Llega a Netflix un nuevo descenso por el más misántropo de los ascensores sociales
Milena Smit y Hovik Keuchkerian protagonizan 'El hoyo 2', que vuelve a dirigir a Galder Gaztelu-Urrutia
- Dirección: Galder Gaztelu-Urrutia. Guion: Galder Gaztelu-Urrutia, Pedro Rivero, David Desola y Egoitz Moreno
- 108 minutos. España (2024)
- Con Milena Smit, Hovik Keuchkerian, Natalia Tena y Óscar Jaenada
Cuando El hoyo se presentó en sociedad en 2019 (entre otros lugares en Sitges, donde consiguió el máximo galardón), la leímos como una revisión distópica del concepto de ascensor social. Pero cuando Netflix le estrenó globalmente durante las primeras semanas de la pandemia de la covid, el escenario de la cárcel-purgatorio vertical que daba nombre al filme de Galder Gaztelu-Urrutia permitió a los espectadores confinados de todo el mundo proyectar sus miedos. La secuela del filme llega cinco años después, en un contexto muy diferente y modulando la alegoría para fijarse en el ocaso de las ideologías.
En esta ocasión, los internos han ideado un sistema para repartir equitativamente el banquete que desciende por el agujero de hormigón y asegurar que los inquilinos de los niveles inferiores reciban su parte del pastel. Pero el celo en el cumplimiento de la ley crea fanáticos como el mesías sin ojos que encarna Óscar Jaenada (¿quizás una cita al Ensayo sobre la ceguera de Saramago?), mientras que entre los rebeldes que reclaman libertad no cuesta detectar los ecos del populismo.
Equidistante en la misantropía, El hoyo 2 evita tomar partido y reincide en el principal vicio de su antecesora: una tendencia a la retórica donde podemos escuchar perfectamente a los guionistas tecleando los diálogos en la boca de los actores. Al menos, la confianza ganada con el éxito de la primera parte anima a Gaztelu-Urrutia a diseñar un puñado de instantes de caos y barbarie que se pueden disfrutar sin necesidad de estar pendientes de cuál es el mensaje que hay detrás.