Paternidad

"No quiero que me roben las caras de mis hijos"

El ilustrador Daniel Farràs-Berdejo comparte dibujos en su cuenta de Instagram, Papamtomàquet, sobre los retos de ser un padre implicado

Daniel Farràs-Berdejo, ilustrador en la cuenta Papamtomáquet.
26/08/2025
3 min

Barcelona¿Todos los padres son torpes? Daniel Farràs-Berdejo defiende que no. Llega con un tomate y un limón tatuados en el brazo, que simbolizan a sus hijos y son los protagonistas de Papambtomàquet, su cuenta de Instagram donde comparte ilustraciones sobre los retos de ser un padre implicado.

"La cuenta nace de un grupo de paternidad donde me apunté cuando supimos que tendríamos una criatura", explica. Allí descubrió que las dudas y miedos sobre ser padre eran compartidos por otros hombres, contrariamente al estereotipo del padre como una figura cómica o incompetente. "Había un montón de cuestiones que yo no había visto en ninguna parte", recuerda. Su objetivo es romper con los tópicos: "En la cultura popular, la figura del padre es un chapucero como Homer Simpson. Hosti, no. Hay padres que tenemos ganas de hacerlo bien".

En sólo dos meses, Papambtomàquet superó a los dos mil seguidores. "Desde el principio hubo mucho calor; hombres y mujeres me escribían mensajes", celebra. Sus ilustraciones combinan reflexiones personales, escenas cotidianas y recomendación. Todo bajo una misma idea: celebrar la paternidad consciente y activa. Aunque su público mayoritario son mujeres, Daniel insiste en interpelar a los hombres para normalizar la implicación de los padres sin heroizarla.

La paternidad le ha cambiado la vida y le ha afilado la mirada: "Una vez te pones las gafas [de la paternidad], ves las cosas diferentes. Tomas decisiones sin mirarte el ombligo, tienes toda una familia". Describe esta experiencia como "una montaña rusa": hay partes "más tristes y de frustración", pero sobre todo "momentos de felicidad absoluta". Sin embargo, para vivirlos hay que priorizar, algo que no siempre es compatible con las expectativas del mundo laboral. "La empresa quiere que tú dediques un montón de horas extras y que, como eres un hombre, quieras hacerlas porque el trabajo es muy importante para ti". Pero no es siempre así. Él mismo relata cómo dejó el trabajo, después de verse relegado a un cargo que no le correspondía por defender sus derechos asociados a la crianza.

Esta visión contrasta con la de los padres de antes. "Me paso el día fuera de casa trabajando y después llego y está todo hecho, y lo único que tengo que hacer es aleccionar un poco a mis hijos o jugar y ser el bueno de la película", ironiza Daniel. "De la generación de mis padres a la mía hay un cambio muy grande de estilo de vida y de expectativas. Sabemos que ni nos haremos ricos ni tendremos segundas residencias. La parte profesional no es tan importante y nos centramos más en la familia". ¿Qué ha cambiado desde entonces? Antes, los roles de género estipulaban "lo que debían hacer un padre y una madre con sus hijos", mientras que ahora "tenemos tantísima información que es necesario tomar muchas más decisiones".

Ser padre también le ha abierto la puerta a otra masculinidad más "blanda", que dista de los cánones patriarcales tradicionales. "La paternidad es la mejor de las excusas por ser una persona cuidadora y tierna", sostiene. A diferencia de sus amigos de toda la vida, con quien le cuesta hablar de paternidad, el contacto con otros padres le ha permitido conectar emocionalmente con otros hombres: "La paternidad me ha ayudado a conocer a hombres también desde esta vertiente. [...] Nos podemos relacionar con los demás padres desde la ternura, podemos hablar de emociones."

La falta de referentes positivos es otro obstáculo, especialmente en la ficción, donde domina la figura del padre ausente. En este sentido, destaca personajes como Guido, el padre de La vita è bella, y el entrenador del Barça, Hansi Flick, de quien destaca que dejó de trabajar para cuidar a su mujer y que trata a los jugadores del Barça con cuidado y como un padre.

Para preservar la intimidad de sus hijos, Daniel utiliza los dibujos de tomate y de limón. "Ir dejando información de tus hijos a las redes, hasta el punto de que a veces hay gente que puede saber a qué escuela van los niños, me parece superpeligroso". En este sentido, relata una experiencia reveladora que tuvo recientemente: Zara lanzó una línea de ropa con un estampado muy similar a sus tomates y limones. Aunque la empresa no respondió a los intentos de contacto de Daniel, tras realizar un vídeo en el que denunciaba la situación, la compañía lo calificó de "casualidad". En cualquier caso, Daniel lo tiene claro: "Si publico estas imágenes es porque no quiero que me roben las caras de mis hijos", explica.

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