Obituario

La despedida de Colita: un funeral triste, pero con una sonrisa

Una gran representación del mundo cultural y político se ha reunido para dar el último adiós a la gran fotógrafa

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Una veintena de fotógrafos se han reunido en el tanatorio de Les Corts para despedirse de Colita

BarcelonaLo ha dicho la escritora Cristina Fernández Cuba durante su parlamento: cada vez que pronuncia el nombre de Colita se le dibuja una sonrisa en la cara. Y así, haciendo sonreír al gentío que ha llenado este martes el oratorio del tanatorio de Les Corts, el funeral de la gran fotógrafa Isabel Steva Hernández, Colita, ha sido algo menos triste. También cuando Fernández Cubas ha provocado alguna carcajada contenida recordando las batallas de Colita con una paloma que se colaba en su jardín para zamparse la comida de las mascotas y que, pese a los intentos reiterados por deshacerse de ella, siempre volvía. "Ha sido una persona querida y diría que incluso idolatrada", ha dicho la autora.

El primero en hablar durante la ceremonia laica ha sido el actor Enric Majó, que ha recordado la empatía, la generosidad y el compromiso de Colita, mientras que otros de sus amigos han hablado de su militancia animalista y cómo fue una defensora pionera de los derechos LGTBI. Conteniendo las lágrimas, Majó le ha definido como una persona "fiel en la amistad, firme en los afectos e insobornable en las decisiones". "Y si esto fuera poco, era tan divertida", ha subrayado el actor.

Teresa Gimpera y Enric Majó en el funeral de Colita.

La despedida de Colita ha reunido a numerosos colegas fotógrafos como Pilar Aymerich, Pep Rigol, Jordi Pol y Manuel Outumuro, que la ha definido como “una gran maestra no sólo en el oficio, sino por su manera de vivir”. "Colita era la madrina de los fotógrafos: siempre tenía los ojos puestos en alguna causa y siempre ayudaba, especialmente a los jóvenes, pero las grandes vacas sagradas la hacían resoplar", ha dicho Laura Terré, la comisaria de la antológica que La Pedrera dedicó en Colita en 2014. En cambio, la última exposición de su obra, organizada por la galerista Rocío Santa Cruz con las fotografías del libro Antifemina, recuperado por el Ayuntamiento de Barcelona, no encontró espacio en ningún museo barcelonés. Sin embargo, se podrá ver en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a finales de febrero. Precisamente, antes de la ceremonia, Santa Cruz advertía del interés que la obra de Colita ha suscitado internacionalmente en la pasada edición de la feria Paris Photo.

Andreu Català Pedersen, hijo del fotógrafo Francesc Català-Roca, (a la izquierda), con el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, y la alcaldesa Ada Colau.

La representación institucional en la despedida ha sido muy significativa: han asistido el presidente José Montilla, el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, el alcalde, Jaume Collboni, la exalcaldesa Ada Colau, el concejal de Cultura, Xavier Marcé, y el director de la Filmoteca de Cataluña, Esteve Riambau. También ha sido importante la representación del mundo cultural, con personalidades como las escritoras Carme Riera y Marta Pessarrodona, la periodista Núria Ribó, los artistas Antoni Llena y Frederic Amat, las actrices Teresa Gimpera y Mònica Randall, los actores Pep Sais y Ferran Rañé y la crítica de arte Victoria Combalia. Para Colita, la familia eran "los amigos", ha dicho también Terré, y entre ellos estaba la ex directora de la revista Fotogramas, Elisenda Nadal, que ha recordado a Colita como la mejor en el campo del reportaje y la mejor retratista de sus hijos. También la periodista Maruja Torres ha participado en el acto a través de una grabación de audio, y la propia Colita ha estado aún más presente con la proyección de una selección de sus fotografías más icónicas con el tema de Joan Manuel Serrat Fiesta.

La escritora Carme Riera (a la izquierda) y la filósofa Victoria Camps en el funeral de Colita.

El último de los parlamentos ha sido el del gran amigo de Colita durante cuarenta años y director de su archivo personal, Francesc Polop. “Ha sido mi amiga, mi hermana, mi prima, como nos decíamos el uno a otro, mi madrina de boda, mi cómplice y mi confidente. Lo has sido todo para mí. Maruja Torres decía que éramos como siameses, y ahora aparece la pregunta de cómo viviré sin ti –ha dicho Polop–. Me reconforta el encargo de cuidar de su archivo y disfrutar todos los días de sus fotografías, que son un legado infinito. ¡Viva la fotografía, y viva Colita!", concluyó. La imagen final de la ceremonia ha sido, otra vez, triste ya la vez con un punto de humor: un retrato gigante de Colita con nariz de payaso mientras sonaba el bolero Encadenados.

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