Las 20 mejores películas del 2021

BarcelonaNo debe ser casualidad que en el año en que las directoras han ganado todos los premios (Oscar, la Palma de Oro y el León de Oro de Venecia) sean también tres cintas dirigidas por mujeres las que ocupan las primeras posiciones de la lista de 20 mejores películas del 2021 que han elegido los críticos del ARA. Pero toda la cosecha ha sido brillante: las salas pueden estar en peligro, pero no la vitalidad, la riqueza y la diversidad del cine actual. [Han participado en la confección de la lista: Maria Adell, Gerard Casau, Ignasi Franch, Eulàlia Iglesias, Toni Junyent, Paula Arantzazu Ruiz, Xavi Serra, Manu Yáñez y Toni Vall.]

La última incorporación a la extraordinaria generación de directoras catalanas es Clara Roquet, que confirma el talento que apuntaban sus cortos y guiones con este coming of age sobre una adolescente de casa buena fascinada por la hija de la mujer que cuida de la abuela con Alzheimer.

La comedia más luminosa del año es esta deliciosa road movie sobre unos adolescentes parisinos que se escapan a un camping del sur persiguiendo la chispa de un amor veraniego. Ligera y llena de encanto, es la mezcla inesperada entre el naturalismo de Éric Rohmer y el humor de Judd Apatow.

La ciencia-ficción y el costumbrismo popular se encuentran en Elche gracias a Chema García Ibarra, que expande las inquietudes de sus premiados cortos con una opera prima de un humor perplejo y transgresor que se mueve entre el horror y un realismo heterodoxo. La sensación del cine español.

La gran película que merecía una gran banda como The Velvet Underground no se limita a documentar la historia del grupo, sino que retrata la prodigiosa escena artística del Nueva York de los 60 con las formas propias del underground, jugando con las imágenes y el montaje. Magistral.

Ser hijo de David Cronenberg y hacer cine de terror no tiene que ser fácil, pero una película como Possessor corta de raíz el debate: Brandon Cronenberg es un pedazo de director. Y su segundo film, un technothriller ultraviolento y fascinante sobre el control mental y la identidad fracturada.

La película más política de Pedro Almodóvar aborda sin subterfugios el tema de las fosas de la Guerra Civil sin dejar de seguir explorando los lazos maternales y de amistad entre mujeres. Una espléndida Penélope Cruz rubrica una película sin fuegos artificiales pero serena y emocionante.

Sir Gawain, sobrino del rey Artur, se bate en duelo con el Caballero Verde y le corta la cabeza. Un año después, lo tendrá que ir a buscar y dejar que él le haga lo mismo. David Lowery abraza la épica alegórica en una fascinante versión del mito artúrico de imágenes poderosas que respeta la pureza del poema original.

Cuando los dispositivos electrónicos se rebelan contra la humanidad por culpa de un gurú electrónico, una familia cualquiera hace frente a las máquinas. Vibrante y repleta de ideas visuales originales, la cinta animada de Netflix es el tipo de película que tendría que estar haciendo Pixar hoy en día.

El periodismo refinado del New Yorker es la inspiración de esta carta de amor a la cultura francesa que entrelaza cuatro historias que forman un monumento al artificio cinematográfico. Abrumadora por su detallismo y referencialidad, es la película más Wes Anderson de Wes Anderson.

Una diseñadora de sonido que no pasa por su mejor momento (Marta Nieto, fabulosa) empieza a oírlo todo con un pequeño retraso. Juanjo Giménez explora con audacia las posibilidades fantásticas de esta original premisa en una película hipnótica y sorprendente.

Guionista de Taxi driver y nombre clave de la generación de los 70 del cine norteamericano, Paul Schrader firma una de sus mejores películas con este bressoniano retrato de un veterano de la Guerra de Irak (Oscar Isaac) que se gana la vida contando cartas en casinos de segunda.

