Cultura

La DANA también arrasa la cultura: "La librería ya no existe"

Cinco casos que resumen el impacto de la catástrofe en el tejido cultural del País Valencià

Montaje de imágenes de la librería Sueños de Papel, la redacción de 'Camacuc' y el estudio de Cristina Durán y Miquel Àngel Giner Bou
08/11/2024
8 min

BarcelonaLa cultura no ha escapado a la destrucción de la DANA. En los primeros momentos, la solidaridad con las víctimas interrumpió festivales como la Mostra de València, que canceló las proyecciones el miércoles 30 de octubre, o la programación del Palau de les Arts, que canceló las funciones de la zarzuela La verbena de la Paloma. Pero la verdadera herida abierta en el tejido cultural se ha producido en las zonas afectadas directamente por las riadas: librerías destruidas, distribuidoras inundadas, sociedades musicales centenarias cubiertas de agua y barro... La desolación por los destrozos y la incertidumbre por el futuro, que no apacigua el anuncio del Plan de Reconstrucción de la Cultura Valenciana que ha hecho el ministro Urtasun, es el sentimiento dominante entre los creadores y las empresas culturales, que el 29 de octubre recibieron un durísimo golpe.

"He perdido el 90% de los libros"

"La librería ya no existe", explica desolado Jorge Cabezas, propietario de la librería Sueños de Papel de Benetússer, que quedó prácticamente destruida el 29 de octubre. Fue una de muchas: el Gremio de Libreros de Valencia, que ha puesto en marcha una campaña de donaciones para ayudar a las librerías afectadas, las ha recopilado en un listado que estremece: Librolandia (Benetusser), Bufanúvols (Catarroja), La Moixeranga (Paiporta), Passarella (Paiporta), Libro Ideas (Aldaia), Samaruc (Algemesí), L'Explai (L'Alcúdia) ... Y Sueños de Papel, claro, una de las más afectadas. "He perdido el 90% de los libros", explica compungido. Avisado por amigos de las riadas que ya afectaban a otros pueblos, trató de salvar todos los libros posibles vaciando de volúmenes los estantes más bajos de la librería, pero fue en vano: “El agua llegó a 1,7 metros, se lo llevó todo. He encontrado libros a 500 metros de la librería”. El estado de los libros es tan lamentable que Cabezas ni siquiera podrá regalarlos, como hizo un tiempo atrás cuando la librería sufrió una pequeña inundación doméstica. Y la catástrofe no se limita a Sueños de Papel, sino que ha afectado a la pequeña editorial de Cabezas, Hoja de Ruta, que también ha visto su almacén inundado. "He perdido el 95% del fondo editorial", lamenta.

Pese a la devastación total de los negocios, el librero se emociona al recordar la ayuda que ha recibido estos días de voluntarios de otros municipios que se han desplazado a Benetússer para echar una mano. “Por la librería pueden haber pasado 60 personas a limpiar –dice–. Había algunos amigos, pero la mayoría eran desconocidos. Era como para echarse a llorar”. Tras la inundación, Cabezas estaba decidido a cerrar la librería y olvidarse de ella, pero la riada de solidaridad le ha hecho cambiar de idea. “Intentaré reconstruirla. Deberemos encontrar la manera de pagar los libros que tenía en depósito, que pueden costar entre 80.000 y 100.000 euros, y reemplazar al escaparate, que lo rompió un coche”, explica. Ante el alud de ofertas para ayudarle, ha puesto en marcha una campaña de donaciones. Sin stock y con la actividad parada, cree que es la forma más directa de ayudar hasta que pueda volver a vender libros.

El sector del libro, herido de gravedad

De todos los sectores culturales que han sufrido el impacto de la DANA, uno de los más afectados puede ser el del libro, y no sólo por las librerías inundadas sino por el destrozo que el agua ha provocado en Gea Llibres, la principal distribuidora del País Valenciano. Con Gea trabajan editoriales como Bromera, que calcula haber perdido unos 325.000 ejemplares en la inundación; Samuel Fenollosa, de Sembra Llibres, no ha podido valorar todavía el estado de los 20.000 ejemplares que tiene en Gea, pero la distribuidora le ha avisado "que se prepare para el peor escenario"; y el director de Andana, Ricard Peris, sólo tenía 10.000 los ejemplares en Gea, pero en su almacén propio, que también está en Ribarroja y se ha visto afectado por la inundación, cuantifica en 100.000 los ejemplares perdidos. Y éstas son sólo tres de la veintena de editoriales que trabajan con Gea, entre ellas Afers, Perifèric, 3i4, la Universitat de València y otros. La campaña de Navidad es la gran preocupación de las editoriales, que no saben cómo podrán distribuir los libros o afrontar la reimpresión de los ejemplares destruidos. “Todo esto también afectará a la distribución de libros en el País Valenciano a medio y largo plazo, al menos durante el próximo año –asegura Peris–. Aquí la distribución es un problema que viene de largo, pero ahora aún más”.

