“Todo el mundo sabía que Pujol había gato escondido”
Manuel Huerga dirige 'Parenostre', el 'biopic' de Jordi Pujol con guión de Toni Soler
BarcelonaLa última película que Manuel Huerga dirigió con guión de Toni Soler fue 14 de abril. Macià contra Companys (2014), falso reportaje televisivo sobre unos hechos verdaderos: la fugaz proclamación de la República Catalana y la rivalidad política entre Francesc Macià y Lluís Companys. Padrenuestro, la nueva colaboración entre Huerga y Soler, retoma simbólicamente ese hilo con un travelling aéreo que recorre media Barcelona: desde el castillo de Montjuïc, donde fue ejecutado Companys en 1940, hasta el coche oficial en el que en el 2014 se desplaza Jordi Pujol, días antes de confesar la fortuna oculta en Andorra; es decir, de la muerte física del 123 presidente de la Generalitat a la muerte política y reputacional del 126.
A Padrenuestro, que se estrena este viernes, Huerga y Soler abordan desde la ficción la caída en desgracia de Pujol y su familia, pero no con intención documental ni periodística sino como una oportunidad para explorar la complejidad y contradicciones de un personaje casi inabarcable. "Que sea una figura tan poliédrica y con tantas capas era lo que nos movía a hacer la película –explica Soler–. Hay un Pujol idealista, un Pujol activista, un Pujol banquero, un Pujol defraudador, un Pujol hombre de estado, y todos son ciertos y se complementan".
Para el guionista del filme –y también productor con Minoria Absoluta–, "la clave de vuelta" del personaje está en la escena que imagina un encuentro entre Pujol y mosén Ballarín, "una persona que amaba a Pujol y, a la vez, éticamente exigente" que le recuerda al político la facilidad con la que se le recuerda al político sirve a la ambición". O, en palabras de Soler, como "el idealismo lleva a Pujol a pensar que lo mejor para Catalunya es que él mande". Su caída, admite el guionista, tiene una dimensión "trágica" en el sentido de que "se dedicó en corazón y alma a un objetivo que él mismo pone en peligro porque el poder genera una sensación de impunidad".
Para encarnar a un personaje tan conocido, Padrenuestro toma una decisión arriesgada que se acaba revelando acertada: Josep Maria Pou, un actor de casi dos metros, se pone en la piel del protagonista. Huerga reconoce que Pou ya venía incluido "en el pack" de la película cuando le ofreció dirigirla, pero asume la decisión con entusiasmo. "Me pareció perfecto porque así te ahorras la cuestión de la caracterización –dice el director–. Con Pou, lo único que tenemos es un gran actor haciendo un personaje llamado Pujol. Y cuando empieza la película y ves al Pozo, ya está. El espectador sabe que es Pujol y no se distrae pensando en si se le parece o no".
El primer rodaje en plató virtual
La otra decisión atrevida de Padrenuestro es rodar toda la película en estudio con los fondos recreados digitalmente sobre una pantalla de croma, un sistema más habitual en blockbusters de fantasía que en dramas realistas de cámara. "Es la primera película rodada al 100% en un plató virtual en España", defiende con orgullo Huerga, que quería evitar que la película tuviera un aspecto convencional. "Un plató te permite mover paredes y puertas y ser más creativo con la cámara, porque puedes moverla mejor", dice el director, que se define como "culo inquieto" que necesita hacer las cosas "un poco diferentes". Así, Padrenuestro se rodó en tan sólo 20 días, pero necesitó muchos meses de preproducción para crear los fondos y ajustar la imagen.
El artificio se hace evidente en la escena final, cuando el escenario digital empieza a desaparecer a medida que Pujol se viste y se prepara para irse de una casa que va despojando su naturaleza virtual. Existe cierta coherencia de forma y fondo en el gesto: el desmontaje de una construcción artificial como metáfora de la demolición de la imagen y el legado de Pujol. "Se puede hacer esta lectura –dice Huerga–. El plan final demuestra que todo es mentira o una farsa, todo es teatro. Lo de romper la cuarta pared y el metalenguaje me gusta mucho. Si Padrenuestro hubiera acabado con Pujol preguntándose qué calle de Barcelona le habría tocado a él, sería una película completamente diferente".
Para Huerga, rodar Padrenuestro ha tenido un significado especial, pero no porque fuera cariño al protagonista sino porque en el 2010, con motivo del 80 aniversario de Jordi Pujol, filmó un documental en torno a una larga conversación entre el político y Miquel Calçada (Jordi Pujol, 80 años). Evidentemente, entre las dos obras existe una gran distancia en cuanto a la mirada sobre el personaje. "En esta ocasión se trata de una revisión del mito –dice–. Yo nunca le voté, ¿eh? Todo el mundo sabía que Pujol había gato escondido. Pero es normal, cuando llevas 23 años en el poder te crees impune".