Música

Albert Pla: "Puedo hacer una broma sobre matar a un policía o sobre entrar en el Parlament y quemarlo"

6 min
Albert Pla esta semana en Barcelona

BarcelonaAlbert Pla (Sabadell, 1966) se lía un pitillo mientras hablamos del ciclo de conciertos que ofrece en el Teatre Borràs cada martes. Empezó a solas, esta semana se ha sumado el guitarrista Diego Cortés, y quién sabe cómo acabará. Por eso lo han titulado Els dimarts de l'Albert. Pla es un animal escénico que no ha parado de trabajar desde que se reabrieron los teatros. Esta semana actúa en Barcelona, Madrid, Logroño y Tàrrega. Amable y divertido, de respuesta corta e imprevisible, con una historia fantástica siempre en la recámara, da la impresión de vivir en otra dimensión al margen de la realidad. Servidora sospecha que los que estamos en la dimensión equivocada somos nosotros.

¿Te imaginabas haciendo temporada en un teatro, como Cher en Las Vegas?

— Siempre le digo a Diego Cortés que nosotros tendríamos que actuar cada día en Las Vegas durante tres meses al año y ya está. Esto del Borràs es una ilusión: poder estar aquí en Barcelona, hacer un concierto cada semana, y hacerlo toda la vida. El año pasado lo hicimos seis meses, y ahora me gustaría volver a intentarlo.

¿Es como hacer gimnasia, para un músico?

— Estableces una relación con el teatro, te conoces el escenario muy bien. Y yo ya aviso de que no hay ningún compromiso, no presentas nada concreto, no prometes que harás esto o aquello. Da igual que cantes o no.

La gente te viene a ver a ti. Incluso te hablan desde la platea.

— Es que yo soy muy preguntón. A veces es divertido no marcar el límite de dónde empiezas la canción y dónde la acabas, puedes ir hablando y al final no sabes si has hablado o cantado. Y a mí como este paso me es sencillo darlo... Depende de cada día, de tu estado de ánimo y del público, me es cómodo dejarme llevar.

Hace años que trabajaste en películas. ¿Te gustaría hacer más de actor?

— Yo ya hago teatro. Miedo es una obra de teatro. Y voy haciendo cosas de cine, lo que pasa es que las cosas que te llegan son muy raras. Te llaman para cosas increíbles. Tienes que estar muy seguro, porque te puedes encontrar de golpe en una comedia que es una mierda. A base de años de ir haciendo cosas también tienes ganas de hacer cosas que no has hecho, como por ejemplo la radio, la serie de YouTube sobre la España borbónica, los conciertos por WhatsApp o libros. Si estás mucho tiempo trabajando con músicos, después quieres trabajar solo. Si haces un espectáculo de canciones, después quieres hacer otro en el que la dramaturgia sea más importante...

¿Cómo te imaginabas tu carrera hace 30 años cuando empezaste?

— Yo crecí con los punks, pensaba que a los 30 años estaría muerto.

¿Y cómo llevas los 55?

— Con incredulidad. Sigo igual. Teniendo 1.500 proyectos de los cuales harás tres. Pero tampoco tengo nada más que hacer. Me imagino que uno que hace pantalones está toda la vida preocupado por los pantalones.

¿Cómo llegas a la madurez, si se puede decir así?

— Más descansado. Puedo hacer más conciertos cansándome menos porque he ido aprendiendo.

Tu primer disco, Ho sento molt, sale en 1989. Continúa teniendo los hits que más celebra el público.

— Depende. Cada lugar tiene sus hits. En Buenos Aires o Valladolid no hago ninguna canción en catalán. En España mis canciones más antiguas son las de la rumba [No solo de rumba vive el hombre, 1992]. Pero a mí me da igual, me lo paso bien igual. Me siguen gustando. Además, no tengo conciencia de haber hecho una canción hace años o haberla hecho ayer, son lo mismo. Me siento igual de cómodo.

¿Por qué no haces ninguna en catalán afuera?

— Porque no me entienden. Yo voy a explicar cosas. Si no me entienden... A ver, tengo 400 canciones en catalán y 400 en castellano, puedo elegir tranquilamente. La gracia del Borràs es esta, que no sé cuáles cantaré esta noche.

¿Cómo vives la situación del catalán? A veces te has posicionado en Twitter cuando ha habido polémica.

