Así hace de padre

Marc Angelet: "Siempre he sido muy pactista, me gusta establecer un diálogo con mi hijo"

Dramaturgo, director de teatro, profesor de interpretación y padre de Biel, de 9 años. Con Cristina Clemente es autor de la comedia 'Laponia' que podeis ver en el Teatre Condal, interpretada por Míriam Iscla, David Bagés, Anna Sahun y Albert Prat. La obra muestra el enfrentamiento entre dos parejas que han decidido educar a los hijos de manera diferente, unos con mentiras y otros sin

Marc Angelet en una fotografía reciente.
19/05/2025
3 min

BarcelonaLaponia surge de las conversaciones con Cristina Clemente y Jordi Casanovas, que es su productor. Los tres tenemos hijos de edades similares y un día surgió el tema de cómo nos lo haríamos en Navidad a partir del caso de amigos que habían optado por no engañar a los hijos haciéndoles creer que los Reyes existían. Esta opción nos parecía muy radical, muy disruptiva.

Y un descalabro familiar. Imagina a los abuelos, con las ganas que tienen siempre de hacer regalos.

— Nosotros preferíamos vivir Navidad tal y como la habíamos vivido cuando éramos pequeños. Pero todo esto nos generaba contradicciones con el principio de una educación basada en la sinceridad, al decir la verdad y entendimos que era un buen material para escribir una buena comedia.

Y tú, ¿qué decidiste hacer? ¿Qué sabe Biel sobre los Reyes?

— Él descubrió que los Reyes eran sus padres a los ocho años. Estas Navidades han sido las primeras en las que ya lo sabía. Lo descubrió a base de insistir en preguntas sobre el ratón de los dientes y el tió. Empezó a hacer preguntas y, de repente, le fue cayendo todo. En la misma conversación cayeron el tió y los Reyes, y su pregunta me gustó mucho: ¿qué más hizo?

Quizás era el momento de decirle que Cercanías también es mentira.

— De repente, para él fue un choque descubrir que una forma de magia no existe.

También nosotros perdemos la magia.

— El hecho de tener un hijo y de querer explicarle que el mundo es precioso tiene mucho que ver con el hecho de ser padre y de reenamorarte del mundo. A mí me ocurrió. Cuando tienes un hijo, de repente, un día le enseñas por primera vez el mar. De repente, cosas que para ti forman parte del día a día, para tu hijo son cosas que descubre por primera vez. Y esa fascinación que siente él también la vuelves a oír tú. ¡Mira, la Luna! A mi hijo le encantaba la Luna y, de repente, yo también me doy cuenta de lo especial que es, tener una roca gigante flotando sobre nosotros.

Una de las cosas que aprenden los hijos es mentirnos.

— Me parece interesante ese momento. Por ejemplo, muchas veces mi hijo me explica lo que han hecho en el patio y de repente, en lo que explica empieza a haber algunas exageraciones y me doy cuenta de que en la reconstrucción del partido de fútbol empiezan a haber cosas inventadas. En esta construcción del relato, la mentira aparece como un elemento de la imaginación, de querer ir más allá de la realidad.

Quiere que la realidad sea algo más real.

— Yo nunca le digo que aquello es mentira, sino que opto por seguir escuchando el relato. Incluso le obligo a seguir imaginando. Es un ejercicio de construcción de un relato que me parece muy interesante.

¿Qué te empeña ahora mismo?

— En mi paternidad, los aspectos más importantes ahora mismo consisten en la gestión de la frustración. Con los padres de la escuela hablamos mucho sobre la gestión de conflictos. Somos padres que hemos ido creciendo a la vez que vemos crecer a nuestros hijos. Si mi hijo está más terco de lo normal, hablo con otras madres y padres y me dicen que a ellos también les pasa lo mismo, lo que te reconforta mucho. Entiendes que todo es una etapa. Me ayuda a ir haciendo una lectura en común de cómo van creciendo nuestros hijos.

¿Qué forma de hacer te diferencia de otros padres?

— En mi caso, yo siempre he sido mucho pactista. Me ha gustado establecer un diálogo con mi hijo. Va, que toca ducharse. No quiero. Pues en lugar de imponerme, le digo: "A ver qué podemos hacer. Si quieres no te duches hoy, pero lo harás mañana por la mañana y, además, esta noche pondrás mesa. ¿Vale?" Estos pactos me gusta mucho hacerlos, aunque alguna vez me han estallado en la cara. Pero normalmente se genera consenso y compromiso.

Cuéntame alguna situación que le haga reír.

— A veces le pido que me imite y se crea una situación en la que hay comedia y también a veces drama, porque de repente hay mucha verdad en la forma en que me imita y entonces me doy cuenta de algunas cosas que hago y que tengo algunas manías. Y como respuesta yo también le imito a él. Y jugamos a intercambiar los roles y es bastante divertido. Ambos entramos a menudo en contradicciones que me parecen muy interesantes. A veces el juego hace que nos cabreemos, pero también reímos mucho.

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