rematemos el menú con la chuleta de cerdo ibérico a la barbacoa y el cornet de patata con bistec tártaro. De postre, una versión de Ferrero Rocher, maravilloso y original, que haría deshacer a la propia Isabel Preysler. La última copa de vino, una Torre del Moro de la Terra Alta, que acompaña el menú degustación, enciende el fuego de las confesiones de los tres. Asumen, sin vergüenza, que el título del restaurante surgió deprisa, espontáneamente, sin apenas pensar en ello. "Queríamos que sonara bandarra, canalla y catalán, y como estamos en la tierra de los artículos salados, salió éste. Teníamos prisa por decidir el nombre, lo pensamos poco", asume Albert. Para aquellos que visitan Sa Lola, la prisa queda atrás. Se debe disfrutar de la ubicación, en pleno paseo Marítimo, desde donde ves Sa Palomera, una gran roca que entra en el mar y que separa la bahía de Blanes al norte y la playa de S'Albanell al sur. Se dice que aquí es donde comienza la Costa Brava y es justo donde empezó el sueño de Albert Mir, Rafa Salinas y Michelle Olde Weghuis. Doce años después de su apertura, Sa Lola sigue siendo un faro de innovación gastronómica en la Costa Brava, y un recordatorio del poder de la amistad y la pasión compartida por la cocina.