Patrimonio musical

El Cantut de Cassà, estructura de estado

El pueblo gerundense celebra con entusiasmo y devoción la octava edición de este festival de canciones de tradición oral

Quico el Célio, el Chico y el Mut de Ferreries con Artur Blasco en el Cantut de Cassà de la Selva
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Cassà de la Selva (Gironès)En medio de la plaza Mayor de Cassà de la Selva, un grupo de niños y niñas juegan con una gran jukebox, que hace sonar a todo volumen una canción popular cantada por algún abuelo o abuela del pueblo. Esta escena, que se repite una y otra vez, es una imagen precisa del interés, el respeto y la afición por la música de tradición oral que cada año se vive en el Festival Cantuto de Cassà de la Selva. Este año, el certamen gerundense, que llega a su octava edición, se celebra del 15 al 17 de noviembre y, durante todo el fin de semana, en el pueblo se respira un ambiente feliz de celebración y alegría a flor de piel: los calles, los teatros y las carpas están a rebosar de vecinos y visitantes de todas las edades, que sienten la fiesta como propia, participan muy activamente y, con su entusiasmo, hacen que se mantenga vivo el valiosísimo patrimonio del canto de raíz popular.

Buena prueba del furor del pueblo para este festival es la rapidez con la que se agotan las entradas: con menos de 2 minutos, el Càntut agotó las plazas de las cuatro comidas cantadas de la programación. Este año, el sábado, el encargado de dinamizar el almuerzo, que se organiza en pequeño comité en el antiguo restaurante Can Quirze, cerrado durante todo el año pero que abre sus puertas expresamente para la ocasión, ha sido Adrià Cortadellas, del grupo Fetus. Entre judías, butifarra, tocino y asado, el cantante, acompañado de dos músicos de la banda, se han levantado de la silla para entonar algunas de las canciones recogidas por el infatigable Jaume Arnella, como Pan con aceite, Las rondas del vino o ¡Venga, juventud! Pero el trío de Feto, además de entregarse con honestidad y euforia al repertorio popular, también ha hecho sonar temas propios, como La gran chefla, muy coreada entre los comensales.

Durante toda la comida también se han animado a cantar a otros asistentes, mayores y jóvenes, e incluso se ha sumado a la fiesta el escritor inglés residente en el Empordà Simon Furey, con unos shanties anglosajones, que Artur Blasco, maestro ilustrísimo de la recuperación del folclore catalán, ha replicado con unos cantos pirenaicos.

El grupo Fetus en el almuerzo de cantadores del Cantuto

Cena cantada con Quico el Célio, el Chico y el Mut de Ferreries

Entonces, por la noche, pasadas las 10, la fiesta del sábado ha continuado hasta las tantas en el Bar Centro Recreativo de la plaza, con Quico el Célio, el Noi y el Mut de Ferreries, que, con su particular acento de las Terres de l'Ebre, han hecho cantar y reír al centenar de asistentes a la cena. Sin micro ni escenario, entre las tablas y con cuatro instrumentos, el grupo tortosino ha encadenado actuaciones divertidísimas de jotas y romances antes de cada plato, con una confianza y familiaridad realmente admirable, jugando con su tono bromista, teatral y también un punto gamberro . Se paseaban por la sala con mucha soltura, como quien canta en el comedor de casa, y el público, feliz y entusiasmado, respondió acompañando a plena voz las repeticiones de las tonadas desde el primer minuto.

De hecho, el estilo de la banda Quico el Célio, que ve inequívocamente del folclore del sur de Catalunya y lo reinterpreta con una pose cómica y reivindicativa, liga a la perfección con la esencia y el talante del festival casense. Al igual que Feto, también del todo idóneos para el almuerzo del mediodía, ya que, en su caso, combinan los duros ritmos del punk de garaje con aires trovadorescos y reivindicaciones de la tierra.

Aparte de las comidas cantadas, el Càntut también organiza un montón de actividades durante tres días: el mismo sábado, por ejemplo, el festival también ha programado el trío La Filadora, Marcel Casellas, Ramon Manent, Cocanha o Artur Blasco; además de diferentes charlas, exposiciones y conferencias, como la presentación de un estudio sobre las primeras habaneras de Cataluña, los cancioneros del Alt Empordà o un recuerdo para el mítico grupo de canciones populares marranas Follim Follam.

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