La Muestra de Venecia

David Fincher, otra carta ganadora de Netflix en Venecia

La Mostra vibra con la película póstuma de William Friedkin y con el nuevo filme de Bertrand Bonello

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David Fincher, solo en Venecia presentando 'The killer'

VeneciaDespués que Wes Anderson y Bradley Cooper elevaran el nivel de las anteriores jornadas de la Mostra de Venecia con sus producciones para Netflix, el gigante mundial del streaming volvió a mostrar músculo artístico con la presentación de The Killer, en la que David Fincher, autor de La red social y Zodiac, se aproxima al arquetipo fílmico del asesino a sueldo.

"Es un personaje muy cinematográfico porque combina el drama y la acción, vive bajo mucha presión y su día a día está marcado por tareas físicas", explicó el cineasta de Denver a la prensa acreditada. Además, Fincher apuntó que, con The Killer, ha querido llevar al límite la dimensión inmersiva de su cine: "En la película observamos a través de la mira del fusil del protagonista y escuchamos sus pensamientos". Y es así. En los primeros compases del film, el director de La habitación del pánico construye una danza de planes de alta precisión que van rodeando al personaje hasta adoptar su punto de vista, mientras que, a través del sonido, el asesino comparte con el espectador su férrea ética profesional y homicida. Es como si Alain Delon de El samurái de Jean-Pierre Melville mirara por La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock y murmurara un monólogo interior al estilo Terrence Malick, pero vaciado de toda humanidad.

Con The Killer, Fincher pone a prueba los mecanismos de identificación de la narrativa cinematográfica. ¿Puede el espectador ponerse del lado de un protagonista que sonríe mientras se distrae apuntando a un niño con su rifle? Y no sólo eso. Llevado por la negativa a asumir la inmoralidad de sus actos, el asesino afirma que "la empatía es una señal de debilidad". Unas palabras que contrastan con la evidente conexión que existe entre las rígidas éticas profesionales del personaje y el cineasta. Cuando el asesino, interpretado por Michael Fassbender, afirma que su vida está en esencia "preparación, atención al detalle, repetición, repetición y repetición", no cuesta imaginar a Fincher aprobando la sentencia.

Michael Fassbender es un asesino en 'The Killer' de David Fincher

The Killer lleva a la pantalla la novela gráfica homónima de Jacamon y Matz y cuenta con un guión de Andrew Kevin Walker, el autor del texto de Seven. Sin embargo, en el contexto del imaginario de Fincher The Killer remite a Gone Girl y El club de la lucha. De la primera, el cineasta recupera el juego con la subjetividad del relato, mientras que el recuerdo de la segunda aflora en la ácida mirada en la sociedad de consumo. Y es que el protagonista de The Killer se mueve como pez en el agua adquiriendo suministros vía Amazon, perfilando sus misiones en Google Maps e ingiriendo calorías en restaurantes de comida rápida de París, el primer escenario del filme. “No sabía que en los McDonald's de Francia podían servirte la comida por una ventanilla después de encargarla a través de una app”, explicó sorprendido el siempre elegante Fincher.

La ambigüedad según Bonello y Friedkin

Después de la incorporación de The Killer, la competición oficial de Venecia sumó otro título destacado gracias a La Bête, en el que el francés Bertrand Bonello plantea una adaptación libre de la novela corta La bestia en la jungla de Henry James. Intercambiando los roles de la pareja protagonista, el director de Lapollonide presenta el drama de una mujer de la alta sociedad francesa del siglo XIX, interpretada por Léa Seydoux, que confiesa a un desconocido (George MacKay) que vive estremecida por la premonición de una tragedia. Magnificando el misterio del texto de James, Bonello amplía el relato con dos nuevos episodios situados en el presente y en el año 2044. En cada uno de estos tres tiempos históricos –que el cineasta francés explora haciendo guiños a La edad de la inocencia de Martin Scorsese y en la pobreza de la imagen digital–, la pareja protagonista va confirmando la dificultad de su relación. Una unión que, en un futuro distópico que recuerda al mundo feliz de Aldous Huxley, se verá amenazada por la inteligencia artificial, que ha inventado una forma de neutralizar las pulsiones afectivas de la población.

George MacKay y Léa Seydoux en 'La bête'

Por último, la Mostra acogió la presentación de The Caine Mutiny Court-Martial, una película póstuma en la que William Friedkin, el autor de El exorcista, lleva a la pantalla una obra de teatro de Herman Wouk, el autor de la novela El motín del Caine. El filme se desarrolla en la sala de un tribunal de guerra, donde se juzga un caso de insubordinación en un barco de la marina estadounidense. Filmada con buen pulso y elevada por la magnífica interpretación de Jason Clarke, en el rol del abogado defensor de un joven oficial, la película propone una reflexión desgarradora sobre la incapacidad del sistema legal para abrazar el principio de incertidumbre que rige la naturaleza humana.

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