Consumo cultural

Y tú, ¿cuánto te gastas en cultura?

Mientras que los espectadores aseguran que la pandemia no les ha cambiado la vida, cuesta que las cifras de público y facturación vuelvan a la era precovid. ¿Cuáles son nuestros hábitos culturales?

Sònia González, en el centro, con sus compañeras de piso en Barcelona
31/07/2022
7 min

BarcelonaMientras estábamos en pandemia, con teatros, auditorios, librerías y museos cerrados, o bien con restricciones de aforo y de movilidad, nos preguntábamos qué pasaría cuando la vida volviera a su curso. ¿Habría un estallido de consumo, por las ganas acumuladas de ir al teatro o de reencontrarnos saltando en festivales? ¿O bien los hábitos adquiridos, con el incremento de la presencia de las pantallas, sumado a la recesión económica, continuarían afectando al sector cultural? A pesar de que estos meses de junio y julio se han anunciado conciertos en cada pueblo y los grandes festivales han presentado unos carteles de estándares prepandémicos y enormes audiencias, las cifras de evolución del consumo en 2022 todavía son inciertas.

En lo que llevamos de año, de enero a junio, según las cifras de Adetca, la recaudación en las salas de teatro es un 57% superior al mismo periodo de 2021, pero es que había caído una media del 62%. Si lo acotamos a junio, hay cifras rojas (-13.8%), pero, si miramos las del Festival Grec, son de normalidad precovid. Pasa lo mismo con los libros, que cerraron un 2021 de récord, con el crecimiento del 5,6% de la facturación en España, y en cambio este junio en Catalunya ha caído un 10% respecto a 2021, según Librired. Los libreros rebajaban en el ARA la euforia de algunos editores. En los cines es diferente, porque el éxito de Alcarràs ha dominado la taquilla desde abril y le ha cogido el relevo en verano los Minions en catalán. Top Gun y Jurassic World han hecho que junio se cierre con un incremento de público del 90% en las salas de cine respecto a junio de 2021, según datos de la conselleria de Cultura. Ahora bien, el cine venía de mínimos históricos (en 2021 no recaudó ni un tercio de 2019).

Así que parece muy prematuro hablar de recuperación cultural plena, al menos a medio curso. Por eso hemos preguntado a seis testigos cuánto dinero de su presupuesto han dedicado a la cultura este julio. Los últimos datos de Idescat indican que en 2020, el año de la pandemia, cada catalán destinó 460 euros a ocio y cultura. Un año antes, la cifra era de 745 euros por ciudadano y 1.828 euros por hogar al año. En las dos últimas décadas, la media era entre unos 60 y 80 euros al mes por cabeza en cultura y ocio. ¿Hemos recuperado esta cifra? ¿El covid nos ha cambiado? Y tú, ¿cuánto te gastas en cultura?

1.
"Cuando vamos al teatro es porque tienen descuentos para jóvenes"

Sònia González

Sònia González xerrant amb les seves companyes de pis a Barcelona

Sònia (Vilafranca del Penedès, 1992) trabaja en una agencia de comunicación y vive con dos médicos de Pamplona (en el centro, en la foto). Todas están rozando los 30 años y comparten podcasts, series prácticamente cada noche de invierno y propuestas culturales. Cada una paga una plataforma. Sònia calcula que este mes ha dedicado a cultura su media, unos 55 euros. Ha cogido un abono joven del festival Grec y ha ido al Tingladu de Vilafranca. “Siempre tengo un gasto mensual en cultura. Sí que intento que no sea demasiado grande, pero tampoco soy una gran ahorrativa, lo que hago es distribuirlo. Si tengo que reducir algo, es comer y beber fuera de casa. El capricho del año es ir a los festivales grandes”, admite. Este año hizo una jornada de Sónar y una de Primavera Sound, así que en julio se ha saltado el Cruïlla. “Para mí, el mejor plan del verano es ir a una fiesta mayor”, afirma. Este fin de semana va a Sant Cugat de Sesgarrigues a ver a una charanga. “He echado de menos las fiestas al aire libre, los conciertos y la cultura popular”, dice sobre la pandemia. Esto ha hecho que vaya menos al teatro, seguramente. “Cuando vamos al teatro, vamos a los públicos porque tienen descuentos para jóvenes a 10 euros. No iremos a salas privadas que valgan 30 euros, como máximo pagaremos 15". "Estamos sensibilizadas, interesadas y abiertas a ver cosas", asegura, por eso hay momentos del año en los que cree que hay sobreoferta y se tiene que decir a sí misma "Sònia, no pasa nada si no llegas a todo".