Un grupo internacional de prohombres se reúnen a finales del siglo XIX en una mansión para pasar el Fin de año. A través de las conversaciones, el horizonte utópico del sueño europeo se proyecta contra una cruda realidad rica en injusticias. Densa y exigente, Malmkrog también es una experiencia reveladora.

Entre el western y el melodrama de cámara, Jane Campion explora las contradicciones humanas a partir del encuentro entre un granjero misántropo y el refinado hijo adolescente de la nueva mujer de su hermano. El juego de poder y deseo que establecen es una pequeña obra maestra de la perversidad.

La emoción no necesita palabras. El último trabajo de Tsai Ming-liang es un poema mudo sobre el amor y la soledad en la gran ciudad filmado con los largos planos marca de la casa. El encuentro final de los protagonistas, una danza silenciosa entre dos cuerpos, sirve de gran catarsis física y emocional.

El universo masculino queda fuera de plano en esta nueva miniatura dramática de Hong Sang-soo, un cuento moral sobre una mujer que aprovecha la ausencia del marido para reunirse con unas amigas. Diálogos generosos con reflexiones sobre el amor y la amistad vertebran una de las películas más luminosas del director coreano.

Es el cineasta japonés del momento. Ryusuke Hamaguchi firma aquí un extraordinario tríptico de historias independientes marcadas por el fatalismo romántico y el azar, con diálogos largos y literarios pero sobrecogedores. Y si no tiene dos títulos en la lista es porque la también brillante Drive my car se estrenará en febrero.

De la alianza entre l'enfant terrible del cine francés Leos Carax y el inclasificable dúo musical norteamericano Sparks solo podía salir una genialidad o una locura. Finalmente, Annette es una locura y también una genialidad, un musical que tritura las convenciones del género y establece sus propias reglas para relatar la atormentada historia de amor y abuso entre un cómico narcisista (Adam Driver) y una aclamada cantante lírica (Marion Cotillard). Esta reflexión sobre el vacío del mundo del espectáculo y la masculinidad tóxica es seguramente la película más atrevida del año, una tragedia excéntrica sin miedo al ridículo con el mejor arranque del cine del 2021 (So may we start) y un final demoledor.

Setenta minutos es todo el tiempo que necesita Céline Sciamma para firmar una obra maestra en Petite maman, un cuento fantástico e intimista que nos habla de la pérdida y, sobre todo, de la transmisión de emociones entre madres e hijas. Con una sensibilidad extraordinaria para retratar el mundo infantil a la altura de maestras como Hayao Miyazaki, la directora francesa fabula la posibilidad de que una niña de ocho años que acaba de perder a su abuela rompa la barrera del tiempo y se encuentre con su madre cuando esta era una niña como ella. Es un milagro, toda la magia, misterio y emoción que es capaz de sugerir una película tan pequeña y minimalista.

La primera Palma de Oro que gana una directora en solitario no es de aquellas películas que generan consenso ni unanimidad. Titane es la historia de una bailarina homicida (Agathe Rousselle, el descubrimiento del año) con una fijación sexual por los coches que, huyendo de la policía, se hace pasar por el hijo desaparecido de un bombero destrozado por la pérdida. La violencia extrema y la sexualidad son solo dos elementos de un relato alucinante sobre identidades superpuestas que impugna la idea de normalidad y nos acaba emocionando pese a los dobles mortales de un guion que salta al vacío sin red. Titane demuestra que el cine es un arte en el cual quedan todavía muchas historias por explicar.

El hallazgo de dos esqueletos en un bosque da pie al flash-back que es en esencia First cow, un viaje a los Estados Unidos de la época en la que los inmigrantes recorrían el país en busca de un trabajo, una comida o un futuro. Desde el minimalismo narrativo y la empatía máxima, Kelly Reichardt relata la amistad entre un cocinero con el corazón tierno y un inmigrante chino de espíritu emprendedor en una historia que tiene algo de film de robos –aquí el botín sería la leche de una vaca–, pero que sobre todo es un retrato de los afectos masculinos y de la naturaleza depredadora del capitalismo arraigado en la identidad americana. Un western diferente: lírico, cálido y profundamente humanista.