Dos Premio Nacional de Benetússer

El primer tuit que Cristina Durán hizo después de que la DANA arrasara la planta baja de la casa y del estudio que ella y Miquel Àngel Giner Bou tienen en Benetússer resumía así la situación: “Estamos devastados, pero vivos”. Durán y Giner Bou son dos de los autores de cómic más importantes del País Valenciano y del España, creadores de obras esenciales de la novela gráfica reciente como Una posibilidad (Astiberri, 2017) y la aclamada El día 3 (Astiberri, 2018), ganadora del Premio Nacional de cómic. En su casa, la inundación destruyó muebles, electrodomésticos y su gran biblioteca de cómics, quizás lo que más les duele, porque muchos volúmenes son imposibles de sustituir; en el estudio tuvieron algo más suerte, ya que los ordenadores y las páginas originales están en un altillo al que el agua no llegó de un palmo, pero los muebles y paredes están destrozados. El sentimiento de impotencia y devastación era abrumador. “También ha sido complicado tener en casa estos días a mi hija Laia, que tiene parálisis cerebral y un 90 por ciento de discapacidad –explica Durán–. Su centro de día está en Torrent, afectado por la DANA y encerrado hasta nuevo aviso, así que su hermana y yo sacamos a Laia del pueblo al tercer día y conseguimos dejarla en Valencia con mi hermana”.

Durán subraya que la gestión de Mazón "ha sido absolutamente nefasta" y que han tardado "cerca de una semana en ver el primer bombero", pero el sentimiento de dolor e indignación se mezcla con el agradecimiento y la emoción ante el alud de solidaridad recibida estos días. “Los vecinos que no estaban afectados nos ayudaron a limpiar desde el primer día, pero también a familiares que venían caminando desde otros pueblos –explica la dibujante–. Y cuando empezaron a llegar los voluntarios había días en que había veinte o treinta personas en casa, la mayoría desconocidas. Era alucinante”. Durán y Giner Bou también han contado con el apoyo del mundo del cómic, donde son dos de los autores más queridos por los aficionados y la mayoría de profesionales. “Ha sido espectacular, la gente se volcó con nosotros –asegura–. Nos ha escrito muchísima gente: lectores, autores, editoriales...” Durán compartió en redes el enlace de su tienda online de láminas y, desde el primer momento, recibió pedidos y pedidos que les ayudarán a reconstruir la casa y el estudio.

Giner Bou y Durán se está empezando a incubar la idea de hacer un cómic sobre los acontecimientos de estos días. Después de todo, en El día 3 relataron la lucha de los familiares de las víctimas del accidente del metro de Valencia, otra tragedia marcada por la negligencia de un gobierno del PP. El problema es, dicen, que ahora están tan atareados que no tienen tiempo ni para tomar nota de todo lo terrible, dramático y maravilloso que han vivido estos días. Durán, además, tiene un proyecto pendiente: su primer cómic en solitario, sobre el cáncer que ha superado. “El día 29, cuando todo sucedió, justamente le decía a la psicóloga que, aunque me queda un año de medicación, ya empezaba a sentirme como antes del cáncer, que estaba muy ilusionada con el cómic y había pasado página –explica con un sentimiento agridulce–. Y, de repente, ese mismo día, otro palo. Hace un rato hablaba con Paco Roca y le decía que ya basta, que no hace falta que la vida me ofrezca continuamente temas para hacer cómics sociales”.

