Música

Fetus: "No nos da miedo perder sábanas por el camino, la música también debe molestar"

Grupo musical. Publican el disco 'Càntir nou fa agua fresca'

El grupo Fetus: Adrià Jiménez, Ricardo Ros, Telm Terradas, Guillem Caballero, Marta Barbero y Carles Belda.
5 min

BarcelonaEl grupo Fetus sigue atando punk y folk, cada vez más en sintonía con el espíritu de The Pogues, la banda irlandesa que lideró Shane MacGowan. Lo certifica el disco Cántaro nuevo hace agua fresca (BankRobber, 2024), nuevamente producido por Joan Colomo, que refuerza el camino que arrancaron a raíz de Debajo, caballo y rey (2021) y que incluye colaboraciones de las Testarudes y una adaptación del poema Ayer de Josep Carner y un recitado de archivo de Joan Vinyoli (Dominio mágico). Habla el bisbalense Adrià Cortadellas, cantante y compositor principal de Feto.

¿Cuál es simbolismo del agua fresca?

Cántaro nuevo hace agua fresca es un disco bastante menos conceptual que La sierra de los perdidos (2022), que sí que era un ejercicio de estilo más premeditado, de investigar y musicar leyendas e historias de las Gavarres. Ahora teníamos un fardo de canciones que hemos reunido con este título. Por un lado, porque el ilustrador que nos hizo el logo decidió que sería un botijo. Además es un refrán que nos gusta. Un ceramista nos ha dado unos botijos, y en la gira he prohibido que los músicos lleven botella de plástico: todo el mundo bebe del botijo. Y seguimos cantando en la taberna y en el país, y haciendo canciones más protesta.

¿Ha pensado alguna vez, en el acierto que fue conocer a Jaume Arnella y hacer con el disco Debajo, caballo y rey (2021)?

— Sí. Y si hemos ido echando más hacia los Pogues ha sido a raíz de eso. Nos sentimos muy cómodas. Y con la portada queríamos plasmar a esta gran familia que hemos formado de punk y folk.

El homenaje más explícito es que la portada se inspira en la del disco If I should fall from grace with god (1988) de los Pogues.

— De hecho, la foto la tomamos cuando aún no había muerto Shane MacGowan [el líder del grupo irlandés The Pogues, fallecido en el 2023]. Y para colmo, como nos faltaba un músico en la foto, hicimos que también saliera Joan Colomo, el productor.

Portada del disco 'Càntir nou fa agua fresca', de Fetus.
Portada del disco 'If I should fall from grace with god', de The Pogues.

Su canción sobre los funerales de Verdaguer, Macià y Durruti en el fondo conecta con el funeral de Shane MacGowan.

— Sí, el pueblo también conectó mucho, con Shane MacGowan. Hay pocas figuras que sean capaces de conglomerar a tanta gente. Y lo mismo había ocurrido con los tres de la canción. Fue Albert Botran [el historiador] quien nos lo sugirió, hacer la canción sobre los funerales de Verdaguer, Macià y Durruti, aunque sean personajes muy distintos. El otro día me lo preguntaban, si creía estarían contentos, estos tres personajes, de formar parte de una misma canción. No sé, es una buena pregunta, pero dejando de lado este interrogante, son tres individuos que nos han marcado como pueblo. Los tres habían sido combativos, en cierto modo, en sus campos, y los tres se habían acabado poniendo al pueblo en el bolsillo para ser disconformes.

Otro personaje que recordáis en el disco es la brigadista Fanny Schoonheyt, "la reina de la ametralladora".

— Su historia sale al libro Brigadistas, editado por Tigre de Paper, que reúne perfiles biográficos de gente que dejó su vida atrás para venir aquí a combatir el fascismo, y su retrato es de los más icónicos de este libro. Además, escuchando melodías partisanas pensé en el grupo italiano Banda Bassotti, que musicaba himnos partisanos, y tiré por el derecho.

En el disco hay canciones más conectadas al presente, como Homilías de la costa.

