Las 'supernenas' del pop que mandan en el Primavera Sound
Las cabezas de cartel de la edición de este año son tres de las nuevas divas del pop, Sabrina Carpenter, Charli XCX y Chappell Roan
BarcelonaEl Primavera Sound 2025 se celebra del 5 al 7 de junio en el Parc del Fòrum, y desde hace meses los abonos y las entradas de día están agotados. no sólo capaces de generar furor musical sino de crear tendencias estilísticas e incluso discurso social. superniñas para las tres cantantes, una referencia a la serie infantil en la que tres heroínas –una verde, una azul y una roja, tres colores que también identifican a cada una de las artistas– salvan el mundo.
Charlie XCX, de los clubes underground en los escenarios de todo el mundo
Charli XCX aparece en el escenario y está claro que es la persona que querrías tener al lado en una noche de fiesta. Su música y su actitud vital, entre despedida y chuleta, son las de una persona que tiene un máster en el mundo de la noche. Su carrera arrancó en clubs underground. "Cuando empecé a hacer música tocaba en rábanos ilegales que se hacían en naves industriales de Hackney, en Londres. Para mí esto es casa", explicaba a Vogue. Y ha bautizado su último disco con el título de Brato, un término que en inglés sirve para calificar a los niños que se comportan mal pero que, pasado por su filtro, se refiere a "personas que les gusta salir de fiesta y que son honestas, contundentes y algo volátiles". La filosofía de Charlie XCX ha dado el salto a la cultura popular y en el verano del 2024 –el año en que lanzó el disco– fue nombrado brato summer. Revistas de moda y tendencias de todo el mundo se preguntaban qué era necesario para ser considerada una brat girl y el verde flúor de la portada del disco se convirtió en el color del momento. Por si fuera poco, el diccionario Collins elegía el término popularizado por la cantante como la palabra del año. En el ARA elegimos Brato como el segundo mejor disco del 2024.
Charlotte Emma Aitchison, nombre real de Charli XCX, nació en 1992 en Cambridge, hija de padre británico y madre india nacida en Uganda. Asegura que la dualidad de sus orígenes hizo que durante la infancia se sintiera dividida en dos: cuando visitaba a la familia vivía como una chica india, con todo el mundo a su alrededor hablando gujarati y mirando películas de Bollywood, mientras que cuando volvía a casa su existencia era la de una niña blanca. La que ahora es seguramente una de las mujeres con mayor personalidad del mundo de la música fue una adolescente poco popular en la escuela. Con 14 años pidió un préstamo a los padres para grabar el primer disco, del que empezó a colgar canciones en su página de MySpace. Fue su pasaporte de entrada al mundo de las rábanos. Un promotor la descubrió a través de internet y le invitó a actuar en algunas de las fiestas que organizaba en el este de Londres.
Brato ha sido el salto de Charlie XCX al mainstream, pero su anterior disco, Crash (2022), ya apuntaba modos. Con una estética inspirada en la película homónima de David Cronenberg de 1996 y temas como Good ondas y New shapes, fue su primer gran éxito comercial y logró un gran eco en Estados Unidos. Instalada desde hace tiempo en Los Ángeles, la cantante es clara cuando habla del proceso de creación de la industria musical estadounidense: "Hacer una sesión de terapia inicial, hablar de lo que está pasando en tu vida y luego convertir una frase o dos en una canción para mí es la peor forma de componer. A mi juicio, sólo sirve para producir canciones fcc"
Con todo, ella también utiliza las canciones para exorcizar algunos de sus traumas, como la envidia que le tenía a la neozelandesa Lorde y que volcó en Girl, sonido confusing. Consciente de que era uno de los lavaderos preferidos de internet, Charlie XCX se saltó el juego invitando a Lorde a participar en la remezcla del tema y hacer un ejercicio de terapia conjunta. La canción no sólo ha servido para firmar la paz entre ambas, sino que Lorde, ahora en pleno resurgimiento, ha aparecido en algunas de las actuaciones más sonadas de Charli XCX, como la del festival de Coachella.
Sabrina Carpenter, entre Marilyn Monroe, Barbie y Brigitte Bardot
Después de años en los que todo lo que olía a normatividad era mirado con suspicacia, la estadounidense Sabrina Carpenter (Quakertown, Pensilvania, 1999) ha recuperado la hiperfeminidad, la estética vintage y el flirteo de mirada cándida y pestañas kilométricas. En Short'n'sweet (2024), su sexto álbum, se metamorfosea en una bombshell de los años 50 que es un cruce entre Marilyn Monroe, Barbie y, en algún momento, Brigitte Bardot (debe ayudar que la mitad del disco fue escrito durante una estancia de once días en el pueblo francés de Chailland).
