Música

El último baile del Sónar en Montjuïc

El festival reúne a 119.000 visitantes en las dos sedes principales, una cifra similar a la del año pasado

Mushkaa en el Sónar 2025.
14/06/2025
4 min

BarcelonaEl Sónar cierra la edición del 2025 con cifras de asistencia muy similares a las del año pasado: 52.500 en el Sónar de Día (1.500 menos que en el 2024) y 66.500 en el Sónar de Noche (500 más); es decir, un total de 119.000 asistentes, 1.000 menos que el pasado año. Sin embargo, los datos facilitados por el festival incluyen también los 42.000 asistentes al OffSónar y al resto de actividades de la Sónar Week en los diferentes espacios de la ciudad. Esto da una cifra total de 161.000 visitantes (7.000 más que en 2024).

Todo ello en la última edición del festival en Montjuïc. El Sónar nunca se ha refugiado en la nostalgia. Sería absurdo en un evento que nació para impulsar "músicas avanzadas". Sin embargo, sería comprensible mostrar un poco, dado que este sábado se cerraba una etapa. Y no una cualquiera, sino la más exitosa de esta historia que empezó en 1994 en el CCCB y en la Sala Apolo. Cuando en 2013, el festival trasladó la actividad diurna al recinto ferial de Montjuïc, dio un salto de escala cualitativo y cuantitativo. Ahora la reforma de Fira Barcelona obliga al Sónar a marcharse de un lugar que ha dejado muchísimas imágenes icónicas y donde también se ha desarrollado el Sónar+D en comunión con los conciertos. El próximo año, los días 18, 19 y 20 de junio, empezará un nuevo Sónar, con toda la actividad concentrada en el recinto ferial Gran Via 2, en Hospitalet de Llobregat. Seguramente habrá mejoras logísticas, y la dirección del festival sabrá encontrar la forma de personalizar un espacio inmenso que ofrece muchas posibilidades, además de accesibilidad. "Será con una propuesta radicalmente nueva que integrará todos los shows y actividades de Sónar de Día, Sónar de Noche y Sónar+D", aseguran fuentes del festival.

Desafortunadamente, el último baile diurno en Montjuïc ha sido agridulce a raíz de las cancelaciones de algunos artistas (incluida Samantha Hudson a última hora) disconformes con los vínculos con Israel de KKR, el fondo que adquirió el Sónar (y otros festivales) en octubre del 2024. El propio festival y los artistas que sí han actuado han condenado "el genocidio sobre el pueblo palestino", y en muchos conciertos han aparecido en él. Por ejemplo, en el de Mushkaa, que ha cerrado la actuación de este sábado en el SonarVillage mostrando el mensaje: "Fuera KKR de nuestra cultura. Palestina libre".

Mushkaa en el Sónar 2025.

Un sábado en el que el festival competía con el primero de los dos conciertos de Billie Eilish en el Palau Sant Jordi, Mushkaa (nombre artístico de Irma Farelo) ha dispuesto de una hora para ir al trabajo. "Será un bolo bastante rápido, only hits", advirtió antes de que el teclado introdujera "la canción más romántica" del repertorio, Mimenina. La sonoridad no ha hecho justicia al arreglo salsero, y la voz de Mushkaa tampoco ha salido adelante, ni en esta canción ni, hacia el final de concierto, en Parece mentira. La cantante de Vilassar de Mar, que el viernes actuó en el Cabró Rock de Vic, se presenta con una banda grande, con guitarra, bajo, percusión, trompeta, saxo, teclado (y acordeón) y una corista, y una escenografía con la red de una portería de fútbol con un agujero con forma de corazón. Sin embargo, el concierto fluye mejor cuanto menos ambición rítmica hay, porque hay patrones latinos que piden mayor consistencia. En cambio, ahora mismo, Mushkaa funciona bien cuando lo fía todo en el carisma y pone en juego ritmos más sencillos, como en Vaya liada o Buena vida, en la que tuvo la colaboración en directo de 31 FAM y Flashy Ice Cream. El formato de banda no le corresponde tanto, o no lo tiene tanto por la mano, y estropea la potencia generacional del material del disco SexySensible. En el concierto hubo otras colaboraciones, como la de su hermana Greta. O la cumbia que compartió in absentia con Guillem Gisbert (cuya voz sonó enlatada). "Gracias por apoyar a los artistas locales", dijo reconociendo un trabajo que ha sido constante en la historia del Sónar.

Antes de Mushkaa, en el SonarHall ha habido la interesante actuación de la cántabra Amanda Nur, que propone un viaje al misticismo de Hildegarda de Bingen desde la electrónica (y también con piano de cola). De hecho, ella viene del ámbito clásico y apenas comienza este camino, que de momento ya tiene un disco, Nieve OmEl mismo escenario ha sido después tomado por el dúo Paranoid London a base de tecnohouse, probablemente más entretenido de madrugada.

Peggy Gou en el Sónar 2025.

El hedonismo nocturno

La noche del viernes al sábado la actividad del Sónar se trasladó a Gran Via 2, donde se multiplicó el hedonismo que también preside la oferta diurna. Una de las grandes protagonistas en el SonarClub fue Peggy Gou, la surcoreana residente en Berlín que se ha convertido en una de las estrellas de la electrónica actual. Con un menú de house y disco, ingredientes de calidad contrastada, hizo exactamente lo que seguramente reclamaba el público: ligar material pensado para bailar. En el mismo escenario, el británico Kieran Hebden, más conocido como Four Tet, exhibió una vez más la habilidad para incitar al baile con herramientas a menudo poco previsibles, pasando del UK garage al tecno y al jazz. En otros espacios de la feria, como el SonarPub, el norirlandés Max, doctorado en biología computacional, tuvo problemas técnicos que impidieron que mostrara debidamente el proyecto Lattice 3D/AV. El componente hedonista fue fundamental también en la sesión de los berlineses Modeselektor en el SonarCar y el show inclemente de los norirlandeses Bicep, que volvían al festival para presentar Chrome en el SonarClub.

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