¿Quién está dispuesto a morir junto a la persona amada?
Carlos Marques-Marcet trasciende a 'Polvo serán' el debate del suicidio asistido en un magnífico musical de pequeño formato sobre el amor y la muerte
- Dirección: Carlos Marques-Marcet: Guión: Carlos Marques-Marcet, Clara Roquet y Coral Cruz
- 106 minutos
- España, Suiza e Italia (2024)
- Con Ángela Molina, Alfredo Castro y Mònica Almirall
Claudia y Flavio viven un amor como ningún otro. Cuando ella (una Ángela Molina de belleza inmortal), afectada por una enfermedad incurable, decide ir a Suiza para morir a su manera, él (un insuperable Alfredo Castro) está determinado a acompañarla hasta el final y suicidarse a su lado. Polvo serán aborda uno de los temas que marcan la temporada cinematográfica: el derecho a una muerte digna. Pero Carlos Marques-Marcet trasciende el debate sociopolítico sobre los cuidados paliativos o el suicidio asistido para inscribir su filme en un territorio más artísticamente estimulante. Y arma un insólito musical de pequeño formato en torno a lo que supone para una pareja afrontar juntos una muerte voluntaria.
Entre los muchos aciertos de la nueva película del director deLos días que vendrán se encuentra crear un musical con personalidad propia que escapa a los modelos comerciales dominantes. Además, la dimensión musical en el filme emerge de forma orgánica y progresiva a través de la protagonista, una diva del teatro que está constantemente poniéndose en escena y que a la vez experimenta su camino hacia la muerte desde una vertiente más fantasioso. La Veronal le acompañan en una serie de coreografías marca de la casa, capaces de integrar los movimientos repetitivos y circulares de nuestras danzas de la muerte con el esplendor geométrico de Busby Berkeley. Todo ello con la música intimista de etéreos ecos funerarios compuesta por Maria Arnal.
La madurez artística de Marques-Marcet también se manifiesta en un segmento central que remite a Ingmar Bergman en su orquestación profunda de un conflicto familiar a diferentes voces con la pasión por el teatro como marco de fondo. Una de las propuestas más gratificantes del cine reciente, Polvo serán, apela a una forma de romanticismo que ya no se estila sin idealizarlo. Los créditos finales dejan claro por qué del magnífico soneto de Quevedo que inspira el título sólo aparece la mitad del último verso.