Tortell Poltrona: "Mi hermano era el primero de la clase, y yo, el último"

Jaume Mateu (Barcelona,1955), Tortell Poltrona, es payaso. Director y fundador del Circ Cric. Director y fundador del CRAC, Centro de Investigación de las Artes del Circ. Fundador y presidente de la ONG Payasos Sin Fronteras. Se puede ver en el Teatro Romea hasta el 30 de diciembre.

Nació en el barrio de Sarrià de Barcelona. "Soy hijo de una familia sarrianense muy vinculada al centro parroquial. Mis padres llevaron la casa de colonias del movimiento infantil y juvenil de acción católica de Sarrià durante 25 años. Fui a los scouts y tuve de cabeza al Xesco Boix .A finales de los años 50 las únicas actividades que había eran ir a misa y, en Navidad, los Pastorets. catalanas han sido muy aventajadas porque tuvimos la capacidad de hacer el teatro religioso, los Pastorets y la Passió. Por eso los del dramático vienen de Olesa y Esparreguera y los cómics venimos todos de los Pastorets".

¿Qué recuerdos tienes del barrio? "Se reunía gente rica de izquierdas. Estaba el Foix. El Vinyoli estaba permanentemente en el bar de la plaza. En el momento en que se acercaron los años 70 ya se creó una asociación de vecinos y todos estos personajes allí estuvieron vinculados, el Brossa también. Mi abuela era quien traía las tiendas a Josep Vicenç Foix, por eso me llamo Tortell; roscones por todas las fincas".

De escuela en escuela

De pequeño fue a muchas escuelas. "Era el payaso de la clase y no me aguantaban mucho. Primero fui a los Caganers. Después, al colegio Santa Isabel, de donde me expulsaron tres veces. Después vivimos un año en Tarragona y allí pasé por tres escuelas. De vuelta a Barcelona volví al Santa Isabel, de allí al San Ignacio de Loyola, donde también logré. tres rayas rojas. Hasta que a los 14 años fui a la escuela del Clot".

¿Por qué te expulsaban? "Para hacer reír. Tenía muchas técnicas, como poner un despertador en el pupitre cinco minutos antes de la hora del patio. Una vez pusimos un conejito de indias sobre las teclas del piano que había frente a la puerta de la iglesia. Oímos que venía alguien y cerramos la tapa del piano y nos escondimos detrás de una cortina. El piano tocaba solo y pensaron que era algo divino y exorcizaron el piano, pero a medio exorcismo vieron nuestros zapatos por debajo de la cortina".

¿Cómo lo llevaban, en casa? "No muy bien, porque , además, mi hermano, dos años menor que yo, era cum laudo, él era el primero de la clase, y yo, el último". ¿Cuántos sois? "Cinco. Yo soy el segundo. La hermana mayor me llevaba trece meses, con la cuarta me llevo seis años y con la quinta, once años". Y pese a las expulsiones, ¿te gustaba ir a la escuela? "Sí, ya las colonias, porque lo más importante para a un payaso es tener público. Mis castigos eran la soledad".

50 años en el escenario

¿A qué se dedicaban los padres? "Mi padre en el comercio y mi madre nos aguantaba a todos. Y en verano llevaba la casa de colonias de la parroquia de Sarrià, en Seva, donde hacía comida para 60 personas. Pasábamos el verano allí. I ayudábamos". ¿Qué hacía? "Repartíamos paquetes. La ayuda familiar ahora la echo de menos en el conglomerado social, porque se ha entendido como explotación infantil y yo no lo veo así. Te procuraba tener unos ingresos, te hacía sentir útil y aprendías muchas cosas. L 'explotación infantil es otra cosa, es lo que ocurre en el Congo'.

Es maestro industrial en electrónica y mecánica y estudió economía y sociología en el Instituto Católico de Estudios Sociales de Barcelona. ¿Cómo surgió el trabajo de payaso? "Un amigo hizo un grupo de payasos y me pidió sustituir a alguien. Me encontré muy a gusto, empezamos a hacer cuatro actuaciones... Después con Claret construimos una poltrona y éramos los Hermanos Poltrona. Y ya llevamos más de cincuenta años subiendo al escenario".