'In memoriam'

Huérfanos de Juan Bautista, de Culla y del dr. Culla

El funeral de despedida en el historiador congrega en el monasterio de Sant Cugat una amplia representación del mundo político, periodístico y cultural

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Sant Cugat del Vallés"Perdona la expresión, pero Culla lo dejó todo atado y bien atado, también esta ceremonia". Con este guiño historiográfico, el abad de Poblet, Octavi Vilà, ha retratado este viernes al historiador Joan B. Culla, fallecido a los 71 años a causa de un cáncer que se le declaró hace una década y que en el último año y medio le había ido debilitando. El funeral, solemne y muy concurrido, celebrado en el monasterio de Sant Cugat, lo han oficiado siete curas, con Vilà y el cura Carlos Cahuana al frente. En la homilía, Cahuana, que ha asistido espiritualmente al difunto en las últimas semanas, ha glosado su fortaleza a la hora de despedirse: "Creía que ya había hecho todo lo que tenía que hacer, y se ha ido sereno y agradecido a Dios ya la vida".

En el mismo sentido se ha expresado su discípulo y albacea, el también historiador Adrià Fortet, que nos ha declarado a todos "huérfanos" de lo que para unos era Juan Bautista, para muchos –incluida su esposa, Imma Cervià– en Culla y para otros el dr. Culla. Si el pasado septiembre, en el multitudinario y sentido homenaje público que se le hizo al CCCB, agradeció todas las muestras de cariño y reconocimiento como un "equipaje precioso para el viaje que ahora me queda hacer", Fortet recuerda que "él, con su obra y su honestidad intelectual, también nos deja un equipaje poderoso para continuar el camino de este país, Cataluña".

El momento más emotivo, cargado de sinceridad y simpatía, ha sido cuando la viuda, Imma Cervià, energética, ha cogido la palabra y, dirigiéndose al ausente, ha dicho: "Ha sido un privilegio ser tu compañera durante 33 años de matrimonio y 5 de noviazgo. Sé que nos reencontraremos, Culla... y no es una amenaza". Lo expresó tras recordar a los asistentes, con una sonrisa, "su fuerte carácter" pero también, "aunque no lo pareciera, su humildad", y de mencionar la anécdota de los inicios de la relación, cuando él le hizo saber que debería acostumbrarse a pasar muchos fines de semana ido de congresos de partido en partido. "¡Llegué a votar en uno y todo!"

La ceremonia ha acabado con el canto del Virolai y con la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, interpretada en el órgano por Lluís Mir, todo tal y como lo había pensado Culla, que "con su muerte nos ha dado una última lección magistral de dignidad y lucidez", ha dicho el abad de Poblet, también historiador y amigo del difunto. "Vivir la muerte con serenidad no es una contradicción, es un signo de sabiduría, que junto con la pasión por la historia, por Inma y por el país es lo que ha guiado la vida de Culla".

Un momento del funeral de JB Culla, con las autoridades en primera fila.

Entre los presentes, además de sus familiares, había muchas autoridades, amigos, historiadores y periodistas. En las primeras filas, los expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol y Artur Mas, y los actuales consejeros Laura Vilagrà, Joaquim Nadal y Carles Campuzano. Del campo político, también desde Josep Lluís Carod-Rovira hasta Pilar Rahola, Josep Rull, Meritxell Borràs, Jaume Giró, David Fernández o Joan Vallvé, entre otros muchos. De historiadores, Borja de Riquer, Quico Vilanova, José M. Muñoz, Manuel Jorba, María Campillo, Mita Casacuberta y un largo etcétera, mientras que del mundo mediático acudieron discípulos y amigos como Antoni Bassas, Vicente Villatoro, Núria Terribas, Salvador Cardús, Salvador Alsius, Xavier Graset, Ariadna Oltra, José M. Ureta, José Gifreu, Enric Marín y muchos otros.

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