— Hablamos de cosas concretas de la Costa Brava, pero extrapolables a otras cosas como la Copa América y las manifestaciones contra la masificación turística. Maria Jaume también lo está cantando [en el disco Nostalgia Airlines], porque malvender la tierra y trinchar el territorio se sufre por todas partes. Hago cosas con SOS Costa Brava y lo veo mucho.

Homilías de la costa y Siete sueldos son canciones que forman parte de la misma historia, porque del trinchamiento siempre hay alguien del territorio que se aprovecha.

— En Siete sueldos hablamos más de cómo el oficio de político, que debería empezar como una vocación de servicio con fecha de caducidad, acaba convirtiéndose en una puerta giratoria. En cada región hay, de estos...

Que "han hecho oficio de la poltrona".

— Exactamente.

Siete sueldos es una de las canciones en las que el violín y el banjo tienen mayor relevancia.

— En buena parte de los temas, hemos incorporado a Luís Peixoto, que es un músico portugués que vive en el Baix Llobregat y toca mandolina, banjo y buceo. Y en Siete sueldos es verdad que existen muchas capas de violines y el banjo.

A propósito de Siete sueldos, qué le parece el grupo Remedio de Ca la Fresca, que también tiene canciones de denuncia política de proximidad como Madera de artista?

— ¡Es muy buena esta canción!

Se supone que la música se está despolitizando, entre comillas, pero hay grupos como vosotros y Remei de Ca la Fresca...

— Es que esto que la música se está despolitizando, ni lo entiendo ni lo comparto. Siempre ha habido gente que va diciendo las cosas por su nombre. Otros quizá temen perder sábanas por el camino, pero a nosotros no nos importa.

De hecho, arda la Constitución en la primera canción del disco, Campo de los pájaros.

— No todo debe ser política, pero para mí también es una fuente de inspiración brutal lo que te molesta. Campo de los pájaros tiene mucha metáfora, pero de repente digo que arda la Constitución, porque no creéis que sólo hablo de pájaros [ríe]. La música también debe molestar.

Hablando de molestar, deunidó cómo saltaron a X algunos simpatizantes de Aliança Catalana cuando apoyó en el Casal Popular la Metxa, de Ripoll.

— Sí, de unidón. Fue increíble. Nos pidieron apoyar para un casal popular al que están haciendo la vida imposible, y de repente vino un alud de tuits de gente que no paraba de insultarnos, pero da igual. Incluso había de algún fan decepcionado, pero da igual: hay que decir las cosas por su nombre. Como decía antes, no nos da miedo perder sábanas por el camino, la música también debe molestar.

Volviendo al disco: ¿me cuentas la historia familiar que hay detrás de la canción El toro y la tramontana?

— Mi bisabuela, la madre de la abuela materna, era de Castelló d'Empúries, que había una mucha harinera. Mi bisabuelo tuvo que exiliarse y ella se fue a vivir a Portbou, para estar más cerca. Abrió la panadería en Portbou y atravesaba la frontera para ver al marido. A raíz de esto, a mi abuela le quedó un piso en Portbou y yo he ido bastante. Pero no canto exactamente al respecto, sino que hago un homenaje a Portbou, que es verdad que tiene un punto decadente, pero, como Colera, es de los pocos reductos de la Costa Brava que no están trinchados y especulados.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes relacionado con la música?

— Recuerdo mucho la primera vez que subí a un escenario. Había estudiado en la escuela de copla. Hice tenora, pero no me gustaba y la dejé para hacer guitarra... En Bisbal estaba Sanjosex, que era como mi vecino, y Jaume Pla [Mazoni]... El caso es que me va marcar mucho la primera vez que subí a un escenario para tocar con un grupo de ska, en 1998. Tenía 11 años. Para mí la música ha sido una historia de empoderamiento.

¿Y un recuerdo que te gustaría olvidar?

— Es que con Feto lo disfruto todo mucho. No lo sufro. Lo vivo de una manera muy gustosa, y nunca me he llevado ninguna mala experiencia. Ahora que pienso en ello, quizá el momento más terrible fue al principio de mi vida de subir a los escenarios, cuando se me cayó la guitarra en un concierto. Era una guitarra del padre de un amigo, porque yo todavía no tenía, y se rompió. Era una Stratocaster negra.

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