Cine

Jennifer Lawrence: “Lo que está pasando es un genocidio, ni más ni menos”

La actriz recoge el Premio Donostia del Festival de San Sebastián y presenta el drama 'Die, my love'

Jennifer Lawrence en San Sebastián
26/09/2025
3 min

Enviado especial a San SebastiánJennifer Lawrence (Indian Hills, Kentucky, 1990) ha visitado este viernes el Festival de San Sebastián para recoger el Premio Donostia por su trayectoria y presentar Die, my love, el drama de Lynne Ramsay que la actriz produce y protagoniza. Sin embargo, después del posicionamiento público del festival a favor del pueblo palestino y de la manifestación de hace unos días en contra del genocidio de Gaza, en la que una de las consignas más frecuentes era "Boicot en Israel", ha sido inevitable preguntar a Lawrence también por la empresa que distribuye Die, my love, la plataforma Mubi, contra la que se han levantado muchas voces del mundo del cine por los vínculos de uno de sus inversores, el fondo Sequoia Capital, con una empresa armamentística israelí.

Hacia el final de la rueda de prensa –de sólo veinte minutos–, el ARA ha intentado preguntar a Lawrence sobre la cuestión, pero el festival no lo ha permitido con el argumento de que todas las preguntas debían referirse a la película o la carrera de Lawrence. También se ha impedido hacer la pregunta a la periodista de la Cadena Ser, pero, finalmente, un periodista italiano ha logrado preguntarle por la situación en Gaza poniendo el foco en el sufrimiento y muerte de los niños palestinos. "Lo que está pasando [en Gaza] es un genocidio, ni más ni menos. Y es inaceptable y siento terror por mis hijos y por todos los niños", ha contestado la actriz. "Lo que más me entristece es la falta de respeto y el discurso actual de la política estadounidense. Para los jóvenes que ahora tienen 18 años, es totalmente normal que los políticos no tengan integridad y mientan", ha dicho.

Como justificándose, Lawrence también ha lamentado que no haya "nada" que ella pueda decir para "arreglar esta situación extremadamente compleja y desgraciada". "La realidad es que nuestro miedo o nuestras palabras serán utilizadas para añadir más fuego y retórica a un asunto que está en manos de cargos electos", insistió antes de volver a recordar "la necesidad de votar" y no dejar que "los artistas que tratan de expresarse libremente a través del arte" reciban las críticas en lugar de los "individuos". La sala estalló en aplausos, pero la actriz no mencionó en ningún momento a Mubi ni la contradicción que puede suponer trabajar con una distribuidora con vínculos con la industria armamentística israelí. La ironía es que, como ha recordado el periodista italiano, unos minutos antes la propia Lawrence había reconocido que, en Estados Unidos, "la libertad de expresión está en entredicho, sufre un ataque". En el Festival de San Sebastián, por unos minutos, también.

La depresión de una madre temprana

Lawrence ha hablado también, naturalmente, sobre Die, my love, presentada fuera de competición en el festival, en la que una mujer se adentra en el pozo de la depresión durante sus primeros meses de maternidad, devorada por el aburrimiento de las horas que pasa sola en una casa de las afueras de un pueblo mientras crece en ella la frustración sexual y el desencanto amoroso. "Hay muchas cosas con las que me identifico de la historia, sobre todo en cuanto a la crisis de identidad que tienes cuando eres madre –ha explicado la actriz, que tiene dos hijos–. Ser madre cambia quien eres, lo cambia todo. Yo tuve la suerte de tener un posparto fantástico con mi primer hijo, y fue entonces cuando leí el libro. Esto ayudó a que la lectura fuera más compleja y profunda. Pero con mi segundo hijo sí viví un postparto [malo] Y es muy extraño ver ahora la película después de haberlo vivido en mis carnes, porque creo que lo clavamos".

Lo más notable del filme es, seguramente, la interpretación de Lawrence, una actriz que en algún momento de su carrera parecía más famosa por su simpatía y espontaneidad en las alfombras rojas que por sus trabajos interpretativos, y que aquí interpreta a su personaje más antipático y áspero. Toda una declaración de intenciones de alguien que no quiere ser fagocitada por la imagen que transmiten los reels que se viralizan de sus entrevistas y apariciones públicas. Y no es que Die, my love presente a su protagonista como una mala persona ni mala madre, pero sí explora el lado oscuro de una maternidad sin idealizar. "Recientemente, las madres empezamos a ser vistas como seres humanos que deben cargar con una gran cantidad de trabajo diario –ha ironizado Lawrence–. Y queríamos mostrar lo duro que es encargarse de una casa y educar a un niño, la energía que requiere y la presión con la que debes lidiar".

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