Con 26 años recién cumplidos, Carpenter acumula una carrera bastante larga. Como buena niña Disney, la precocidad forma parte de su biografía: con 9 años colgaba vídeos en YouTube haciendo versiones de sus canciones favoritas y con 11 años hizo su primera audición como actriz. El pegajoso single Espresso, canción del verano del 2024, la ha propulsado de cantante generacional –seguida por aquellas que habían crecido con ella a través de la serie Disney Girl meets world– a fenómeno mundial transversal. "Es una canción sobre ser desvergonzadamente segura, y creo que durante años esto era una narrativa que la gente no aceptaba tan fácilmente como ahora. La seguridad en uno mismo se consideraba cursi o artificial", explicaba en una entrevista con el productor Zane Lowe para Apple Music. De aparentar seguridad Carpenter afirma que sabe bastante, ya que es el peaje que paga cualquier estrella infantil acostumbrada a moverse entre adultos. Ahora, sin embargo, la confianza en sí misma ya no es una máscara, sino una realidad: tiene claro el sonido que quiere hacer: un pop juguetón y sexy.
Una vez instalada en la categoría de estrella mundial, Carpenter ha visto cómo el interés por su vida privada crecía exponencialmente. Rumores sobre su supuesta enemistad con Olivia Rodrigo (teóricamente ella es "la rubia" que aparece en la letra de la canción Drivers licencia y que roba el corazón del exnovio de Rodrigo); seguimiento intensivo de la relación, ahora ya terminada, con el actor Barry Keoghan, y fascinación por su amistad con Jenna Ortega, otra joven en la cima de su popularidad. Carpenter asegura que lo que puedan decirle de ella le importa poco: los comentarios que los troles dejaban en sus vídeos infantiles de YouTube le sirvieron de terapia de choque para el futuro.
Chappell Roan, la princesa de la América profunda que no se deja intimidar
De las tres artistas que encabezan el Primavera Sound de este año la que ha vivido un ascenso más meteórico es la estadounidense Chappell Roan, nombre artístico de Kayleigh Rose Amstutz (Willard, Missouri, 1998). El éxito de la cantante, que hace casi dos años era una auténtica desconocida, nace del fracaso y de muchos obstáculos. Como buen exponente de la generación Z, empezó a colgar vídeos en YouTube hasta que llamó la atención de Atlantic Records, que la fichó en el 2015, cuando ella tenía 17 años (de hecho, se saltó en el último año de instituto). La asociación con el sello no dio los frutos que esperaba: las canciones que publicaba no lograban suficiente eco y propuestas que después han sido auténticos logros, como Pink Pony Club, eran rechazadas por la discográfica. "La presenté en el sello y ellos me dijeron «No». Durante un año la rechazaron y creí que tenían razón. Me sentí muy derrotada", explicaba Roan sobre la canción que considera que ha marcado un cambio en su sonido.
En agosto del 2020 Atlantic Records decidió prescindir de ella y, después de unos meses intentando hacer música independiente en Los Ángeles, Roan regresó a Missouri, un estado que forma parte del cinturón bíblico de Estados Unidos. La vuelta a la granja familiar no fue fácil para alguien que se define como queer y que reconoce que no encaja en lo que se espera de una mujer en los estados más conservadores del país. Mientras trabajaba en una cafetería de carretera, Roan seguía escribiendo canciones en la aplicación de notas de su iPhone. "Sentía que necesitaba salir de Missouri para acabar el resto de canciones que necesitaba escribir. No podía escribir canciones pop cuando estaba deprimida en una granja. Sólo necesitaba salir de allí", decía la cantante en una entrevista reciente en Vanity Fair.Roan volvió a Los Ángeles, y mientras trabajaba en diferentes trabajos para pagar facturas, acabó de escribir las canciones que le han convertido en estrella pop y referente LGTBIQ+ El resultado de su reinvención musical es El riesgo y el fallo de Midwest princess, un álbum debut que funciona también como un recorrido por el proceso de aceptación de su lesbianismo. single de Good luck, babe! se convirtió en un tema viral. La canción es un compendio de las temáticas que mejor toca Roan: el resentimiento amoroso, en este caso hacia una mujer que no acepta ser lesbiana y prefiere seguir la ficción de una relación heterosexual.
Roan tiene cosas de David Bowie: desde el título del disco, que parece un homenaje a Rie and fall of Ziggy Stardust, hasta la estética glam y la capacidad para transformarse continuamente, muy vinculada al universo drag queen. Pero también bebe de Cyndi Lauper y Kate Bush. Como estos tres referentes, la cantante exhibe una independencia feroz que dejó de manifiesto cuando le exigió a un fotógrafo que le pidiera disculpas por haberle llamado durante los Grammy. Roan parece no tenerle miedo a nadie, ni siquiera a sus fans más extremos, a los que ha dejado muy claro que una cosa es su persona artista y otra su persona privada. Su opinión es contundente, como sus espectáculos: "No me importa una mierda si crees que es egoísta por mi parte decir que no una foto, a dedicarte tiempo o darte un abrazo. Esto no es normal. Esto es raro. Es raro que la gente crea que conoce a una persona sólo porque la ve por internet o escucha, la música escucha. entendidos?"