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Fernando Trueba: "No olvidar el pasado y removerlo son cosas distintas. Removerlo puede ser peligroso"

El cineasta madrileño estrena la película 'Isla perdida', protagonizada por Aida Folch y Matt Dillon

7 min

BarcelonaAlfred Hitchcock y Patricia Highsmith son los referentes que baraja Fernando Trueba (Madrid, 1955) en la película Isla perdida, que se estrena este viernes. En este thriller romántico ambientado en 2001, el actor estadounidense Matt Dillon (Nueva York, 1964) encarna el papel de un hombre misterioso que tiene un restaurante en una isla griega. El inquietante pasado del personaje saldrá a la luz con la llegada de una camarera catalana interpretada por Aida Folch (Reus, 1986). Trueba y Folch hablan con el ARA.

Aida, ¿cómo ha ido este reencuentro con Fernando Trueba doce años después de El artista y la modelo [2012]?

Aida Folch: Bueno, no nos hemos reencontrado porque no nos hemos separado, porque hace doce años que tenemos una amistad. Reencuentro artístico sí, y tenía muchas ganas de volver a rodar con él después de la última experiencia. Es como estar en casa, en familia, con alguien con quien te entiendes muy bien.

En casa, pero con un invitado especial: Matt Dillon. ¿Lo conocías personalmente antes de hacer la película?

AF: Lo conocí después de saber que rodaríamos esta película. Aproveché un día que estaba en Roma rodando y le llamé. Era justo después de la pandemia, y estuvimos los dos paseando por Roma, que estaba vacía. Luego él fue a Chinchón a rodar Asteroid City, de Wes Anderson, y quedamos en Madrid para cenar. Es muy amigo de Ray Loriga, que también es amigo mío, y hemos cenado varias veces. O sea que todo ha ido de una forma muy natural.

En una entrevista en el ARA, Matt Dillon comparaba a Fernando Trueba con Lars von Trier, en el sentido de que consigue que los actores confíen ciegamente en él. Aida, ¿lo ves así?

AF: Yo confío ciegamente en Fernando, pero porque lo conozco. Matt Dillon no sé por qué confía ciegamente en ti.

Fernando Trueba: Nos habíamos visto algunas veces antes, en Los Ángeles, en Nueva York, en Madrid, y había un buen feeling. Y charlamos de pintura, cine, música. No existía una relación rígida, sino, por el contrario, muy normal.

AF: Me parece fundamental confiar en el director con quien has accedido a trabajar, porque si no confías en su mirada, en la forma en que quiere contar su historia, me parece una pérdida de tiempo y es mejor no hacerlo.

Habéis hecho una película donde el pasado es un fuera de campo muy inquietante, como ocurre en algunas novelas de Patricia Highsmith y en películas de Alfred Hitchcock.

FT: Sí, yo me imaginaba que el personaje que interpreta a Matt Dillon tenía un pasado, en aquella época tan dura de finales de los años sesenta y setenta, cuando las drogas, los crímenes, etc. se habían cebado con el mundo del jazz, del rock e incluso del cine, como con el caso de Sharon Tate. Me imaginaba el pasado del personaje en aquella época, y en la película estamos unos treinta años después, en el 2001, una época en la que ya tenemos los teléfonos móviles, pero todavía no existe esa comunicación tan grande que hay ahora.

Era difícil trasladar la historia al 2024, ¿no?

FT: No habría funcionado. Se debería de haber contado de otra forma o hacer otra historia. Me gustaba ese tipo de película de época, pero no tanto.

¿Chet Baker era un referente musical para perfilar el personaje de Matt Dillon?

FT: Más que musical. Chet Baker, pobre, también tuvo una vida atormentada. Fue alguien muy atractivo, los fotógrafos adoraban fotografiarle, y a todo el mundo le gustaba cómo cantaba, pero también que fue víctima de las drogas y de la violencia; le rompieron todos los dientes de una paliza para que no pudiera seguir tocando, y después acabó cayendo por una ventana. Aún hoy hay quien piensa que se cayó porque estaba drogado, y otros que piensa que le empujaron. O sea, que nunca se acabó de saber exactamente cómo había muerto Chet Baker.

En la película hay un personaje que busca el amor, el que interpreta a Aida, y otro, el de Matt, que busca la paz.

FT: Busca el olvido.

¿La paz en el olvido?

FT: El olvido incluso de sí mismo. Creo que vive en una especie de vacío. Huyendo de sus propios demonios, vive suspendido en una especie de vacío, encerrado en sí mismo, cerrado a los sentimientos, a las relaciones. Es un misántropo, alguien que huye de sí mismo, pero al que el pasado lo atrapará de nuevo.

¿Cómo ha determinado el pasado de él la forma de aproximarte al personaje que tú interpretas, Aida?

AF: El ser humano tiene una necesidad intrínseca de comprender al otro, de atravesarlo de algún modo. Sobre todo dentro de las historias de amor, quieres llegar a comprender quién es la otra persona, por qué es cómo es, qué le pasa, por qué no se abre, y muchas mujeres, por los siglos de los siglos, han querido sanar a aquella herida de aquel hombre que, pobrecito, no sabe explicarse. Mi personaje se encuentra con un hombre que es difícil, que no se abre, y encima irá descubriendo partes de su pasado muy graves.

Matt Dillon y Aida Folch en una imagen de la película 'Isla perdida'.

¿Cuáles son vuestra películas favoritas de Hitchcock?

FT: Es que tiene tantas, buenas... Diría que Encadenados, La ventana indiscreta, Psicosis, Vértigo, La sombra de una duda, Con la muerte en los talones...

