¿A qué edad deben aprender a nadar?

BarcelonaVarios estudios sugieren que los niños pueden aprender a nadar entre el primer año y los cuatro. En todo caso, tal y como explica Juanfran Bautista, responsable de actividades acuáticas del Club Natació Atlètic-Barceloneta (CNAB), el inicio de este aprendizaje siempre dependerá del grado de madurez y del desarrollo motriz del niño. "Serán las familias las que decidirán cuál es el mejor momento dentro de esa franja de edad".

¿Es bueno que empiecen a aprender cuando aún son bebés?

Bautista señala que no existe ningún inconveniente para que lo hagan antes del año, ya que el objetivo de la natación para bebés es la familiarización con el medio acuático y que adquieran las nociones básicas para moverse por el agua de forma progresiva , como realizar varias flotaciones, desplazamientos, saltos, respiraciones... "Toda esta familiarización será la base a partir de la cual se consolidarán los conceptos de la natación".

¿Por qué es una actividad beneficiosa, en el caso de los más pequeños?

"El agua otorga a los niños una agilidad y libertad de movimientos importante, aunque estén sujetados por los padres o los técnicos de natación", apunta Bautista. De hecho, que se muevan en el agua contribuye al desarrollo de su tono muscular. "Además, las actividades acuáticas promueven el desarrollo de habilidades motoras como el equilibrio y la coordinación", indica. Por otra parte, los juegos y actividades que se realizan en el agua, mejoran la coordinación ojo-mano y la destreza manual. "También debemos considerar que, al tratarse de una actividad física, se fortalece el sistema respiratorio y cardiovascular, y se mejora la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea. Además, los niños que asisten a menudo a cursos de natación ven fortalecido su sistema inmunitario".

¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de elegir clases de natación?

Según Bautista, es necesario asegurarse de que la piscina ofrezca clases específicas para niños o natación de bebés, con técnicos instruidos y formados en la enseñanza de la natación en edad infantil. También es necesario que la piscina tenga las medidas de seguridad necesarias y que las condiciones del agua sean óptimas, con los controles y tratamientos correspondientes para evitar posibles enfermedades o infecciones. Por último, también es imprescindible que la temperatura del agua sea adecuada para los niños: ni demasiado fría ni demasiado caliente.

¿Qué hacer para que se sientan cómodos y no tomen miedo?

"Consideramos las clases de natación más allá de una experiencia didáctica o pedagógica, una experiencia lúdica, donde predomina el juego y la diversión. Por eso, en las primeras sesiones es necesario que estas clases se adapten siempre al ritmo que marque el niño para, progresivamente, introducirlo en la dinámica de la sesión”. Tal y como explica el responsable de actividades acuáticas del CNAB, es esencial considerar las habilidades y capacidades individuales y, en ningún caso, obligarles o forzarles a realizar una actividad que no quieran, como saltar o sumergir la cabeza en agua. "Es fundamental que los técnicos de natación transmitan calma y seguridad, y que utilicen un lenguaje positivo y una actitud corporal relajada. Crear ese ambiente seguro es fundamental para afianzar la confianza entre el niño y el técnico". También señala que, en los casos en que los niños tengan miedo, la comunicación entre padres y técnicos debe ser primordial.

¿Es bueno que realicen las clases conjuntamente con los padres?

La presencia de los padres en el agua es fundamental durante los primeros días, que es cuando los más pequeños pueden tener miedo a la novedad. Según Bautista, un contacto físico cercano mejora el vínculo y genera confianza. "Este entorno de apoyo ayuda a que los niños se sientan seguros y les permite superar cualquier temor o ansiedad que puedan tener por estar en el agua".