Arte

Mari Chordà en el Macba: "Hace muchos años que ese cerdo que teníamos encima murió"

El grueso de la obra artística y poética del artista de Amposta revela un universo sensorial y al mismo tiempo combativo

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Mari Chordà en el Macba

BarcelonaLa artista y escritora Mari Chordà (Amposta, 1942) es una figura icónica por su arte y por la lucha feminista. Está exultante por la exposición que le dedica el Macba hasta el 12 de enero: Mari Chordà... y otras muchas cosas, titulada como el poemario que publicó en 1976. Al mismo tiempo, no baja la guardia. Chordà recuerda cómo, por encima de sus pinturas y esculturas, se concentró en combatir aquel "mundo rancio, putrefacto y franquista", y ahora advierte que todavía queda trabajo por hacer. "No nos fiamos demasiado, porque no es oro todo lo que luce. Atención, hombres y sobre todo mujeres, porque siempre hay una excusa para menospreciarnos, y que ¡adelante popolo!", afirma Mari Chordà.

Una retahíla de pinturas y esculturas de Mari Chordà en la exposición que le dedica el Macba

La exposición recoge con creces el grueso de la producción de Chordà como artista y poeta, y una selección de publicaciones y documentos de toda su trayectoria, que en el terreno más social tiene sus puntales en espacios como la barcelonesa LaSal, bar -biblioteca feminista; Lo Llar, en Amposta, y Ca la Dona, en Barcelona. Se pueden ver muchas de las características pinturas abstractas del artista, muchas veces evocadoras del cuerpo, la sexualidad y el placer femeninos, así como sorpresas como diferentes composiciones fotográficas, entre ellas Silencio y Espiroqueta, y una instalación de mimbre con un vídeo, titulada Útero/Huevo.

"Como museo, para nosotros es importante destacar la agencia colectiva de Mari Chordà, el hecho de que desde su práctica hace comunidad y defiende cuestiones sociales que son clave", afirma la directora del museo, Elvira Dyangani Ose. La exposición la han organizado conjuntamente el Macba y el Museo de Arte Moderno de Tarragona, donde se pudo visitar entre febrero y abril. Es un gran acierto que lo hayan hecho porque es un gesto muy significativo en una cadena de reconocimiento que ha recibido Chordà desde que su retrospectiva Pasar y traspasar, 1960-2000 se vio hace más de veinte años en Amposta, Tortosa y Tarragona, y más adelante también en el Musac de León y la Tate Modern de Londres, y en galerías como la barcelonesa Mayoral. "En este país los cambios respecto a las mujeres artistas los hemos vivido tan lentamente que de algún modo se nos obligó a tener delante una cola de señores que hacen un arte parecido. ¡Basta ya! ¡Que no nos basta! intenten vender la historia tonta, ¡hace muchos años que aquel cerdo que teníamos encima murió! Pero todavía hay mucha rebelión entre las mujeres porque es necesaria, ¡si no mira cuántas mujeres asesinadas!

Una instalación de Mari Chordà en la exposición que le dedica el Macba

Mari Chordà, combativa hasta el tuétano. "Ni la condición ni la edad son un límite, sino un estímulo", afirma Teresa Grandas, conservadora del museo y la comisaria de la muestra. "El vínculo entre el arte, la escritura y la vida es parte de una actitud política de Mari que está sustentada por convicciones ante una situación social que ha vivido, pero también por su experiencia personal. Me gusta decir que Mari es una persona muy inconformista, puede ser incómoda, es muy juguetona, muy divertida, y sobre todo es muy subversiva –explica la comisaria– Es una observadora atenta de la realidad que le rodea, de la que necesita tomar parte y subvertir -la con unos principios marcados por el feminismo", concluye.

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