Un festival que "combate el autotune y la cultura de microondas"
La programación de Periferia Cultural incluye conciertos de Roger Mas, Quimi Portet, Maria del Mar Bonet y Remei de Ca la Fresca
Barcelona"Evitemos la cultura de microondas", dice Estel Solé, codirectora del festival Periferia Cultura, que celebrará su tercera edición en diferentes comarcas del país del 31 de mayo al 31 de octubre. Estamos en el Espai Bosià de Barcelona, donde el cocinero Sergi de Meià cocina platos con recetas ancestrales (alguna del siglo XIII). Los periodistas escuchan con un silencio reverencial las explicaciones hipnóticas del chef sobre perdices, escudillas de calabaza y comida blanca. Asimismo, tratan de seguir los detalles que Solé y Marçal Girbau, el otro director del festival, comparten sobre una programación eminentemente musical que incluye nombres como Roger Mas, María del Mar Bonet, Quimio Portet, Remedio de Ca la Fresca, Marina Rossell, Feto, Sa Pena y Adrià Puntí. Además, habrá proyectos especiales, como el encuentro en el escenario de los bisbalenses Carles Sanjosé (Sanjosex) y Jaume Pla (Mazoni), la propuesta conjunta de Joan Colomo y Selma Bruna (ex-Marala), la Eléctrica Dharma en la intimidad y sin amplificar, y las glosas de la '. La gastronomía tendrá también un papel relevante de la mano de Sergi de Meià, claro, un cocinero que propone "recuperar el espíritu gastronómico catalán".
"Defendemos el directo riguroso, o el riguroso directo. Evitamos tanto como podemos la música con secuencias pregrabadas y con autotune", dice Girbau, que sabe que va "en contra de la moda". "Un plato recalentado en el microondas no es lo mismo que un plato recién cocinado. Y lo mismo ocurre con la experiencia musical", añade el codirector de un festival que insiste en "la necesidad de construir relatos alternativos al modelo de los macrofestivales". Una parte del relato del Periferia Cultural, el que tiene que ver con el arraigo en determinantes lugares y la descentralización, es la que comparten otras programaciones de primavera y verano como el Festival de Música Antigua de los Pirineos, el Deltebre Danza, el Dansàneu, la (a)phónica de Banyoles o el Eufònic, entre otros.
También existe la determinación en la defensa del carácter periférico de artistas que, como dice Girbau, "están fuera de los circuitos comerciales" del verano. "En invierno pueden ir haciendo, pero tienen más dificultades en verano porque las fiestas mayores cada vez se asemejan más a los festivales", añade. El modelo que propone desde el 2023 es el de conciertos en espacios con aforos entre 100 y 500 personas: una programación de cuarenta fechas —"76 artistas de todo el dominio lingüístico repartidos en 35 poblaciones"— desplegada en Urgell, Lluçanès, Baix Penedès, Riudarenes, Riudares la Bodega de Ter, San Félix de Codines, Mura y San Esteban de Palautordera.
Respecto a años anteriores, Perifèria Cultura presenta algunas novedades geográficas y artísticas. Por ejemplo, la incorporación del Baix Penedès como sede y el papel más relevante del circo y de la glosa, la canción improvisada. "La glosa es la antítesis del concierto con música enlatada. En la glosa no hay nada ni ensayado —dice Girbau, que destaca también su capacidad política—. Tenemos el país en un sueño profundo, y queremos poner despertadores". "Disparamos de abajo a arriba y defendiendo la lengua en un combate político", asegura Solé, defensora, como Girbau, del poder satírico de la glosa. Este espíritu crítico estará presente en los Rostits, la programación de monólogos en los que participarán Sergi López, Empar Moliner, Esperanceta Gassia, Maria Nicolau y Elisenda Roca, entre otros. El propósito es que, mediante la sátira, los asadores disparen contra todo aquello que "merezca un buen collejo".
La inauguración del festival, el 31 de mayo, estará en el Castillo de Mur (Pallars Jussà) con un programa occitanista: por un lado, el espectáculo de Francesc Ribera, Tito, sobre Guillermo de Berguedà, el trovador del siglo XII; por otro, la aranesa Alidé Sans, que el año pasado hizo su notable disco Arraitz. La velada se completará con el asado de Esperanceta Gassia, "la madrina irreverente de los valles de Àneu", y la propuesta gastronómica de Sergi de Meià, que incluirá un cazillo con xisqueta de Cal Tomàs. Este formato de monólogo, música y comida entre conciertos frecuentará en el Periferia Cultural 2025.
El hecho de que este año haya conciertos en el Baix Penedès seguramente hará que la asistencia total al festival supere a las 9.000 personas del 2024. Sin embargo, el crecimiento no es el objetivo si en el mal. Para llevarlo adelante, trabajan con un presupuesto de entre 400.000 y 500.000 euros, de los que el 50% es aportación pública. "Pero falta saber cuál será la participación de la Generalitat", dice Girbau, porque todavía no se han resuelto las subvenciones (y el Govern todavía no tiene presupuestos aprobados). Sí cuentan con un convenio con la Diputación de Lleida que garantiza 25.000 euros al año durante cuatro años.