Has dicho dos que quizás son las que tienen más que ver con tu película: La sombra de una duda y Encadenados.

FT: ¿Encadenados? No lo había pensado, que pudiera tener que ver con ésta. Quizá La sombra de una duda un poco. El género este del amor sospechoso probablemente está muy presente en Rebeca, en Sospecha, que no son de mis favoritas de Hitchcock. Y de alguna manera, Vértigo también es un suspenso romántico. En el fondo, Hitchcock era muy romántico. Siempre tenía esa cosa tan bonita que escribió Truffaut: filmaba las escenas de amor como si fueran crímenes, y los crímenes como escenas de amor.

Esto ocurre un poco en tu película.

FT: Pues quizás sí. Hay ese lado francés, de Truffaut y Chabrol, que puede estar flotando.

Y aunque pase en Grecia, los paisajes recuerdan a los de Atrapa a un ladrón.

FT: Sí, porque esta costa europea mediterránea inspiró a muchos escritores y algunos cineastas en una época, como Preminger, Hitchcock... Y me interesa este tema del americano perdido dando vueltas por Europa, que es un tema muy Patricia Highsmith; lo que ocurre es que aquí está tratado quizás de una manera más de Hitchcock que de Patricia Highsmith, porque está contado a través del personaje de ella, no del personaje perturbado, que sería más el estilo de la Highsmith.

Viendo la película tuve una duda sobre cómo interpretar el pasado. Venías de unas películas anteriores donde el pasado era importante para reivindicar una memoria perdida. Y, en cambio, en Isla perdida parece que el pasado es mejor no tocarlo.

FT: Bueno, hay casos en los que es mejor no abrir la caja de Pandora y que salgan otra vez los demonios. Como dice la frase tan repetida de George Santayana, el pasado no hay que olvidarlo para evitar que se repita. Pero creo que no olvidar el pasado y removerlo son cosas distintas. Removerlo puede ser peligroso.

¿No hacemos lectura política?

FT: No, no estoy haciendo una lectura política, porque ésta no es una película política.

Fernando Trueba y Aida Folch.

Aida, tus películas preferidas de Hitchcock...

AF: Hitchcock me gusta mucho. Mi favorita es La ventana indiscreta. Pero, quizá por ser de otra generación, me he inspirado en otras cosas. Sabía que las referencias de Fernando eran Hitchcock y Patricia Highsmith, pero yo me fijaba más en películas de los noventa que me habían tocado y que tenían una temática parecida por algunos motivos como pueden ser Misery, Atracción fatal, El cabo del miedo, Bitter moon de Polanski, películas que tienen esa energía.

Aida, en tu trayectoria, ¿cuál fue el papel con el que entendiste que ya no había plan B, sino que el plan A y único era ser actriz?

AF: Nunca he tenido este pensamiento de plan A, plan B. Muchas veces pienso que, si no me llamaran, ¿tengo un plan B? No lo tengo, no sé hacer otra cosa. Mientras pueda, seguiré haciendo lo que sé hacer.

Fernando, ¿tú tienes alguna película con la que dijeras: "A partir de ahí sí que ya soy un cineasta"?

FT: No, no. Tengo películas en las que dije: a partir de ahí, lo que a mí me gustaría hacer es cine, quiero dedicarme al cine. Pero no eran películas mías. Me pasó cuando vi El niño salvaje, de Truffaut, que dije esto es lo que quiero hacer en la vida. Pero que me sienta más cineasta por una película que por otra no me ha ocurrido así.

¿No hay ninguna en la que dijeras, ese es el camino, a partir de ahí ya no me voy a plantear otra profesión?

FT: No. Es que nunca me he planteado el cine como profesión. El cine ha sido para mí un amor, una pasión. No me veo como un profesional. Muchos de los directores que admiro eran grandes profesionales del cine, los contrataban y lo mismo hacían una cosa que otra. Esto es ser un profesional. Pero yo he hecho las historias que me gustaban, las que quería hacer; he hecho todas las películas muy convencido y de una forma muy personal, incluso en las dos o tres veces que ha venido un encargo de fuera, que normalmente acostumbro a decir que no; pero las dos o tres veces que he aceptado, era porque podía hacerlas mías, porque me sentía como si fuera yo quien me estaba haciendo el encargo. Todas mis películas son personales, las mejores y las peores.

Aida, ¿tienes proyectos que se puedan explicar?

AF: Aparte de estrenar Isla perdida el 23 de agosto, estrenaré una película comercial de terror, mi primera de terror, llamada Historias de Halloween, que seguramente estará en el Festival de Sitges. Y también he hecho otra película filosófica surreal con Lluís Miñarro, Emergency exit: trabajo con Oriol Pla, Albert Pla, Emma Suárez, Marisa Paredes... En fin, películas totalmente diferentes. Una comercial, otra de autor, un thriller.

¿Y tú, Fernando?

FT: Estoy trabajando en un documental. Y de ficción, ya he escrito el guión de una comedia que me gustaría que fuera mi próxima película.

Por cierto, cómo ha ido la experiencia de ser actor en Volveréis, ¿la película de tu hijo Jonás que se estrena el 30 de agosto?

FT: Ha sido muy bonito, porque que te dirija a tu hijo es algo que nunca te podrías haber imaginado. Fue una experiencia muy bonita, muy sencilla. Como él es una persona muy cariñosa y muy entrañable, me cuidó. Él y los de su equipo me trataron muy bien. Me gustó hacerlo.

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