Arqueología

¿Quién es el cántabro enterrado con honores en Pompeya?

Descubren durante unas obras una gran tumba dedicada a un alto comandante de August

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La tumba descubierta en Pompeya

BarcelonaPompeya, que se empezó a excavar en el siglo XVIII, es como una enciclopedia inmensa que cuenta también la historia más personal de la Antigua Roma. Durante unas obras para evitar las filtraciones de agua, al este del yacimiento, donde se encuentra la biblioteca del parque arqueológico, se ha localizado la tumba de un personaje que debió de ser bastante importante, porque se le honró con un gran monumento público. La tumba conserva una gran inscripción, con letras muy regulares, y todavía existen restos de pintura roja. Está dedicada a Numerius Agrestinus Equitius Pulcher, que tiene otra tumba en Pompeya que hizo construir a su esposa. Aún no se sabe si la urna con sus restos está enterrada en la tumba pública o en la familiar.

La tumba es importante por lo que explica sobre la sociedad de la Antigua Roma. Numerius Agrestinus Equitius Pulcher pertenecía a una tribu cántabra, los autrigones. Debió de tener un papel primordial durante las guerras cántabras (29 a. C. - 19 a. C.), que enfrentaron a los ejércitos de Roma contra los pueblos del noroeste hispánico, concretamente contra dos etnias: astures y cántabros. Fueron guerras bastante determinantes y entraban en el ambicioso proyecto de tener el total y definitivo control de la Península Ibérica. En ese momento, Augusto, que fue emperador romano entre el 27 a. C. y su muerte en el año 14, perseguía fortalecer su posición y estatus. Además, existía el factor económico. En Cantabria había plomo, magnetita, cobre y hierro. Los romanos también supieron sacar rédito de las disputas vecinales: los astures y los cántabros estaban enfrentados con sus vecinos, los autrigones, los turmogos y los vacceos.

La carrera fulgurante del difunto

Numerius Agrestinus Equitius Pulcher fue recompensado y, de hecho, su historia demuestra cómo, a pesar de no tener origen romano, se podía ascender y obtener poder. Se retiró a Pompeya, una ciudad que en la segunda mitad del siglo I aC era uno de los lugares preferidos de los romanos para construir sus residencias de recreo. Tanto en la ciudad como en las cercanías se construyeron muchas villas, entre ellas la de Cicerón. Numerius Agrestinus Equitius Pulcher tuvo distintos cargos. Fue tribuno militar, el nombre que recibían los oficiales comandantes de las legiones romanas, y después fue praefectus fabrum, un oficial militar romano que tenía bajo su mando a los trabajadores y artesanos del ejército, como carpinteros y herreros. En Pompeya tenía uno de los cargos más importantes de la administración local, era duumvir iure dicundo, el nombre romano con el que se conocía a los magistrados con más poder en los municipios, en las provincias o en las colonias, y su función era administrar justicia.

La tumba encontrada también da muchas pistas sobre el urbanismo de Pompeya. Podría proporcionar información sobre cómo se orientaban los antiguos caminos a la ciudad. Los romanos enterraban a los ciudadanos más importantes cerca de vías y caminos. Cuanta más categoría tenían, más cerca se enterraban de una vía principal, y el resto en vías secundarias, con la voluntad de que la memoria del difunto perviviera. Si se leía su nombre, el difunto perviviría porque se le recordaría. La cuestión que quieren esclarecer los arqueólogos del yacimiento es cómo estaban orientados los caminos y si se ramificaban.

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