2.
"En el cine estamos solos, es increíble"

Núria Autet

Núria Autet al festival de Teatre Clàssic de Mèrida

“Hacemos lo mismo que antes de la pandemia, nada más y nada menos”, asegura Núria Autet (Vic, 1965). Lo que ha cambiado es que ya no tienen a su hijo en casa y disponen de más flexibilidad laboral, así que escogen las actividades en función puramente de sus gustos. El cine es su actividad preferida, van cada jueves, que es en versión original. “Normalmente estamos solos, es increíble”, dice. También tienen el abono del Teatro-Auditorio de Sant Cugat, que vale unos 150 euros por persona al semestre. Cada mes caen un par de libros, la suscripción a Netflix, Filmin, Amazon, iTunes y al diario. Calcula que como mínimo gasta 70 euros al mes fijos, sin contar las exposiciones, los viajes, las salidas a Barcelona y las clases de piano. En agosto ya lo superará porque el concierto que han escogido este año de Cap Roig es Sting y vale 200 euros. Como suelen visitar a los familiares en Extremadura, también van cada año al Festival de Mérida. El precio no es una barrera para disfrutar de la cultura, lo sería más “aquella pereza o pensar que ya hemos hecho algo aquella semana”. “Para nosotros la cultura es importante”, ratifica.

3.
"Los museos los piso si hacemos un viaje"

Rachid Bouchikh

Rachid Bouchikh

Rachid Bouchikh (Figueres, 1997) hace tres años que abrió con un socio una tienda de electrónica, pero no es adicto ni a los ordenadores, ni a las redes ni a los videojuegos. Cuando no trabaja, suele estar con amigos de su edad. No suelen hacer planes culturales, excepto algún viaje. "Somos un grupo bastante grande y organizar cosas para tantos es complicado", explica. No suelen ir de discotecas, van al local, al bar y al garaje de un amigo. En verano quedan en los pueblos, en la playa, en los chiringuitos y las fiestas mayores, y en invierno hacen alguna excursión o salida; la más reciente, al castillo de Sant Ferran. "Al Festival Acústica sí que vamos porque está en Figueres", dice. Comparte Netflix, Spotify y Amazon, pero casi ni los utiliza, y no tiene más gastos culturales fijos. La última vez que fue al teatro fue antes de la pandemia, y al Museo Dalí dice que ya ha ido "siete u ocho veces". "Los museos los piso si hacemos un viaje", explica, como cuando va a visitar a sus hermanas a Alemania. También le gusta el boxeo y por una velada sí que paga la entrada de 25 euros. Para él, no es necesaria más oferta cultural. "Con lo que se hace es suficiente", opina.

4.
"Con los niños, o hacemos bici o alguna actividad cultural"

Erwan Guillotel

Guillotel a l'exposició 'Face Control' de Fotocolectania.