— Me parece que poner en entredicho que la lengua castellana es una lengua en expansión, superrica, con mogollón de matices, que cuenta con el apoyo de mil gobiernos de mil países y que, en cambio, el catalán es una lengua muy minoritaria, superbonita para hacer canciones, culturalmente muy interesante... Que un castellano te diga que "el castellano está en peligro" me parece una coña patatera. No tiene ni pies ni cabeza. El catalán, el gallego, el vasco y mil culturas indígenas se tendrían que cuidar como perlas que son, no exterminar. Es como las brujas, no solo matas a las brujas injustamente, sino que pierdes un bagaje cultural, una sabiduría que aportaban. Ir en contra de la minoría en vez de reivindicarla, disfrutarla, me parece injusto.

En el concierto también hay un tema en el que matas a policías, jueces y políticos. ¿Has pensado que te puede caer alguna denuncia?

— No, porque lo hago en broma. Quien se lo quiera tomar seriamente que lo haga. Yo puedo hacer una broma sobre matar a un policía o sobre entrar en el Parlament y quemarlo, y todo el mundo sabe perfectamente que no lo haré nunca ni le estoy diciendo a nadie que lo haga. A pesar de que creo que es lo que se merecerían.

¿Te has autocensurado alguna vez?

— No. Bueno, cantar es un ejercicio de autocensura: este verso sí, este no. Pero por motivos políticos no, porque nunca hablo de nadie, ni de Aznar, ni del rey de España, ni de Pedro Sánchez o de cualquier conseller que pueda haber. No me sugieren. No tienen ningún tipo de importancia para mí.

Pero cuando hay un músico exiliado por las letras de sus canciones no sé si te da miedo.

— No. Es que no hay ningún motivo. El caso de Valtònyc fue un error judicial, y así lo reconocerán con el tiempo. Es un error del sistema.

Uno de los temas más divertidos del espectáculo es este pasacalle drogoaddictivo que haces por Catalunya.

— Es una canción que a todo el mundo le es familiar, ¡será por algo! Sobre todo si eres de pueblo, que empiezas la fiesta mayor en Tàrrega y la acabas en la Pobla de Segur. Quizás la gente de Barcelona no tanto, pero la gente de comarcas hace una peregrinación de fiestas mayores de pueblo en pueblo. Es una exageración, como todo, pero no deja de ser familiar.

¿A ti tomar drogas te ha servido para crear?

— Psí, pero no le doy más importancia. No lo sé. Yo es que siempre estoy en otro estadio. No sé nunca si es mi estado natural o hasta cuándo dura su efecto, hasta cuándo se puede decir que estás escribiendo con un psicotrópico o no. ¿Cuánto rato tiene que pasar?

También haces un llamamiento al público a manifestarse por la amistad. ¿Por qué te manifestarías hoy?

— Por un amigo. A mí las manifestaciones no me gustan. Me gusta más la discreción de poner una bomba tú solo, por la noche, bajo ese león, sin que nadie te vea, tranquilamente, después ir a cenar y mirarlo bien por la tele a ver qué ha pasado. Más burgués.

¿Cómo vives el momento político actual?

— Tan ancho. A mí el caos siempre me gusta, el no saber. Los otros tampoco es que estén muy membrados. En España se llaman entre ellos terroristas, así que no los veo muy unidos. Forma parte de la manera de ser de los políticos. Siempre lo he dicho, que si no hubiera políticos Catalunya ya sería independiente. La cagaron.

¿En qué momento?

— Desde el momento en el que se hicieron políticos. Desde el momento que dijeron: "Quiero ser delegado de la clase". Los tendrían que haber apartado y llevado a una asistente social que tratara el problema, que les ofreciera ayuda psicológica. Tratarlo como si sufriera una patología y solucionarlo antes de llegar hasta donde se llega.

¿Sería posible la independencia sin política?

— Es que en España tampoco habría políticos; España no existiría. En tu casa tenéis presidente de la escalera y lo solucionáis todo, ¿no? Pues lo mismo.

Has dicho en algún momento que no sigues la actualidad...

— En general no. Seguir la actualidad lleva mucha trabajo, y te roba mucho tiempo, y no me interesa ahora saber quiénes son los consellers. De hecho, cuando hubo el covid en casa nunca seguimos nada y nos enterábamos de todo. Mis diarios son cuando salgo de bolo y te encuentras un amigo, ya te lo explican todo.

¿Entiendes a los músicos negacionistas, tipos Miguel Bosé?

— Me parece genial. De cualquier tema tiene que haber gente que sí, gente que no, gente que pasa. Es normal que haya gente que no se crea según qué cosas, porque cuanta más información te dan es precisamente para que no te enteres de nada.

¿Y lo que han hecho los antinegacionistas, como Neil Young?

— Dejar Spotify por una cosa así, con la de motivos que hay, que toda la industria que rodea la música son una cosa de ladronas, me parece naif.

¿Has seguido el fenómeno de Eurovisión?

— No, es otro oficio.

stats