"Lo único que queda de 'Camacuc' es la furgoneta"

Fundada en 1984, la revista para niños y niñas Camacuc ha sobrevivido a muchos obstáculos a lo largo de su historia, sobre todo a raíz de la llegada del gobierno del PP y Vox en el 2023, que retiró todo el apoyo a la revista. Pero la inundación de la redacción de la revista, con sede en Paiporta, ha marcado un antes y un después: “Camacuc ha quedado totalmente arrasada, no quedan ni los lapiceros”, explica Joan Escrivà, director de la revista. “Lo único que queda de Camacuc es la furgoneta”. El agua, que alcanzó los 2,5 metros, se llevó cuatro décadas de historia de la revista: originales, ordenadores, discos duros, recursos gráficos, el archivo de todas las publicaciones, los proyectos, los recuerdos... Incluso las puertas y los muebles de la redacción. "Lo hemos perdido absolutamente todo", dice Escrivá, que el 29 de octubre, precisamente, estaba a punto de enviar a imprenta el número de noviembre, que ha acabado siendo destruido por la riada.

Escrivá, que ha crecido con Camacuc –es hijo del fundador de la revista–, no ha dejado de recibir muestras de apoyo estos días. “Mucha gente quiere hacernos donaciones económicas, pero no queremos dinero de particulares –subraya–. Camacuc se creó para difundir la lectura en valenciano entre los niños y niñas, para hacer la lectura divertida y disfrutar de sus beneficios. Así que si alguien quiere ayudarnos, que le regale una suscripción al hijo, a un sobrino o a un niño”. Escrivá aseguró que Camacuc volverá, pero que no será cosa de días. "Saldremos adelante, es cuestión de tiempo", afirma.

El agua no ahogará la música en Algemesí

El 29 de octubre fue uno de los días más negros de los 187 años de historia de la Sociedad Musical de Algemesí, fundada hacia 1837 en torno a la banda sinfónica de la localidad. Las riadas inundaron la sede de la sociedad, que estaba en el sótano de la Casa de la Cultura. “Hemos tenido una desgracia –dice Vicent Girbés, su presidente–. Todo lo que teníamos ha sido cinco días inundado, bajo el barro y la basura, y la fuerza del agua reventó una pared”. La factura de la DANA es alta: se han perdido todos los instrumentos que se guardaban en la sede: pianos, violonchelos, contrabajos, timbales, xilófono, congas, batería, trompas, fagots, clarinetes, trombones, flautas... “Y no son baratos –subraya Girbés–. La música es cara. Un juego de tambores puede costar 24.000 euros”. La inundación se ha llevado todos los papeles y documentación de la secretaría, así como los ordenadores. Y bajo el agua y el barro quedó también el aula de música de la sociedad, donde se estropearon pupitres, sillas, escritorios... El destrozo parece total, pero Girbés espera que se puedan salvar algunos muebles e instrumentos. “Nos han contactado luthiers que se han ofrecido a ayudarnos –explica–. Debemos llevarlos enseguida porque algunos instrumentos son recuperables, sobre todo los de metal. Los de madera será más complicado salvarlos”. El único consuelo es que se han salvado todos los documentos históricos y partituras, que se conservan en otro edificio.

La sede de la Sociedad Musical de Algemesí
La sede de la Sociedad Musical de Algemesí

La de Algemesí, por supuesto, no es la única sociedad musical de la zona afectada por la DANA, donde, como en todo el País Valenciano y las tierras del Ebro, las bandas son parte esencial del tejido asociativo y festivo del pueblo . “Somos una banda sinfónica, pero también una escuela de música, una coral, una banda juvenil, una infantil... –explica Girbés–. No somos una banda municipal, pero como si lo fuimos: tocamos en las fiestas patronales, en las fiestas mayores, en los hogares de ancianos... Y somos una entidad privada, pero sin ánimo de lucro: aquí no cobra nadie”. El golpe económico está muy importante, pero ya se está trabajando para que no sea mortal. Ya se ha puesto en marcha una campaña en GoFundMe para recaudar fondos que lleva ya más de 13.000 euros. Pero Girbés destaca la "desbordante" cantidad de bandas de la Comunidad Valenciana y del resto del Estado que se han interesado por su caso. “No damos abasto con todas las ofertas de ayuda que hemos recibido –asegura–. El sábado llegó un piano de pared que ha dado una banda de Torrejón de Ardoz con la que no nos conocíamos de nada. Y las bandas de los alrededores ya están ofreciendo sus instrumentos por si nos sale algún concierto, es impresionante”.

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