Este verano Erwan (Mayenne, Francia, 1982) se ha estrenado en el Teatre Grec. “Fui a ver 28 i mig de La Perla 29 y fue brutal, y el entorno es espectacular. Para este verano tengo pendiente ver 8 i mig [de Fellini] e investigar el cine italiano de los 60”, dice. Lo hará en Filmin, a pesar de que también tiene Amazon y Netflix compartido. La lectura es habitual en su presupuesto, el teatro es más esporádico. Este julio ha calculado que se ha gastado 210 euros en cultura, más de los 50-100 euros que dedica cada mes, porque compró los libros para las vacaciones y el abono más barato del Liceo “para ir a descubrir cosas” porque este año La boda de Fígaro le gustó. “No miro mucho qué me gasto porque me lo puedo permitir, pero 200 euros no lo puedo hacer cada mes”, afirma. Erwan se separó hace un año y ha aprovechado el cambio vital para hacer actividades culturales que no solía hacer, incluso se ha comprado un teclado y es autodidacta. Con sus hijos, de 7 y 9 años, aprovecha los días de puertas abiertas en los museos. “Con los niños, vamos en bici o hacemos alguna actividad cultural. Me gusta que se interesen por las cosas y reconozcan a Frida Kahlo porque fueron al Ideal. Está bien darles referencias”, dice. “No vivo la cultura, pero me gusta y creo que es necesaria. Te abre la mente a muchas cosas que, si no, no te paras a pensar”, observa. Es un alto consumidor, pero sin obligaciones: “Funciono por antojos. Hay épocas que cada semana voy a exposiciones y épocas que no tengo ganas de hacer nada o nada me atrae”.  

5.
"Tienes que elegir en qué prefieres invertir"

Mònia Hosta

Mònica Hosta amb el seu company i els fills d'ell

Moni (Girona, 1989) vive con su pareja, una semana en el pueblecito de Llorà con los hijos de él y una semana en Girona. “Hacemos más cosas cuando están los niños para que ellos se lo pasen bien y conozcan más cosas”, explica. Su lugar cultural de referencia es la biblioteca. Este mes han ido dos veces al cine y les ha costado 90 euros. Si sumas las plataformas, son los 100 euros que destina la familia al mes a la cultura. La pandemia no les ha cambiado la vida. “Vivimos en un entorno natural que mucha gente no tiene. Si nos quedamos en casa, no pasa nada, tenemos mucha montaña”. Además, son castellers, de forma que muchos fines de semana los tienen reservados. “Cuando te planteas qué hacer el fin de semana, el precio es importante si todo se tiene que pagar. Por un libro no miraremos el precio, por una obra de teatro sí. Por costumbre, y porque somos una familia de cinco y tienes que elegir en qué prefieres invertir”. Por eso en verano aprovechan las fiestas populares, pero en invierno les cuesta más encontrar actividades: “Pagando hay bastante oferta, gratuita no”, critica. Cuando algo de la cartelera les hace ilusión especial, no les importa moverse para ver las exposiciones de Pixar en el Caixafòrum de Girona o Frida Kahlo en el Ideal de Barcelona.

6.
“Hace dos años que tengo 'e-book' y llevo leídos 90 libros”

Maria Vila y Lluís Pi

Maria Sala i Lluís Pi al seu jardí de Celrà

Maria (Sils, 1955) y Lluís (Celrà, 1951) están solo medio jubilados, porque él todavía tiene algún proyecto de arquitectura y ella cuida a sus nietos, pero en su rutina está la música, las sardanas, las salidas patrimoniales (al antiguo Hospital de Sant Pau o al Museo de Montserrat), los viajes (este año a Córdoba, Palencia y Bélgica) y las plataformas. “Antes de la pandemia cada lunes íbamos al cine y ahora miramos series después del Telenotícies”, dice Maria. “La pandemia lo ha trastocado un poco todo y vamos haciendo salidas, pero no con aquellas ganas. Nos hemos acostumbrado a estar más en casa, quizás la edad tiene que ver”, apunta Lluís. Los libros y el diario digital son los principales hobbies de Maria. “Hace dos años que tengo e-book y llevo leídos 90 libros. Cojo muchos de Amazon, a coste cero, y encuentras de chulos, pero más en castellano que en catalán. También compro alguno”. Calculan que juntos se gastan 70 euros al mes en cultura, porque también tienen abonos de tribuna del Girona, “que también es un gasto y, estando en primera, se ha encarecido”. Este año han visto tres musicales en Barcelona y Alcarràs en el cine, y mirarán la programación del Temporada Alta. La oferta les tiene que seducir, más que el precio: “Lo que nos interesa, lo hacemos”, dicen.

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